2003: Balance de un año de cine iberoamericano (I)
- por © Corresponsales / Redacción-NOTICINE.com
30-XII-03
Pujantes en Argentina, Brasil y Chile, en aparente decadencia en México, mejor de lo anunciado en España, creciendo en Cuba y Colombia... las cinematografías iberoamericanas dejan atrás 2003 con una situación trufada de claroscuros. Las nuevas técnicas de filmación digital abren cada día más puertas a los nuevos creadores, pero el gran problema sigue siendo la distribución: conseguir que las películas lleguen al público, primero al nacional, pero también al de otras naciones hispanohablantes, merced a coproducciones que mejoren las posibilidades de rentabilizar el producto.
En Argentina, aunque no siempre el público ha prestado a las obras de los jóvenes directores tan apreciados en los festivales internacionales, se ha conseguido poner en el mercado nacional una cifra record de estrenos: 53 títulos, que convocaron a las salas a más de 3 millones de espectadores (el 10% del total es la cuota de pantalla argentina). Estos números son levemente inferiores al año 2002, cuando paradojicamente los estrenos nacionales fueron 7 menos.
Tampoco conviene ignorar varios hechos: el film argentino más taquillero ha sido "Vivir intentando", protagonizado por las adolescentes integrantes del grupo musical surgido de la TV Bandana, que superó el millón de espectadores, o sea la tercera parte del total. Otros éxitos comerciales del 2003 han llegado de la mano de actores muy conocidos, algunos a través de la pequeña pantalla. El segundo y tercer título más vistos han sido "Cleopatra", de Eduardo Mignogna, protagonizado por Norma Aleandro, Natalia Oreiro y Leonardo Sbaraglia, y "El día que me amen", con Adrián Suar y Leticia Brédice, que superaron el medio millón de entradas vendidas. Por debajo, lograron resultados positivos también las comedias "Un día en el Paraíso", con Guillermo Francella, y "Valentín", de Alejandro Agresti. De los nuevos directores premiados por el mundo, sólo una de sus producciones independientes pudo conseguir más de 100.000 espectadores, "El fondo del mar", de Damián Szifrón.
Sin embargo, no sólo fracasaron operas primas, que habitualmente se estrenan con pocas copias y escasa promoción, sino también producciones más caras y ambiciosas, con directores veteranos y de prestigio, como "El juego de Arcibel", "El polaquito" o "El séptimo arcángel".
Entre los profesionales del cine de diferentes generaciones hubo a lo largo de 2003 un importante intercambio de opiniones, a veces no demasiado cortés, tras el que estaban las ayudas económicas del INCAA. Este organismo, encargado de mantener y promocionar el cine argentino, se mostró más activo que nunca de la mano de su nuevo responsable, el realizador Jorge Coscia.
En el vecino Chile, 2003 ha sido un año importante para el cine nacional. A pesar del tamaño reducido de su mercado, que hace muy difícil la rentabilidad económica sin distribuir fuera, varios han sido los títulos que siguiendo la estela de éxitos de años anteriores como "El chacotero sentimental" han logrado sintonizar con un público que se está quitando de encima los prejuicios contra el cine chileno. Así, han llenado las salas por meses películas como "Sexo con amor", "Sub-Terra", "Los debutantes", "El nominado"... La producción ha aumentado y todo indica que en 2004 se superen todos los records.
Brasil también ha mejorado de forma considerable la situación de su cinematografía, de la mano de los espectadores. Se han estrenado más de 30 films nacionales, y la producción del año ha rondado los 50 títulos. Tanto producciones descaradamente comerciales como "Xuxa e os duendes 3", "Didi - O cupido trapalhão", "Separações", "Lisbela e o prisioneiro", "Os normais"... como otras de mayores exigencias, como "Carandiru" (la más vista del año, con 4,6 millones de espectadores) o "Cidade de Deus", pasando por el extraño fenómeno de la película evangelizadora "Maria, mae do filho de deus", han funcionado muy bien en taquilla. Por otro lado, el gobierno Lula ha apostado de manera ambiciosa por el cine, que asegura es un valor estratégico de exportación, de manera que podríamos no estar ante un buen año aislado sino ante el inicio de una época dorada y prolongada.
Mientras, en Venezuela el cine nacional parece no interesar a casi nadie en estos tiempos de crisis político-económica, empezando por el gobierno de Chavez y siguiendo por distribuidores y público, en Perú ha funcionado muy bien la cinta de trasfondo histórico-político "Paloma de papel" y peor de lo esperado la de Lombardi "Ojos que no ven", y en Colombia la creatividad pujante de los nuevos directores choca con la falta de apoyo de los sectores industriales que distribuyen y exhiben las cintas. Sin embargo, las leyes de cine que se han aprobado o planteado a lo largo del año que acaba pueden a medio o largo plazo conseguir resultados positivos.
