Imanol Arias habla sobre la crisis del cine español y las difíciles relaciones hispanoargentinas
- por © Redacción-NOTICINE.com
El actor español Imanol Arias está en la Argentina para presentar uno de sus últimos trabajos cinematográficos, "Pájaros de papel", que participa en la muestra MadridCine 2012 que coorganizan el INCAA y la Comunidad de Madrid. Los compañeros de EscribiendoCine le entrevistaron sobre el actual momento de crisis en el audiovisual español y las relaciones político-económicas algo tensas entre ambos países desde que el Gobierno Argentino nacionalizó una empresa energética de capital mayoritario hispano.
- ¿Cómo afecta la crisis a la producción cinematográfica en España?
El recorte afecta al mercado. Sube mucho el IVA y el producto cultural se encarece. Ya hay una discusión larga con los sectores más jóvenes de la población que hablan de que todo es caro, de que hasta Sabina es caro. De que si hay una cultura que se encarece mucho, entonces hay que buscarla por otros lados, por otros medios. Salvo que el cine se empiece a plantear formatos para ver en internet, que es lo que ya se está haciendo, el cine convencional sufrirá. También sufrirán los americanos, que yo no sé como a ellos les ha afectado la medida a sus cines, porque ellos son los dueños de los cines españoles donde exhiben. A nosotros nos afecta muchísimo porque también ha cambiado el sistema de protección cinematográfica. Entonces, en vez de subvenciones directas hay que hacer desgravaciones fiscales, es decir, si tu pones dinero en el cine te desgrava hasta un 30 por ciento. No está todavía muy cerrado el asunto. Mientras tanto, por la crisis, hay una paralización grande. España había llegado a un lugar óptimo, al que también esta llegando Argentina, que es independiente de la calidad, 150 películas. Un país de 30, 40 millones de habitantes hace 150 películas. Decía la gente que sabía, que eso significaba que toda la industria estaba trabajando, que había una expansión de la industria. Quiere decir que la pequeña empresa de decorados trabaja, que el que tiene o se compra un equipo nuevo va a trabajar. Quizá de las 150 había 100 normales, 20 que no se pueden ni ver y 10 buenas... pero había un tejido industrial, que también es importante. Este año no llegaremos a 20 lo cual es un mazazo al tejido industrial. Eso está haciendo que la gente más joven esté buscando alternativas en otro tipo de proyecciones, de formatos. Pero sí lo vamos a lograr.
- ¿Cómo ve el futuro para esa nueva industria de los jóvenes que va a surgir?
Parece que viene un reajuste grande. Me recuerda cuando uno asume una paridad en la moneda que no le corresponde. Tú puedes igualarte con alguien, pero como no se tenga una política fiscal común, uno de los dos se va a arruinar. El menos poderoso se va a arruinar. Ahora escucho a los políticos decir “Creo que no hicimos todo bien lo del Euro”. Y tenemos una tendencia a decir que las patrias sean elementos más comunes, más grandes, menos protegidos. No sé a dónde va a llevar tanto cambio. Yo no creo que Europa se vaya a convertir en el África del mundo, pero si va a haber un reajuste. Y todo parece tender a que haya gobiernos más supranacionales para poder tener control económico frente a los mercados. Es un momento tan complejo que al cine le tiene que afectar tal como lo entendíamos. Lo que pasa es que no me gusta decirles a los jóvenes que esto se va acabar, sino que van a encontrar otras vías, hay que ser muy optimista en ese aspecto. Era como cuando naces de una dictadura y no tienes tejido ni nada para hacer. Ahora es la falta de dinero, pero la situación va a cambiar.
.- ¿Y en su papel de actor cómo ve el compromiso político?
No te lo permiten, porque no hay políticos que tengan soluciones, todos reconocen que alguien manda en el fondo, ¿Y tener una posición política que es? ¿Da igual y vamos y no les pagamos como en esas épocas al Fondo Monetario Internacional? Nadie se atreve. Hay un intento de balancear un poco la injusticia. Todos los recortes no se hacen con las grandes fortunas o las grandes empresas que siguen pagando sus impuestos. Y ya no te digo con los evasores, que en España es difícil de asumir que los evasores que tengan más facilidad para volver al mundo real, les cobran 10 por ciento por lo que han evadido y aquí no pasa nada. La volatilidad del dinero es más complicada. No hay alternativas políticas excepto la sensación de que se vive algo que es el cabreo: Cuéntenos las cosas bien. Aquí nadie quiere ser mártir de nada. Veo mucho vacío ideológico. O que las ideologías son novedosas o no sirven tampoco las fórmulas tradicionales. Hay una necesidad de nueva fórmula y no aparece. Lo que parece es que gobierna Goldman & Sachs.
