Santiago Loza habla de "La Paz": "Mi parte pesimista cree que se perdió el público del cine de autor"

por © Jon Apaolaza-NOTICINE.com
Santiago Loza
Un año después de estar terminada y algo menos desde que fue premiada en el BAFICI como la mejor cinta argentina, llegó esta semana a las salas del país suramericano "La Paz", propuesta de Santiago Loza, cineasta y profesor de cine. En conversación exclusiva con NOTICINE.com, Loza, el antes director de "La invención de la carne" y coautor de "Los labios", reflexiona sobre las motivaciones y el estilo de su último trabajo y el momento del cine de autor en su país y en el mundo, así como las dificultades del cine independiente para llegar al público.

- ¿Podría definir "La Paz"?
Es una película argentina que trata, resumiendo la historia, el regresos a casa de los padres de un joven de clase media, media-alta, que ha tenido una internación psiquiátrica. Y al regresar intenta crear o reconstruir ciertos vínculos afectivos y que le resulta bastante imposible generarlos. En medio de esos vínculos es salvado y cuidado por su madre y un poco por la empleada doméstica boliviana. Y en él empieza a aparecer el deseo de ir a Bolivia, como si fuera un lugar mítico o un lugar donde él pueda encontrar cierta paz o como una idea romántica, como para los poetas era Oriente o la idea de la Meca.

- Su película usa en el título el término "La Paz" en su doble sentido...
Sí, es como un juego de palabras literal. Por un lado, está La Paz, es la ciudad, como si al personaje le enamorara la idea de una ciudad llamada La Paz. Por otro lado, es como la idea de crear un estado del alma, que su alma está rota, con demasiada inquietud y la idea, casi en chiste, de conseguir en un lugar aquello que no se consigue en la vida cotidiana.

- "La Paz" apareció el año pasado coincidiendo con la estadounidense "El lado bueno de las cosas / Los juegos del destino / Silver Linings Playbook", que también iba de un hombre que estuvo en un psiquiátrico.
Bueno, son coincidencias. Acá el personaje sale del psiquiátrico y entra en un deambular y en un intento de reconstruir lo afectivo que está roto. También, como una especie de descubrimiento o repara en un personaje invisible. Este personaje es la "mucama", un personaje que para él ha sido invisible y es la persona en la cual él empieza a reparar y desde la cual se construye, se empieza a reconstruir.

- La forma que tiene de contar la historia de la película apenas usa palabras. La relación del personaje es mucho más a base de gestos o de miradas que de diálogos.
Sí, a mí me pasa que me conmueven los momentos donde la palabra no alcanza a definir algo. Pasa en la relación entre Soña, la "mucama", y el personaje principal, entre la madre y él. Es como esos vínculos afectivos o de reparación, esos vínculos que tienen que ver con el cuidado, a veces lo que pasa por una zona gestual o por ciertas zonas, con ciertas compañías que curan, o algunas palabras muy simples. El personaje boliviano, la mujer, es muy simple lo que le va diciendo. pero bueno, esa simpleza está más en el modo en que se lo dice o en esa calma, que en lo que se dice. Y a la vez, esta película tiene esos estados de silencio, de compañía o de inquietud, y también tiene un ligero humor o ternura, por llamarlo de alguna manera.

- Hace mucho hizo una película compartida y ahora esta solo, ¿cómo surgió esta historia?
La historia nace por varios lados. La película compartida con Iván Fund, el director de "Los labios", es una historia que trabajaba sobre la idea de la pobreza, entre otras cosas, pero trataba sobre un grupo de mujeres que trabajaba en una zona marginal. Lo que pasaba es que al mostrar la película aparecía en algunas audiencias una mirada muy caritativa hacia los pobres, pensante. Entonces a mí siempre me llamaba la atención eso, y "La Paz" juega de alguna manera con esa mirada, con la idea idílica de la pobreza.  Eso por un lado, con la idea de trabajar sobre una zona que tuviese que ver con la pobreza, con el mundo. Y después, nace también, por el encuentro que tengo con el protagonista, es un director de teatro argentino y actor joven. Conociendo su vida un poco y su pasado, la película toma algo de su vida, ficcionaliza algo de lo que es su pasado y lo cruzo con ciertas experiencias personales. Es un personaje de ficción que tiene que ver con ciertas experiencias personales, y a la vez, es un personaje totalmente ficticio. Supongo que también aparece como una necesidad, que ya venía en "Los labios", la película anterior, y que viene pasando, de que son personajes que necesitan ingresar al mundo porque han sido un poco corridos o desplazados, pero que necesitan con urgencia ser parte del mundo, porque algo de ellos está lastimado. Estas cosas de lo social, cuando alguien cae… No son personajes marginales, pero sí que están al margen, en la sombra, no tiene mucho para decir, no tienen una gran historia. Algo de eso a mí siempre me conmueve mucho.

