Hernán Goldfrid habla sobre el "thriller" argentino "Tésis sobre un homicidio"

por © E.Obregón/EscribiendoCine-NOTICINE.com
'Tésis sobre un homicidio'
El director porteño Hernán Goldfrid debutó en la realización con una comedia de estilo americano, "Música en espera" (2009), que protagonizaron Natalia Oreiro y Diego Peretti. En "Tésis sobre un homicidio" (2012), adaptación cinematográfica del libro homónimo de Diego Paszkowski, ingresa a un territorio mucho más áspero para contar la historia de una obsesión. "El género es una herramienta que me parece muy interesante para explorar", dice en una charla con nuestros compañeros de EscribiendoCine.

- Quisiera conocer el origen de este proyecto, que se aleja mucho de su primera película, pero que no deja de ser una nueva apuesta al cine de género. En este caso, un policial más introspectivo.
Este es un proyecto que encaramos juntos con Patricio Vega (el coguionista) desde los inicios, desde la gestación de esta película. Patricio había leído la novela, y me la pasó para que yo la viera. Y coincidimos en que ahí creíamos que había una película. A partir de ese momento comenzamos a imaginar cómo esa trama, esa historia, podía llevarse a una película como queríamos hacerla. En cuanto al tipo de cine en el que me perfilo, creo que eso se va armando con cada una de las películas. No es que tienda más al cine americano de Hollywood o al europeo, de alguna manera el género es una herramienta que me parece muy interesante para explorar y quizás diferentes cinematografías la exploraron de diferentes maneras. Y en este caso lo que me seducía contar era la historia de una obsesión. Y esa historia nos obligaba a contar a partir de un punto de vista muy claro. Quizás eso se asemeje más a un policial más francés que a un policial americano, pero si exploramos bien hay autores de cine americano que también se obsesionan con un personaje y con seguir la trama a partir de su obsesión.

- ¿Y cómo fue el trabajo de transposición?
La novela es un tanto diferente en cuanto al punto de vista. Porque narra dos puntos de vista. Entonces, intercala los capítulos a partir de los personajes de Bermúdez y del alumno. Ahí hay una clave fundamental en la diferencia entre la narración de la película y la novela. Más allá de lo que contaba la trama de la novela, lo que me interesaba era meterme en el mundo de este personaje, y en cómo la mente puede conducirte hacia terrenos inimaginados. Manipulados por un tercero o por uno mismo. En un momento, su ex mujer le dice "vos pensás en las cosas tal como querés que sean, tal como las querés ver". En algún punto ella puede llegar a tener razón, en cuanto a que él mismo conduce su manera de ver las cosas.

- Como relato de una obsesión, termina siendo una película “epicéntrica”, claustrofóbica. ¿Percibe una lectura alegórica, en el sentido de que él llega a lugares absurdos por culpa de un pensamiento arbitrario? Por otra parte, todas las locaciones parecen casi una extensión de sí mismo.
Fue una película muy, muy pensada desde su puesta en escena. Pensar a partir de la puesta en escena obliga a que el mundo que viste de alguna manera al personaje, o que lo rodea, tenga que tener un por qué. Todo debe tener un por qué en cuanto a lo psicológico y en cuanto a lo simbólico. Entonces sí, quizás hay dentro de la película una observación completa del mundo del personaje. Y todo lo que lo rodea tiene que ver con su comportamiento y con su manera de conducirse.

- Pienso que su film tiene un aspecto muy freudiano, en el sentido en el que Freud vincula a la ley con el padre. Hay una disputa latente muy masculina.

En cuanto a lo masculino, la ley paterna podría ser un tema del que habla la película. Sea sanguínea o sea simbólica. De alguna manera, hay una relación de padre e hijo. Y eso lo lleva a un terreno psicoanalítico al film. Ese inmiscuirnos y meternos en la vida más privada de estos personajes, y de los personajes que los rodean. Y de aquel mundo pasado en el que ellos convivieron. En cuanto a lo masculino, quizás esta historia tenga que ver con el "deber ser" de aquellas lecturas de la ley paterna.

- El guión ahonda mucho en cuestiones legales y de peritaje. Bermúdez tiene un punto de vista pragmático, que por momentos lo convierte en un personaje muy antipático. Los alumnos plantean otras posturas. ¿Investigó mucho sobre lo legal y el Derecho?