- Suena usted algo pesimista
Me decía un amigo el otro día: No conozco una buena película de ciencia-ficción con acción en el futuro que tenga un gobierno democrático. Todo es un juego de encontrar un sentido en la vida, no sé a dónde nos están llevando, a donde estamos yendo. Pero estoy muy desconcertado. No considero que sea nada agradable. No sé si es inevitable. Ahora estamos reproduciendo lo que sucedía con Europa hace 20 años, y quiere decir que hay ciclos concretos. Aquí también hay para hacer mercados comunes. A partir de ahí, nos mantenemos independientes hasta que se crea una moneda común y caemos en manos de Goldman Sachs otra vez. Porque al final aquí puedes subir o bajar la moneda o tener lo paralelo. Lo peor es cuando no hay cambio posible paralelo. Y tú haces una moneda única con Brasil y cuando a ti te va mal a Brasil le va muy bien o viceversa. Es difícil despatriarse. Pero se van a encontrar nuevos lenguajes. Yo pertenezco a una generación que siempre fue un cine de transición de las dictaduras. Tanto en España como en Argentina. Llegué e hice la primera película democrática. Éramos cinematografías Postdictadura. Se hablaban de elementos humanos, era tan importante. Ahora nadie lo pone en valor. Y el exceso de democracia para el mercado es algo que no le va. Hay un actor español, Paco León, que ha hecho "Carmina o revienta" (2012) que se ve por internet. En esa obra hay poco cine y mucho de talento de buscar salida. Seguro que alguien hará más cosas así. Yo a los jóvenes les daría mucho ánimo. Antes todo parecía más tranquilo, pero todo estaba muy atado y hacer una película en América Latina era un esfuerzo brutal. En ese sentido no soy pesimista. Tampoco en el otro. Tengo curiosidad.
- ¿Cómo ve la relación entre España y Argentina a partir de lo sucedido con Repsol-YPF?
Yo tengo una enorme suerte porque considero que Repsol y YPF son empresas comerciales, y nunca me preocupe cuando IBM compró la pequeña fábrica de computadores. Para no darle al tema mucha manija y que no se me malinterprete diciendo que defiendo la empresa privada, yo soy muy respetuoso con los gobiernos a los que no voto o no soy capaz de votar por eso no entro en la forma. Para buscar una solución, cuando voy a Repsol, no voy donde un amigo, empresa nacional española, que lucha por los españoles, no. Voy donde una empresa privada que me cuesta 1.40 euros el litro llenar de diesel contaminante mi automóvil. Y luego para salir del paso con un poco de humor: yo soy hincha del Athletic de Bilbao que dirige el “Loco” Bielsa, un equipo de fútbol que lleva en el pecho la marca de Petronor, una empresa petrolera que a mí me gusta, y me jodería que me quiten Petronor, porque el Athletic de Bilbao no podría tenerlo. La soberanía toca que lo hagas de una forma u otra. Es cuestión de estilo. Para una persona extranjera meterse en lo personal creo que es perder el tiempo y no analizar realmente la situación. Pero es normal que en las circunstancias actuales los países intenten tener los recursos propios.
- ¿Qué le parece el cine argentino de hoy en día?
Ahora es muy talentoso. Argentina ha pasado muchas dificultades y lleva muchos años de democracia. Hubo un momento que era un país con una visión de espectáculo, y ahora el cine argentino ha alcanzado una cifra que marca que el tejido industrial está a pleno. No garantiza calidad, pero es importante. Y hay muchos premios internacionales para el cine argentino. Y es un cine muy interesante y, en América Latina, es muy poderoso. Siendo muy europeo y de verdad. Porque interesa en Francia, en Italia un poco, en España y en la propia Latinoamérica. Hay ciertos jóvenes que ven Sundance y el mercado americano como una posibilidad de industria y no lo veo mal. Veo que se están cerrando muchos cines y la gente pide que los reabran. Y luego, no tengo muchos datos sobre cómo está la piratería en Argentina, pero afecta cuando en un país, el producto cultural se encarece mucho y aparece la piratería, vienen las leyes restrictivas. Y no lo llamaría tanto a Argentina un modelo pero si un lugar donde se pueden generar nuevas cosas. Argentina, Colombia y México.
