Hablamos con Jorge Algora sobre el estreno argentino de "Inevitable"

por © Jon Apaolaza-NOTICINE.com
La carrera del gallego Algora ha estado muy vinculada con Argentina
Esta semana se estrena en la Argentina la coproducción "Inevitable", que protagonizan Darío Grandinetti y Federico Luppi, junto Antonella Costa, Mabel Rivera y Carolina Peleritti, bajo la dirección del español Jorge Algora ("El niño de barro"). NOTICINE.com habló en exclusiva con el cineasta gallego, que ha tardado seis años en regresar a la silla de dirección, sobre su nuevo trabajo y la necesidad de coproducir con otros países para poder seguir haciendo cine.

- ¿De qué va "Inevitable"?
Cuenta la historia de un encuentro en Santiago de Compostela. Un encuentro que queda marcado en la mente de sus protagonistas y que acaba condicionándoles la vida. Y ese encuentro se cruza con otras historias vividas en Buenos Aires, unas historias que son trastocadas por la muerte de un compañero de trabajo del protagonista, que buscará refugio en las teorías de un escritor ciego de Buenos Aires y le sumergirá en un periplo vital que le conducirá al caos.

- ¿Puede haber alguna lectura moralista en la película?
La película no creo que tenga moraleja o moralina. El personaje protagonista no se arrepiente de su bajada a los infiernos y está contento por ello. Y aunque la sociedad le aparta, él está orgulloso de ello. Es una película que da la concesión a que todo puede ocurrir y todo puede cambiar porque las cosas pueden ser de otra manera, sin necesidad de seguir lo que dicten “los otros”.

- Esta es su segunda película, y -siendo usted español- las dos tienen temática argentina y se rodaron en este país. ¿Le seduce esta tierra?
Es un amor por lo latino. Creo en ello, es un espacio natural de intercambio donde la mayoría de las veces la gente cuenta historias de un lado al otro. Yo sin embargo, cuento las historias como español pero son historias que rescato de Latinoamérica. Como, por ejemplo, la obra teatral de “El petiso orejudo” (que dio lugar a "El niño de barro"), es una obra que casi descubro a la mayoría de argentinos y latinoamericanos  y que ha funcionado muy bien allí. Lo que hice en este caso fue recuperar un género que en Latinoamérica no es muy dado a representarse, que trata de hacer una obra que perfectamente podría ser película sin que por ello se pierda la dramaturgia del texto.

- Ha habido una pausa notable entre su opera prima e "Inevitable"...
Desde el estreno de “El niño de barro” hace seis años, he dirigido cuatro documentales y dos películas para televisión.  Siempre intento mantenerme activo, pero creo que siempre que una película va a estrenarse en cines debe madurarse, debe trabajarse mucho hasta que llegue a instalarse. Yo, en mi caso, tengo un proceso de seis años de duración, como otros directores como Victor Erice tienen diez. Antes, esos ciclos eran de tres o cuatro años, pero ahora mismo las dificultades de financiación hacen que ese proceso sea más largo.

- ¿Y qué vendrá ahora en cine?
El siguiente proyecto lo tengo sobre la mesa. Tiene mucha empatía con Buenos Aires y Argentina y contará con personajes argentinos aunque se rodará en España, pero no quiero adelantar nada todavía.

- ¿Es más complicado que nunca hacer películas, o la coproducción ayuda?
Creo que ahora mismo es difícil levantar una película de cualquier manera. Hubo épocas que contar con el apoyo económico de Madrid y Barcelona era la única posibilidad. Hubo otras épocas en las que debías contar con autonomías como Cataluña, Galicia, Andalucía, Comunidad Valenciana o País Vasco para poder tener película. Y ahora mismo la situación es tan precaria que es necesario contar con Latinoamérica porque si no es muy difícil que las historias salgan adelante, se vean y se estrenen adecuadamente.

- ¿No hay más remedio que hacer un cine comercial?

El problema es que ni siquiera las películas que persiguen esa comercialidad en taquilla consiguen una buena amortización. Hoy por hoy no es una garantía el plantearse hacer una película comercial frente a una que no lo es. Mi opinión en este sentido es que Argentina no tenía recursos económicos durante el corralito y lo que hizo fue mirar al exterior y montar un programa de intercambio cinematográfico. Se abrió a Francia, Italia o España y firmó acuerdos de colaboración. Y creó piezas muy buenas, algunas pequeñas y otras más ambiciosas. Yo creo que debemos mantenernos en ese nivel, creo que las películas tienen que tener un recorrido más allá de los recorridos propios. Ya no se puede crear una película para que sólo se vea en España o en Galicia. Por ejemplo, el caso de República Dominicana que todo lo que se hace allí siempre se estrena en Venezuela, en Miami o en Nueva York. Ya no se puede pensar en un producto cinematográfico para el consumo de un único país, más que nada porque ya no hay salas ni tiempos. Estamos bajo una presión de las películas que se producen por las "majors" que son muy potentes  y por ello tenemos que buscar otros espacios y otras vías de salida para las películas. Porque ya no hay salas ni las va a haber. Las únicas posibilidades que tiene ahora el cine español son, o hacer películas que se puedan ver en Estados Unidos; o mirar hacia otras vías y hacer películas que funcionen en esas otras vías, narrativas que funcionen y hacer propuestas nuevas.

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