- Creo recordar que en otro entrevista que mantuve con usted en Miami estuvimos hablando del hecho de que la gente joven ya no está interesada por el cine de autor, algo que hace treinta años sí ocurría y entonces era el público mayoritario.
Sí, yo creo desde mi parte más pesimista que se perdió un público, se empobreció cierta cultura cinematográfica.

- ¿No puede ser también que cierto cine de autor no ha sabido evolucionar y a veces es mucho más parecido a como era el cine de los años 60 a como es el público de ahora respecto a gustos?
Sí, mi parte pesimista cree eso. Mi parte nostálgica piensa que el cine de autor como se piensa, como pensaban Rossellini o Fassbinder. Creo que hoy ya no se puede pensar de la misma manera. Uno trata desde muy pequeño de acomodarse. Yo doy clases, a veces, en la Escuela de Cine y que lo que un joven de 20 años entiende es muy diferente que lo que uno entiende. Y también, uno tiene que aprender eso. Y eso también tiene que ver con la exhibición. Hay muchos jóvenes que hoy hacen un cine muy personal con una webcam, desde el Facebook, son plataformas y formas de expresión que para nosotros o para mí que estaba educado con una educación mucho más clásica de ver en cine-club y en 35 mm o 16 mm, me cuesta y me costó entender que es otra forma de lenguaje de la cual yo puedo nutrirme y de la cual yo también tengo que aprender. El hecho de que mi película anterior la dirigiera con una persona a la que yo le llevo más de quince años era también una necesidad de volver a preguntarme cosas que yo ya no me pregunto.  Y de poner en duda ciertas ideas estéticas del cine y ética, que algo se modificó. La situación claramente no es la misma.

- ¿En qué momento estamos del cine argentino? Pienso que sufre, como la mayoría de los iberoamericanos, el problema de no haber salas. Pese a haber una producción notable en número, muchas películas no se pueden ver. En Argentina es bastante normal que de repente una película tarde unos años en llegar a las salas. La suya, por ejemplo, se ve doce meses después de la première en Berlín...
Sí, eso sigue pasando. Y no sólo se ha perdido público argentino, sino se perdió un público de cine de arte. Hace quince años se estrenaba cine europeo en las salas comerciales que ahora no se estrenan. Entonces, creo que parte de películas argentinas que no son industriales, que es la mayoría porque hay dos o tres películas industriales y el resto no lo es, tienen estrenos muy pequeños, muy tímidos, muy malogrados. Lo que pasa es que me parece que la situación de exhibición va a cambiar o está cambiando. Estas películas que son más chicas se terminan viendo de otra forma, en festivales. Hoy en día los festivales no solamente son una vidriera, son el público a veces que tiene una película. Entonces, o se ven en festivales o se van a terminar viendo por internet. Me parece que también hay otras formas, son películas que se acaban viendo de otras formas que no tiene que ver con las salas que son multiplex o los multicines, porque esos están tomados por tres o cuatro grandes producciones. Me parece que el cine como evento o la idea del cine-club está desapareciendo  y la cinefilia está circulando de otra manera. Desde el Estado o el cine ¿qué respuesta se le va a dar a esta nueva forma de mirar o qué tipo de protección? Yo lo siento como un momento de transición de la exhibición. Me parece un momento de mucha producción, pero hay que ver qué camino tiene eso.

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