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- ¿Cómo afecta la crisis a la producción cinematográfica en España?
El recorte afecta al mercado. Sube mucho el IVA y el producto cultural se encarece. Ya hay una discusión larga con los sectores más jóvenes de la población que hablan de que todo es caro, de que hasta Sabina es caro. De que si hay una cultura que se encarece mucho, entonces hay que buscarla por otros lados, por otros medios. Salvo que el cine se empiece a plantear formatos para ver en internet, que es lo que ya se está haciendo, el cine convencional sufrirá. También sufrirán los americanos, que yo no sé como a ellos les ha afectado la medida a sus cines, porque ellos son los dueños de los cines españoles donde exhiben. A nosotros nos afecta muchísimo porque también ha cambiado el sistema de protección cinematográfica. Entonces, en vez de subvenciones directas hay que hacer desgravaciones fiscales, es decir, si tu pones dinero en el cine te desgrava hasta un 30 por ciento. No está todavía muy cerrado el asunto. Mientras tanto, por la crisis, hay una paralización grande. España había llegado a un lugar óptimo, al que también esta llegando Argentina, que es independiente de la calidad, 150 películas. Un país de 30, 40 millones de habitantes hace 150 películas. Decía la gente que sabía, que eso significaba que toda la industria estaba trabajando, que había una expansión de la industria. Quiere decir que la pequeña empresa de decorados trabaja, que el que tiene o se compra un equipo nuevo va a trabajar. Quizá de las 150 había 100 normales, 20 que no se pueden ni ver y 10 buenas... pero había un tejido industrial, que también es importante. Este año no llegaremos a 20 lo cual es un mazazo al tejido industrial. Eso está haciendo que la gente más joven esté buscando alternativas en otro tipo de proyecciones, de formatos. Pero sí lo vamos a lograr.
- ¿Cómo ve el futuro para esa nueva industria de los jóvenes que va a surgir?
Parece que viene un reajuste grande. Me recuerda cuando uno asume una paridad en la moneda que no le corresponde. Tú puedes igualarte con alguien, pero como no se tenga una política fiscal común, uno de los dos se va a arruinar. El menos poderoso se va a arruinar. Ahora escucho a los políticos decir “Creo que no hicimos todo bien lo del Euro”. Y tenemos una tendencia a decir que las patrias sean elementos más comunes, más grandes, menos protegidos. No sé a dónde va a llevar tanto cambio. Yo no creo que Europa se vaya a convertir en el África del mundo, pero si va a haber un reajuste. Y todo parece tender a que haya gobiernos más supranacionales para poder tener control económico frente a los mercados. Es un momento tan complejo que al cine le tiene que afectar tal como lo entendíamos. Lo que pasa es que no me gusta decirles a los jóvenes que esto se va acabar, sino que van a encontrar otras vías, hay que ser muy optimista en ese aspecto. Era como cuando naces de una dictadura y no tienes tejido ni nada para hacer. Ahora es la falta de dinero, pero la situación va a cambiar.
.- ¿Y en su papel de actor cómo ve el compromiso político?
No te lo permiten, porque no hay políticos que tengan soluciones, todos reconocen que alguien manda en el fondo, ¿Y tener una posición política que es? ¿Da igual y vamos y no les pagamos como en esas épocas al Fondo Monetario Internacional? Nadie se atreve. Hay un intento de balancear un poco la injusticia. Todos los recortes no se hacen con las grandes fortunas o las grandes empresas que siguen pagando sus impuestos. Y ya no te digo con los evasores, que en España es difícil de asumir que los evasores que tengan más facilidad para volver al mundo real, les cobran 10 por ciento por lo que han evadido y aquí no pasa nada. La volatilidad del dinero es más complicada. No hay alternativas políticas excepto la sensación de que se vive algo que es el cabreo: Cuéntenos las cosas bien. Aquí nadie quiere ser mártir de nada. Veo mucho vacío ideológico. O que las ideologías son novedosas o no sirven tampoco las fórmulas tradicionales. Hay una necesidad de nueva fórmula y no aparece. Lo que parece es que gobierna Goldman & Sachs.