Tuve muchas conversaciones con abogados, peritos forenses, médicos de la morgue, policías de la escena del crimen… Traté de involucrarme mucho con la metodología y la investigación de este tipo de casos. Y eso me hizo elegir un camino sobre cómo debíamos "conducir esta investigación". Quizás hay una disputa sobre cómo observar y analizar la ley y el sistema de justicia. Pero cada una de esas cosas tiene como puntos sólidos para respaldarme en una gran investigación cara a cara, en persona, o literaria.

- Haddock Films coprodujo "El Secreto de sus Ojos" (2009), un éxito del policial nacional en el que también estuvo Darín. E incursionó varias veces en ese género. ¿Sentía una presión con tamaño antecedente?

En realidad, éste es un proyecto que surgió junto a Patricio en la escritura. Y nosotros se lo llevamos a Diego Ducobsky y a Daniel Burman. Y se fue armando todo el sistema de producción. No sentí la sombra de ninguna película previa, obviamente que "El Secreto de sus Ojos" es un título muy importante de nuestro cine en los últimos años. Al ser Ricardo Darín el protagonista era imposible olvidarla. Pero yo mismo creía que era otra la historia que quería contar, entonces me quitaba el peso de cualquier similitud. Sentía que son mundos y películas completamente distintos, a pesar de las cosas que podían llegar a igualarlas.

- ¿Cómo fue trabajar con Ricardo?

Fue una experiencia inolvidable, espectacular. Es alguien que sentí desde la primera reunión que hacía crecer al proyecto. Indagó tanto en su personaje como en el mundo que lo rodea, entendió perfectamente el camino al que quería llegar. Y condujo junto conmigo ese mismo objetivo. Fue una pieza fundamental, alguien que de alguna manera hizo crecer mucho la película. Y siento que me hizo crecer mucho como director, porque me obligaba a tener nuevos desafíos, diálogos y conversaciones en una altura muy espectacular. Entonces, el nivel de investigación que hacíamos respecto de por qué sucedía cada una de las cosas era el terreno que yo quería explorar.

- Me pareció muy pertinente el casting. Hay notables secundarios, como el de Mara Bestelli y el de Antonio Ugo (fallecido después). ¿Contó con responsable de casting?

Hubo una dirección de casting, empezaba por Javier Braier y terminaba por Natalia Urruti. A mí me interesa explorar diferentes tipos de actores, diferentes tonos de actuación. No era mi prioridad el hecho de que sean actores de la televisión. Me metí a explorar cualquier mundo, y no tengo ningún tipo de prejuicio para ningún tipo de actores. A Mara Bestelli la admiro mucho desde antes, con Antonio Ugo trabajé alguna vez como asistente y siempre lo admiré. Y lo mismo me pasó con muchos otros de los personajes, empecé a pensar cómo debían ser los personajes, empecé a meterme en el teatro, ver cine argentino, televisión, tratar de recordar actores y empezar a construir cada uno de los personajes. Me junté con cada uno de ellos, ensayamos, leímos el guión. Le dimos una importancia fundamental a cada uno de los personajes.

- Es muy singular el tipo de profesor que construye la trama y al que da vida Darín. Es muy personalista. ¿Tuvo profesores así?
Quizás conocí profesores de ese estilo, o quizás el personaje Bermúdez es una mezcla de profesores o de profesores de la vida a los que uno ubica en el lugar de maestro pero que no necesariamente han sido profesores en lo académico. Tiene una mezcla de personalidades que me fueron tocando vivir en la vida. Y que las admiraba u observaba desde distintos lugares. La manera de dar las clases de Bermúdez me parece muy interesante.

- En una secuencia clave aparece el show de "Fuerza Bruta". Dado que ya es una marca internacional, ¿hubo una elección de marketing, más allá de su potencia dramática?

No responde para nada al esquema de producción, responde a la trama de la película, al deseo de llevar a Bermúdez, en el clímax, a un mundo que no le pertenece. Un mundo que le es ajeno. De algún modo, ese show en un subsuelo de una fábrica no es su mundo cotidiano. Investigando qué era lo que podíamos hacer, yo ya había visto "Fuerza Bruta" y me encantaba. Era un desafío enorme filmar esa secuencia. Lo charlamos con Patricio y también le encantó llevar ese clímax a un mundo de ese estilo. Coincidimos en que era lo más adecuado, y que encima este espectáculo tenga que ver simbólicamente con todo el entretejido de la trama, el personaje corriendo y atravesando esa pared, esas mujeres cayendo por encima de él tenía mucho que ver con la película.

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