Aida Folch, musa de Trueba: "Es tan bonito poner tu cuerpo al servicio de una creación artística"

por © J.A.-NOTICINE.com
Aída Folch, en una escena de 'El artista y la modelo'
La joven actriz catalana Aída Folch apenas ha cambiado fisicamente desde que fue descubierta por Fernando Trueba con "El embrujo de Shanghai". Ahora vuelve a reunirse diez años después con su mentor para "El artista y la modelo", un drama sobre la vida, la muerte y la belleza, que tras presentarse en el Festival de San Sebastián se estrena comercialmente este viernes en España. De este trabajo, la intérprete de la serie "Cuéntame", vista también en "25 kilates" o la mexicana "Mi universo en minúsculas", ha sacado -según cuenta en entrevista exclusiva con NOTICINE.com- como poco dos grandes experiencias: haber aprendido francés y conocer y compartir casi todo el metraje con Jean Rochefort, gloria viva del cine europeo.

- Háblenos de esta modelo a la que da vida...
Mi personaje se llama Mercé. Es una chica joven, que acaba de escapar de un campo de refugiados, politicamente activa, se encuentra con un escultor y éste decide darle cobijo, de comer y de dormir, a cambio de que pose para él como modelo. La película es la aventura de estos dos personajes que no tienen nada que ver el uno con el otro aparentemente, porque pertenecen a dos generaciones, a culturas distintas, una francesa, otra española, con formaciones diferentes, una culta otra no... Eso hace más interesante esta reflexión sobre la creación artística.

- Tengo entendido que simplemente por el hecho de que Trueba le comentara que estaba por hacer una película en la que necesitaba a una chica que hablase bien francés usted se fue por su cuenta y riesgo al vecino país a aprender el idioma.

Sí, así es. Lo hice por necesidad. Lo sentía así. Para mí era muy importante... Me dijo que estaba pensando en un papelito para mí en una película, pero que debía hablar francés. Decidí irme porque se lo debía. Tenía que hablar ese idioma porque me dio la primera oportunidad en el cine y gracias a él he seguido siendo actriz. Para mí lo importante más que hacer la película era que él estuviera orgulloso de mí, demostrarle que podía hablar otra lengua si era necesario.

- Deduzco que la gratitud de que la descubiera, siendo adolescente, en "El embrujo de Shanghai" se ha mantenido todos estos años.
Totalmente, para mí Fernando es muy importante, porque ha sido mi padre cinematográfico, y no´sólo me ha dado una oportunidad, sino que esta es la segunda. Ha depositado muchísima confianza en mí. Además admiro mucho su cine y me siento muy afortunada, sobre todo porque había escrito ahora un papel para mí. Nunca jamás nadie había hecho esto y no se si volverá a suceder de nuevo en la vida.

- Pero en este caso Trueba fue muy discreto porque no se le dijo inicialmente, que usted iba a ser la estrella de la película.

Jamás me lo dijo, e incluso me dijo que no sabía si algún día llegaríamos a hacer la película. Pero también me comentó que nunca podría quejarme porque al fin y al cabo gracias a ella había aprendido otro idioma. Pero yo estaba feliz. Yo por Fernando Trueba siento esa deuda, que se lo debo todo... Y lo hago con gusto.

- ¿Cuando ya tuvo el guión en sus manos no tuvo alguna reticencia o inseguridad por el hecho de que debe de pasarse buena parte del metraje posando desnuda?
Al principio te da un poco de pudor. Sabes que hacer de modelo a lo largo de la película obliga a que tu físico esté expuesto todo el tiempo. Pero... es tan bonito poner tu cuerpo al servicio de una creación artística, que vale la pena. Yo con Fernando al fin del mundo. Además se que es una persona que tiene muchísimo gusto, que jamás roza lo vulgar, y que iba a hacerlo todo muy bonito. Entonces, sí, definitivamente con Fernando al fin del mundo...

- Tuvo que ser toda una experiencia codearse con un actor de tanta fama, prestigio y experiencia como Jean Rochefort. ¿Qué ha representado para usted y que consejos le dio de cara al trabajo interpretativo?
Me siento muy afortunada. Al principio tenía un poco de pudor, porque se que es un actor muy grande, y estar a su altura es muy difícil. Pero desde el principio me puso las cosas fáciles, tuvimos una química brutal, un sentido del humor muy bueno entre los dos... Hablábamos mucho y nuestra visión sobre la película iba hacia la misma dirección. La verdad es que ha sido un no parar de aprender al lado de un monstruo cinematográfico como es él. Respecto de sus enseñanzas, me dijo que no me iba a dar consejos, que lo único que en todo caso me sugeriría es que no cambiara nunca.

- Aunque aquí en España no se conoce apenas, tuvo usted una experiencia mexicana hace un par de años...

Sí, en efecto, en 2010 hice una película que se llama "Mi universo en minúsculas", puramente mexicana, que va sobre una española en busca de su papá en el DF. Su única referencia es la calle Juárez, pero hay miles de calles Juárez. Es un poco su viaje por toda una ciudad, recordando esos olores, sabores de comidas, esa cultura en donde ella nació. Es una película muy sensorial. Sale del CCC. Ha sido un placer trabajar por primera vez en Latinoamérica.

- ¿Y qué perspectivas de trabajo tiene después de "El artista y la modelo"?
Están llegando propuestas de México justamente, y de Francia. Me gustaría mucho tener una carrera también fuera de España. Creo que es muy enriquecedor trabajar en todos los sitios, porque hay miles de maneras de hacer las cosas, conoces otro país, aprendes muchísimo más y tienes una carrera más rica. Ahora que hablo francés sí que me gustaría mucho ir allí, mejorar la lengua y trabajar allí.

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