Martina Gusman: "Es un placer trabajar con mi marido, algo muy lindo"

por © Alta Films-NOTICINE.com
Otra escena del film de Pablo Trapero
Atractiva, de mirada magnética y sonrisa desarmante, a la vez dura y dulce, Martina Gusman ha ido cediendo los trastos de producir, con los que empezó a colaborar con su marido, Pablo Trapero, para asumir los de actriz. El cine argentino ha salido ganando. Ahora nos regala en "Elefante blanco" otra mujer fuerte, Luciana, una abogada entregada a luchar por la reactivación de las obras de un proyectado hospital en un barrio periférico que se convirtió en un esqueleto de edificio. "Luciana no es una chica rica sino que es una trabajadora que fue luchando y consiguiendo las cosas de una forma mucho más individual", afirma la actriz argentina, que este viernes estrena en España su última cinta.

- Háblenos de su personaje, hasta cierto punto atrapado entre dos fuegos...

Luciana es una asistente social, muy comprometida con su trabajo. Cuando arranca la película ella hace ya cinco años que está trabajando en la misma villa en Ciudad Oculta, un barrio de emergencia. Por lo tanto su postura es siempre del lado de los vecinos, de los trabajadores. Eso es un poco lo que plantea la película, es un personaje muy idealista, un personaje que en un momento de la película se replantea  su fe o su creencias en su trabajo, que es un poco lo que le pasa a los distintos personajes en diferentes momentos de la película. Pero claramente su postura siempre está del lado de los trabajadores y de los vecinos e intentar aportar desde su lugar un cambio en el trabajo del día a día y de concienciar de la necesidad de una vida mejor.

- "Elefante blanco" tiene varias lecturas. Una de ellas es la capacidad del ser humano de elegir entre ser consecuente con sus ideas o dejarse llevar por los intereses más o menos legítimos. ¿De dónde saca fuerzas el personaje de Luciana, y de qué manera relacionaría esa lucha con su experiencia personal?

Creo que el personaje de Luciana es absolutamente consecuente con su ideología, con sus ideales, con su trabajo y con su compromiso en la villa. Me parece que la película muestra los diferentes tipos de pensamientos al respecto, dudas sobre qué es lo correcto y lo incorrecto y qué lugares tomar; pero en el caso de mi personaje es superconsecuente con su ideología. Cree en el trabajo del día a día, en el trabajo de concentración y en el trabajo de la unión de los vecinos y de intentar modificar la realidad desde ese trabajo de hormiguita. Si bien la película muestra las diferentes visiones de los personajes, en el caso particular de Luciana ella es muy coherente, todo el tiempo con su pensamiento incluso hasta en el momento que no puede más. De alguna forma, mi experiencia personal de acercamiento hacia el personaje fue desde un lugar de militancia, desde mi experiencia personal en la adolescencia, cuando hice trabajos comunitarios en una villa. Desde ese lugar sí hubo bastantes pensamientos o experiencias personales que puse al servicio de la construcción del personaje de Luciana.

- ¿Cómo ha sido la experiencia de trabajar de nuevo con Ricardo Darín y por primera vez con Jérémie Renier?

La experiencia de volver a trabajar con Ricardo para mí fue realmente alucinante. Es un actor al que yo admiro muchísimo como persona y como compañero. Aprendo de él en el día a día, en el trabajo de mesa, en el set... Es un actor muy generoso, muy comprometido con su tarea, que te aporta mucho, que te hace crecer, que está todo el tiempo mirándote y aportándote cosas, así que trabajar con él siempre es un placer. Y trabajar con Jérémie la verdad es que también fue increíble. Yo lo admiro muchísimo como actor, amo sus películas y me parece un actor supertalentoso. A pesar de la dificultad del idioma, pudimos hacer una conexión que trascendía, una química de trabajo que creo que se ve en la pantalla y que fue muy linda. Creo que armamos un equipo superinteresante en una película muy dura, muy difícil, con locaciones muy complicadas. Cuando vas a filmar a la villa y ves la realidad de determinadas personas, ves a los chicos... Por un lado es algo muy duro y muy fuerte, y al mismo tiempo te encuentras con personas increíbles que tienen una necesidad de hacer proyectos y una esperanza en una posibilidad de cambio. Es un aprendizaje, que le hace a uno agradecer día a día la vida que a uno le tocó y la posibilidad de elegir. La verdad es que trabajar con Ricardo, con Jérémie y con Pablo fue una experiencia para mí de muchísimo crecimiento, desde el punto de vista cinematográfico y como aprendizaje personal.

- Tiene que ser un tanto esquizofrénico tener un director en el set que es tu marido en casa... Y a la vez ser usted su actriz y su productora ¿Cómo sobrevive a esta multiplicidad de circunstancias?
Creo que Pablo, como director y realizador, es supertalentoso. Para mí, trabajar con él es realmente un placer. Es muy creativo, aporta muchísimo y, al mismo tiempo, te da mucho espacio para poder construir los personajes. Obviamente, no es fácil mezclar la pareja con el trabajo, pero nos conocimos así, en otro rol —productora y director— que es distinto de actriz y director. Pero en el proceso creativo, cuando tienes mucha confianza con alguien, es muy lindo porque puedes explorar o sacar un montón de cosas. Y Pablo, en cuanto a la dirección de actores, tiene muy claro lo que quiere y te da un espacio bastante grande. Entonces, si te sientes seguro con lo que quieres armar, te da el espacio para que lo puedas construir. Por lo tanto, es un placer trabajar con él, es algo muy muy lindo.

- ¿En algún momento de la planificación de la película hizo sugerencias sobre el guión?

Bueno, Pablo y yo siempre trabajamos bastante juntos. El período en que él escribe el guión generalmente coincide con el periodo en el que yo empiezo a construir un personaje o a investigar. Yo siempre trato de darle toda la información que yo recabo y él me va mostrando versiones del guión, como también versiones de los cortes cuando van sucediendo. A los dos nos importa la opinión del otro. Creo que a cualquier persona le interesa la opinión de alguien a quien uno quiere o respeta. Le pido sus comentarios cuando me sale un proyecto y él también me va contando un poco cuáles son las ideas; vamos conversando y le voy dando mis opiniones.

- Los papeles que le da su marido no son nada glamourosos, sino de una mujer dura, idealista, luchadora... personajes anclados en una dura realidad...

Como actriz me interesa reflexionar sobre la realidad, esa posibilidad que tiene el actor de ser un portavoz laico, de predicar reflexiones o preguntas. Eso no quiere decir que no me gustaría hacer una comedia o simplemente una historia de amor o personajes más livianos. Me gustaría investigar a muchos personajes diferentes. Lo que hace el actor es contar una historia y hacer una reflexión sobre la realidad, una reflexión social. Ese es el granito de arena que a mí me interesa aportar como actriz: una forma de poder reflexionar sobre las diferentes realidades que uno va viviendo.

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