Crítica: "El sol", a la vanguardia
- por © EscribiendoCine-NOTICINE.com
Por Emiliano Basile
"El sol" (2010) es la nueva película de animación del argentino Ayar Blasco (co-director de "Mercano, el marciano", 2002) que tuvo su estreno en la 11° edición del BAFICI. Una realización tan independiente como singular y divertida, que tiene entre sus virtudes al Doctor Tangalanga, quien aporta su voz, formal e irrisoria a uno de los personajes, apoyando el registro crítico-paródico de la película.
En un futuro apocalíptico y no muy lejano, la gente vive puteando al prójimo hasta el colapso mundial. Quedan unos pocos sobrevivientes en el planeta. La tierra “Poblar”, los “bonitos” que no son otra cosa que un grupo de caníbales y los ecologistas sanguinarios. Todos juntos dándole un marco de humor absurdo y situaciones tan críticas como desopilantes a la odisea de dos adolescentes, Once (Jorge Sesán ) y La Checo (Sofía Gala Castiglione), que exploran territorios bajo el sol, acompañados por las voces de Divina Gloria y Martín Piroyansky.
Tras un arranque brutalmente divertido y prometedor, el ritmo del film decae un poco al volverse más oscuro y pesimista con la desaparición del personaje del Doctor Tangalanga, incluso promoviendo el desconcierto en ciertos trayectos del relato. Sin embargo, el gran acierto es que "El sol" nunca trata de parecerse o asociarse a ideas preestablecidas del cine de animación convencional, y busca un horizonte nuevo, propio y original, aunque sea más difícil de recorrer.
"El sol" es una película indescriptible en cuanto a propuesta si pensamos en lo impredecible del relato. Con una crítica ácida y el humor absurdo que retoma ideas de "Mercano, el marciano", Ayar Blasco constituye un film de animación desde los márgenes (ideológicos e industriales) para plantear un punto de vista completamente a la vanguardia del cine de animación contemporáneo.
"El sol" (2010) es la nueva película de animación del argentino Ayar Blasco (co-director de "Mercano, el marciano", 2002) que tuvo su estreno en la 11° edición del BAFICI. Una realización tan independiente como singular y divertida, que tiene entre sus virtudes al Doctor Tangalanga, quien aporta su voz, formal e irrisoria a uno de los personajes, apoyando el registro crítico-paródico de la película.
En un futuro apocalíptico y no muy lejano, la gente vive puteando al prójimo hasta el colapso mundial. Quedan unos pocos sobrevivientes en el planeta. La tierra “Poblar”, los “bonitos” que no son otra cosa que un grupo de caníbales y los ecologistas sanguinarios. Todos juntos dándole un marco de humor absurdo y situaciones tan críticas como desopilantes a la odisea de dos adolescentes, Once (Jorge Sesán ) y La Checo (Sofía Gala Castiglione), que exploran territorios bajo el sol, acompañados por las voces de Divina Gloria y Martín Piroyansky.
Tras un arranque brutalmente divertido y prometedor, el ritmo del film decae un poco al volverse más oscuro y pesimista con la desaparición del personaje del Doctor Tangalanga, incluso promoviendo el desconcierto en ciertos trayectos del relato. Sin embargo, el gran acierto es que "El sol" nunca trata de parecerse o asociarse a ideas preestablecidas del cine de animación convencional, y busca un horizonte nuevo, propio y original, aunque sea más difícil de recorrer.
"El sol" es una película indescriptible en cuanto a propuesta si pensamos en lo impredecible del relato. Con una crítica ácida y el humor absurdo que retoma ideas de "Mercano, el marciano", Ayar Blasco constituye un film de animación desde los márgenes (ideológicos e industriales) para plantear un punto de vista completamente a la vanguardia del cine de animación contemporáneo.
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