Carlos Therón escribe sobre "Impávido"

por © Emon-NOTICINE.com
El realizador español Carlos Therón
Por Carlos Therón *

¿Hasta qué punto es la suerte responsable de lo que nos pasa? Al principio de la película Rai, el protagonista, cree que todos sus problemas son debidos a su inigualable capacidad para atraer la mala suerte. Al final entiende que el azar no le trataría tan mal si él no ayudara tanto con sus decisiones equivocadas. "Impávido" es por encima de todo una comedia; una comedia bastarda que juega con los géneros. Mantiene la estructura de un thriller moderno con momentos de frenética acción. Recorre carreteras de road movie con espíritu aventurero. Navega por las aguas del cine negro clásico aunque rebajando el amargo sabor del cinismo con una pizca de comedia romántica. Es una película con vocación indiscutiblemente palomitera, una celebración del cine como acto de disfrute.

"Impávido" es pura diversión.

Pero mirando en el sótano encontramos un viaje, el tortuoso viaje de Rai hacia la oscura inmensidad de la madurez. El doloroso descubrimiento de que la adolescencia ha quedado atrás y, a veces, las decisiones más duras y difíciles son las acertadas. La simple aceptación de la responsabilidad. Rai madura y lo hace como casi todo el mundo: a golpes, sólo que en su caso es un poquito más literal.

En su camino, Rai se cruza con un sinfín de personajes cada cual más peculiar. Los conflictos de cada uno de estos individuos se desgranan en las subtramas que arropan la peripecia de Rai. La improbable amistad entre un ingenuo chaval que raya el autismo con un verborreico experto en blanquear dinero, o la destructiva voracidad de un adicto al poder, revolotean alrededor de Rai y sus problemas. Así, la película explora temas universales como la amistad, el amor incondicional, el sexo como arma de manipulación o la ambición desmesurada. Siempre desde el prisma de la comedia y sin perder la "humilde" intención de divertir por encima de todo.

"Impávido" se sumerge en el espíritu de la comedia de gangsters como "Snatch, cerdos y diamantes" de Guy Ritchie o "Airbag" de Juanma Bajo Ulloa. Ambas películas pueden ser un buen ejemplo para entender lo que será "Impávido".

No hay mayor placer que proporcionar placer. No creo que haya nada más gratificante que el público respondiendo a tu trabajo en forma de sonora carcajada… mientras no estés haciendo un profundo drama histórico.

"Impávido" pretende acercarse a esa clase de películas que me gusta volver a ver de vez en cuando, sólo para ser un poquito más feliz. Pero también es una historia con varios niveles de lectura. Además de ser una trepidante aventura, ofrece al espectador una reflexión sobre la madurez, una pequeña radiografía del cerebro de un joven de nuestro tiempo, una irónica revisión de los clichés del cine negro, una reivindicación de los personajes femeninos fuertes y activos, una fábula moral en la que los buenos ganan, y a la postre, una celebración de la vida.

Estos son algunos de los motivos  que me impulsan a abordar esta historia. Pretendo rodarla con rigor, la comedia es algo muy serio, y si consigo exportar a la pantalla el contenido de mi cabeza, podré ofrecerle al espectador algo que escasea últimamente: cine comercial de calidad. Y yo seré un poquito más feliz.

"Impávido" es a fin de cuentas la película que me gustaría ir a ver. Una montaña rusa dibujada con trazos de comedia, siempre entretenida, con sorpresas en cada curva, carcajadas en cada giro y una sonrisa en la boca al terminar el viaje.

Abróchense los cinturones.

(*): Carlos Therón estrena este viernes en España su segundo largometraje (aunque primero en ser rodado, antes que "Fuga de cerebros 2"), una comedia de acción protagonizada por Julián Villagrán, Marta Torné y el popular actor porno español Nacho Vidal, y escrita por él mismo junto a Roberto Therón y Alfonso Aranda.

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