Profesionales del cine arroparon a Gutiérrez Aragón al recibir la Medalla de la Academia
- por © Redacción-NOTICINE.com
Directores, actores, productores y otros profesionales del cine español acompañaron este miércoles noche en el Casino de Madrid al escritor y excineasta cántabro Manuel Gutiérrez Aragón, quien recibió la Medalla de Oro 2012 de la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas de España, en un acto presentado por la actriz Angela Molina, protagonista de varias de sus cintas ("Camada negra", "El corazón del bosque...") y por Luis Tosar.
El evento acudieron representantes de las instituciones como el Secretario de Estado de Cultura, José María Lasalle y la Directora General del ICAA, Susana de la Sierra, y sobre todo compañeros de profesión y amigos como Ana Belén, Ana de Armas, Ángeles González-Sinde, Carlos Iglesias, Eduardo Campoy, Emilio Martínez-Lázaro, Enrique Cerezo, Gerardo Herrero, Gracia Querejeta, Imanol Uribe, Jose Coronado, José Luis Cuerda, José Sacristán, José Sancho, Juan Diego, Mabel Lozano, Víctor Manuel y Vladimir Cruz, entre otros.
"Es la primera vez -decía la víspera Gutiérrez Aragón a Radio Nacional- que un premio me lo da la gente con la que he trabajado, mis compañeros. Esto es lo que lo hace más entrañable. El cine detrás tiene a muchísima gente, que dan mucho más de lo que reciben. El director se apoya mucho en esos equipos. De lo que mas me acuerdo del cine es de la gente. Porque hacer una película es como ir a la guerra. Une mucho, aunque esa guerra siempre la pierdas. Nunca sabes lo que queda por el camino. Esos dos meses son intensísimos. La prueba es que surgen parejas que se prometen amor eterno pero duran lo que una película...".
El cineasta, autor de cintas como "Habla, mudita", "Demonios en el jardín", "Maravillas", "La mitad del cielo" o "Cosas que dejé en La Habana" optó por colgar los hábitos de realizador hace cuatro años, para dedicarse a la literatura. "La vocación de escribir yo la tenía desde niño, y en principio quise estudiar periodismo, pero la Escuela de Periodismo estaba cerrada y me metí en la de cine, que era lo más aproximado. Yo empecé sobre todo de guionista. Un guión no es nada sin la película. La novela está terminada cuando pones el punto y final y ya se puede disfrutar, es una realidad, pero el guión solo se acaba cuando se hace la película, y el guionista muchas veces, si quiere terminarlo del todo, tiene que acabar haciendo él mismo la película, dirigiéndola", recordaba.
Entre los motivos por los que decidió dejar el cine, Gutiérrez Aragón, que además de realizador y guionista ha trabajado durante años para la Sociedad General de Autores, en la época de Teddy Bautista, ha citado lo lentos que son ahora los procesos de producción, respecto de décadas pasadas, y el menor control que un director puede tener. "El cine cuando yo empecé era más corto de hacer. A Elías Querejeta le convencí para hacer "Habla mudita" (su opera prima, en 1973) y a los seis meses estábamos rodando. Ahora tienes que esperar turno, y si con suerte hacen la película pueden pasar dos años. Y es mucho... demasiado cansado esperar tanto tiempo".
No obstante, el realizador cántabro de familia cubana asume que "nunca deja uno de ser director. Las películas te persiguen y como los vinos mejoran. Algunas de las que veíamos de los años 50 o 60, y que criticábamos mucho, ahora se ven y son documentos respetados. Ganan con el tiempo". Respecto de la posibilidad de volver, Gutiérrez Aragón, a los 70 años dice que "sería muy difícil porque la crisis afecta mucho al cine. Cuando lo dejé fue porque siempre he hecho la película que he querido, con reservas, pero no estaba seguro de poder seguir así y puse el punto final en el momento justo. Quizás debí no decirlo, pero como escribí una novela tuve que contarlo cuando hacía la promoción".
El evento acudieron representantes de las instituciones como el Secretario de Estado de Cultura, José María Lasalle y la Directora General del ICAA, Susana de la Sierra, y sobre todo compañeros de profesión y amigos como Ana Belén, Ana de Armas, Ángeles González-Sinde, Carlos Iglesias, Eduardo Campoy, Emilio Martínez-Lázaro, Enrique Cerezo, Gerardo Herrero, Gracia Querejeta, Imanol Uribe, Jose Coronado, José Luis Cuerda, José Sacristán, José Sancho, Juan Diego, Mabel Lozano, Víctor Manuel y Vladimir Cruz, entre otros.
"Es la primera vez -decía la víspera Gutiérrez Aragón a Radio Nacional- que un premio me lo da la gente con la que he trabajado, mis compañeros. Esto es lo que lo hace más entrañable. El cine detrás tiene a muchísima gente, que dan mucho más de lo que reciben. El director se apoya mucho en esos equipos. De lo que mas me acuerdo del cine es de la gente. Porque hacer una película es como ir a la guerra. Une mucho, aunque esa guerra siempre la pierdas. Nunca sabes lo que queda por el camino. Esos dos meses son intensísimos. La prueba es que surgen parejas que se prometen amor eterno pero duran lo que una película...".
El cineasta, autor de cintas como "Habla, mudita", "Demonios en el jardín", "Maravillas", "La mitad del cielo" o "Cosas que dejé en La Habana" optó por colgar los hábitos de realizador hace cuatro años, para dedicarse a la literatura. "La vocación de escribir yo la tenía desde niño, y en principio quise estudiar periodismo, pero la Escuela de Periodismo estaba cerrada y me metí en la de cine, que era lo más aproximado. Yo empecé sobre todo de guionista. Un guión no es nada sin la película. La novela está terminada cuando pones el punto y final y ya se puede disfrutar, es una realidad, pero el guión solo se acaba cuando se hace la película, y el guionista muchas veces, si quiere terminarlo del todo, tiene que acabar haciendo él mismo la película, dirigiéndola", recordaba.
Entre los motivos por los que decidió dejar el cine, Gutiérrez Aragón, que además de realizador y guionista ha trabajado durante años para la Sociedad General de Autores, en la época de Teddy Bautista, ha citado lo lentos que son ahora los procesos de producción, respecto de décadas pasadas, y el menor control que un director puede tener. "El cine cuando yo empecé era más corto de hacer. A Elías Querejeta le convencí para hacer "Habla mudita" (su opera prima, en 1973) y a los seis meses estábamos rodando. Ahora tienes que esperar turno, y si con suerte hacen la película pueden pasar dos años. Y es mucho... demasiado cansado esperar tanto tiempo".
No obstante, el realizador cántabro de familia cubana asume que "nunca deja uno de ser director. Las películas te persiguen y como los vinos mejoran. Algunas de las que veíamos de los años 50 o 60, y que criticábamos mucho, ahora se ven y son documentos respetados. Ganan con el tiempo". Respecto de la posibilidad de volver, Gutiérrez Aragón, a los 70 años dice que "sería muy difícil porque la crisis afecta mucho al cine. Cuando lo dejé fue porque siempre he hecho la película que he querido, con reservas, pero no estaba seguro de poder seguir así y puse el punto final en el momento justo. Quizás debí no decirlo, pero como escribí una novela tuve que contarlo cuando hacía la promoción".
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