- Suena usted algo pesimista
Me decía un amigo el otro día: No conozco una buena película de ciencia-ficción con acción en el futuro que tenga un gobierno democrático. Todo es un juego de encontrar un sentido en la vida, no sé a dónde nos están llevando, a donde estamos yendo. Pero estoy muy desconcertado. No considero que sea nada agradable. No sé si es inevitable. Ahora estamos reproduciendo lo que sucedía con Europa hace 20 años, y quiere decir que hay ciclos concretos. Aquí también hay para hacer mercados comunes. A partir de ahí, nos mantenemos independientes hasta que se crea una moneda común y caemos en manos de Goldman Sachs otra vez. Porque al final aquí puedes subir o bajar la moneda o tener lo paralelo. Lo peor es cuando no hay cambio posible paralelo. Y tú haces una moneda única con Brasil y cuando a ti te va mal a Brasil le va muy bien o viceversa. Es difícil despatriarse. Pero se van a encontrar nuevos lenguajes. Yo pertenezco a una generación que siempre fue un cine de transición de las dictaduras. Tanto en España como en Argentina. Llegué e hice la primera película democrática. Éramos cinematografías Postdictadura. Se hablaban de elementos humanos, era tan importante. Ahora nadie lo pone en valor. Y el exceso de democracia para el mercado es algo que no le va. Hay un actor español, Paco León, que ha hecho "Carmina o revienta" (2012) que se ve por internet. En esa obra hay poco cine y mucho de talento de buscar salida. Seguro que alguien hará más cosas así. Yo a los jóvenes les daría mucho ánimo. Antes todo parecía más tranquilo, pero todo estaba muy atado y hacer una película en América Latina era un esfuerzo brutal. En ese sentido no soy pesimista. Tampoco en el otro. Tengo curiosidad.
- ¿Cómo ve la relación entre España y Argentina a partir de lo sucedido con Repsol-YPF?
Yo tengo una enorme suerte porque considero que Repsol y YPF son empresas comerciales, y nunca me preocupe cuando IBM compró la pequeña fábrica de computadores. Para no darle al tema mucha manija y que no se me malinterprete diciendo que defiendo la empresa privada, yo soy muy respetuoso con los gobiernos a los que no voto o no soy capaz de votar por eso no entro en la forma. Para buscar una solución, cuando voy a Repsol, no voy donde un amigo, empresa nacional española, que lucha por los españoles, no. Voy donde una empresa privada que me cuesta 1.40 euros el litro llenar de diesel contaminante mi automóvil. Y luego para salir del paso con un poco de humor: yo soy hincha del Athletic de Bilbao que dirige el “Loco” Bielsa, un equipo de fútbol que lleva en el pecho la marca de Petronor, una empresa petrolera que a mí me gusta, y me jodería que me quiten Petronor, porque el Athletic de Bilbao no podría tenerlo. La soberanía toca que lo hagas de una forma u otra. Es cuestión de estilo. Para una persona extranjera meterse en lo personal creo que es perder el tiempo y no analizar realmente la situación. Pero es normal que en las circunstancias actuales los países intenten tener los recursos propios.
- ¿Qué le parece el cine argentino de hoy en día?
Ahora es muy talentoso. Argentina ha pasado muchas dificultades y lleva muchos años de democracia. Hubo un momento que era un país con una visión de espectáculo, y ahora el cine argentino ha alcanzado una cifra que marca que el tejido industrial está a pleno. No garantiza calidad, pero es importante. Y hay muchos premios internacionales para el cine argentino. Y es un cine muy interesante y, en América Latina, es muy poderoso. Siendo muy europeo y de verdad. Porque interesa en Francia, en Italia un poco, en España y en la propia Latinoamérica. Hay ciertos jóvenes que ven Sundance y el mercado americano como una posibilidad de industria y no lo veo mal. Veo que se están cerrando muchos cines y la gente pide que los reabran. Y luego, no tengo muchos datos sobre cómo está la piratería en Argentina, pero afecta cuando en un país, el producto cultural se encarece mucho y aparece la piratería, vienen las leyes restrictivas. Y no lo llamaría tanto a Argentina un modelo pero si un lugar donde se pueden generar nuevas cosas. Argentina, Colombia y México.
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