Pujantes en Argentina, Brasil y Chile, en aparente decadencia en México, mejor de lo anunciado en España, creciendo en Cuba y Colombia... las cinematografías iberoamericanas dejan atrás 2003 con una situación trufada de claroscuros. Las nuevas técnicas de filmación digital abren cada día más puertas a los nuevos creadores, pero el gran problema sigue siendo la distribución: conseguir que las películas lleguen al público, primero al nacional, pero también al de otras naciones hispanohablantes, merced a coproducciones que mejoren las posibilidades de rentabilizar el producto.
En Argentina, aunque no siempre el público ha prestado a las obras de los jóvenes directores tan apreciados en los festivales internacionales, se ha conseguido poner en el mercado nacional una cifra record de estrenos: 53 títulos, que convocaron a las salas a más de 3 millones de espectadores (el 10% del total es la cuota de pantalla argentina). Estos números son levemente inferiores al año 2002, cuando paradojicamente los estrenos nacionales fueron 7 menos.
Tampoco conviene ignorar varios hechos: el film argentino más taquillero ha sido "Vivir intentando", protagonizado por las adolescentes integrantes del grupo musical surgido de la TV Bandana, que superó el millón de espectadores, o sea la tercera parte del total. Otros éxitos comerciales del 2003 han llegado de la mano de actores muy conocidos, algunos a través de la pequeña pantalla. El segundo y tercer título más vistos han sido "Cleopatra", de Eduardo Mignogna, protagonizado por Norma Aleandro, Natalia Oreiro y Leonardo Sbaraglia, y "El día que me amen", con Adrián Suar y Leticia Brédice, que superaron el medio millón de entradas vendidas. Por debajo, lograron resultados positivos también las comedias "Un día en el Paraíso", con Guillermo Francella, y "Valentín", de Alejandro Agresti. De los nuevos directores premiados por el mundo, sólo una de sus producciones independientes pudo conseguir más de 100.000 espectadores, "El fondo del mar", de Damián Szifrón.
Sin embargo, no sólo fracasaron operas primas, que habitualmente se estrenan con pocas copias y escasa promoción, sino también producciones más caras y ambiciosas, con directores veteranos y de prestigio, como "El juego de Arcibel", "El polaquito" o "El séptimo arcángel".
Entre los profesionales del cine de diferentes generaciones hubo a lo largo de 2003 un importante intercambio de opiniones, a veces no demasiado cortés, tras el que estaban las ayudas económicas del INCAA. Este organismo, encargado de mantener y promocionar el cine argentino, se mostró más activo que nunca de la mano de su nuevo responsable, el realizador Jorge Coscia.
En el vecino Chile, 2003 ha sido un año importante para el cine nacional. A pesar del tamaño reducido de su mercado, que hace muy difícil la rentabilidad económica sin distribuir fuera, varios han sido los títulos que siguiendo la estela de éxitos de años anteriores como "El chacotero sentimental" han logrado sintonizar con un público que se está quitando de encima los prejuicios contra el cine chileno. Así, han llenado las salas por meses películas como "Sexo con amor", "Sub-Terra", "Los debutantes", "El nominado"... La producción ha aumentado y todo indica que en 2004 se superen todos los records.
Brasil también ha mejorado de forma considerable la situación de su cinematografía, de la mano de los espectadores. Se han estrenado más de 30 films nacionales, y la producción del año ha rondado los 50 títulos. Tanto producciones descaradamente comerciales como "Xuxa e os duendes 3", "Didi - O cupido trapalhão", "Separações", "Lisbela e o prisioneiro", "Os normais"... como otras de mayores exigencias, como "Carandiru" (la más vista del año, con 4,6 millones de espectadores) o "Cidade de Deus", pasando por el extraño fenómeno de la película evangelizadora "Maria, mae do filho de deus", han funcionado muy bien en taquilla. Por otro lado, el gobierno Lula ha apostado de manera ambiciosa por el cine, que asegura es un valor estratégico de exportación, de manera que podríamos no estar ante un buen año aislado sino ante el inicio de una época dorada y prolongada.
Mientras, en Venezuela el cine nacional parece no interesar a casi nadie en estos tiempos de crisis político-económica, empezando por el gobierno de Chavez y siguiendo por distribuidores y público, en Perú ha funcionado muy bien la cinta de trasfondo histórico-político "Paloma de papel" y peor de lo esperado la de Lombardi "Ojos que no ven", y en Colombia la creatividad pujante de los nuevos directores choca con la falta de apoyo de los sectores industriales que distribuyen y exhiben las cintas. Sin embargo, las leyes de cine que se han aprobado o planteado a lo largo del año que acaba pueden a medio o largo plazo conseguir resultados positivos.