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Este fin de semana la estrella uruguaya radicada en la Argentina Natalia Oreiro regresa a las pantallas locales con "Infancia clandestina", de Benjamín Avila, casi coincidiendo con la participación del film en los Horizontes Latinos del Festival de San Sebastián, precisamente donde alzó el vuelo el año pasado -aún inacabado- en el apartado industrial Cine en Construcción. Oreiro está convencida que con "Infancia..." y "Wakolda", cuyo rodaje acabe de finalizar, se abre una nueva etapa en su carrera interpretativa, antes dominada por las comedias sentimentales.

"El papel de Charo es el más complejo y dramático -explica Natalia a TELAM- que me tocó interpretar antes del de "Wakolda", de Lucia Puenzo, en donde también compongo un personaje intenso y dramático, y creo que es para mí como actriz un crecimiento importante y de mucha verdad".

"Infancia clandestina" está inspirada por la propia de su director, hijo de activistas montoneros. Su padre, dirigente del grupo guerrillero peronista de izquierdas, murió en enfrentamiento armado con los uniformados, y su madre fue "desaparecida", secuestrada con un niño que durante muchos años fue buscado por Abuelas del Plaza de Mayo hasta ser localizado.

"Es singular -dice Oreiro- porque es una madre contundente en sus ideales. Por momentos pareciera imponer su lealtad ideológica por delante de sus sentimientos maternales, pero a la vez este hecho es todo lo contrario porque está convencida de que la lucha es para y por ellos sus hijos y su futuro de libertad. El desafío como actriz era despegarme de lo que sabemos que sucedió para situarnos en lo que esta familia estaba viviendo. Esto nos llevo a todos los actores a prepararnos tanto física como intelectualmente, con textos, vídeos y hasta entrenamiento con armas".

Ultimamente implicada en la teleserie panamericana de cable "Lynch", junto a Jorge Perugorría, la también cantante uruguaya asegura que le sedujo de la propuesta de Avila sus diferencias con otros films sobre la época. "Me atrapó la historia, lo bien narrada que estaba, que era una película enclavada en el 79 , pero con una visión completamente diferente de las otras películas que había visto acerca de la dictadura, porque esta traspasa lo histórico y la convierte en universal. Esta relación del público con el film pude comprobarla en el Festival de Cannes con público internacional. Es una película conmovedora, que no tiene golpes bajos aunque es dramática y donde la violencia esta inteligentemente fuera de campo o contada a través de ilustraciones geniales".

La propia Oreiro reconoce que el impacto de la película lo ha sentido y lo siento aún hoy ella misma: "Fue la única película en la que me resultaba muy difícil despegarme de las emociones vividas durante el día de rodaje. Regresaba a casa y me largaba a llorar...Todavía hoy cuando veo la película siento lo mismo".

"Infancia clandestina" tuvo su estreno mundial en Cannes, y ha sido seleccionada también por Toronto, antes de participar en San Sebastián, dentro de la competencia de Horizontes Latinos.