El director argentino Gabriel Lichtmann estrena su nueva película, "Cómo ganar enemigos"
- por © L.G.G-NOTICINE.com
Jugando con varios géneros, el realizador Gabriel Lichtmann empleó casi 10 años para plasmar la idea principal de su nueva película "Como ganar enemigos", una comedia policial, en la que el engaño y la neurosis de su personaje principal, interpretado por Martín Slipak, son el vector de una historia con mucha tensión y un ritmo dinámico. Lichtmann define su segundo largometraje como “un thriller neurótico”, porque, si bien tiene suspenso, se acerca más a la comedia.
"Me parecía bueno que no se catalogara como thriller psicológico, que da la idea de una película más densa y cerebral. Y ésta es liviana. Si bien es también cerebral, al igual que los temas que trata, tiene un tono de comedia y el choque de sentidos entre las palabras ‘thriller’ y ‘neurótico’ da como resultado algo gracioso", confiesa el cineasta a Página 12.
"Cómo ganar enemigos" cuenta como Lucas Abadi (Martín Slipak), un abogado "junior" fanático de las novelas policiales, que un día es víctima de un robo, y sale en busca del culpable usando como herramientas lo que aprendió de los libros. El está convencido de que el robo fue planeado y que alguien lo vendió, sospecha de todos y empieza a investigar con la ayuda de la única persona en quién aún confía, su hermano mayor, Max.
Debido al humor que tiene la película, el director admite que terminó filmando una comedia policial más parecida a "Judíos en el espacio", su anterior cinta, que a una novela de Agatha Christie. "Sí. A la distancia, es muy gracioso el proceso de estos nueve años que pasaron entre una y otra película porque empecé queriendo hacer algo muy distinto y creo que terminé haciendo algo muy parecido. La primera versión del guión era muy oscura, muy negra y, a medida que fui reescribiendo, empecé a soltarla y el tono se me fue haciendo más familiar, más alegre, más liviano. Ese fue un proceso que se fue dando hasta que llegó el rodaje. Y en el rodaje ya directamente todo fue una fiesta, todo tiró a la comedia", añade en sus declaraciones al diario porteño
Sobre cómo encontró el tono de la película, el cineasta admite que para él es clásica. "Para mí esta es una película clásica, en el buen sentido de la palabra, con una narración clásica, por cómo se cuenta y eso a veces se puede confundir con una narración comercial y nosotros pensamos las películas como un trabajo de amor, así las pensamos, hacemos y las estrenamos, por eso hacemos todo para que esto se pueda compartir con el público. Ninguno se debatió por si era más o menos comercial, esta es una comedia que juega a ser policial y nosotros intentamos cumplir con sus reglas, eso fue lo que hicimos, jugar a hacer una comedia policial, y a todos nos gustaría que se vea mucho, con buena salida y recepción. Yo agradezco cuando pasa esto, como espectador, me gusta este tipo de cine, con una narración clásica y sólida y que me lleve, y acá Lucas te lleva a un lugar divertido y entretenido. Encontramos muchas cosas en un trabajo previo al rodaje, pero mucho apareció en él, allí está la realidad", comenta Lichtmann a EscribiendoCine.
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"Me parecía bueno que no se catalogara como thriller psicológico, que da la idea de una película más densa y cerebral. Y ésta es liviana. Si bien es también cerebral, al igual que los temas que trata, tiene un tono de comedia y el choque de sentidos entre las palabras ‘thriller’ y ‘neurótico’ da como resultado algo gracioso", confiesa el cineasta a Página 12.
"Cómo ganar enemigos" cuenta como Lucas Abadi (Martín Slipak), un abogado "junior" fanático de las novelas policiales, que un día es víctima de un robo, y sale en busca del culpable usando como herramientas lo que aprendió de los libros. El está convencido de que el robo fue planeado y que alguien lo vendió, sospecha de todos y empieza a investigar con la ayuda de la única persona en quién aún confía, su hermano mayor, Max.
Debido al humor que tiene la película, el director admite que terminó filmando una comedia policial más parecida a "Judíos en el espacio", su anterior cinta, que a una novela de Agatha Christie. "Sí. A la distancia, es muy gracioso el proceso de estos nueve años que pasaron entre una y otra película porque empecé queriendo hacer algo muy distinto y creo que terminé haciendo algo muy parecido. La primera versión del guión era muy oscura, muy negra y, a medida que fui reescribiendo, empecé a soltarla y el tono se me fue haciendo más familiar, más alegre, más liviano. Ese fue un proceso que se fue dando hasta que llegó el rodaje. Y en el rodaje ya directamente todo fue una fiesta, todo tiró a la comedia", añade en sus declaraciones al diario porteño
Sobre cómo encontró el tono de la película, el cineasta admite que para él es clásica. "Para mí esta es una película clásica, en el buen sentido de la palabra, con una narración clásica, por cómo se cuenta y eso a veces se puede confundir con una narración comercial y nosotros pensamos las películas como un trabajo de amor, así las pensamos, hacemos y las estrenamos, por eso hacemos todo para que esto se pueda compartir con el público. Ninguno se debatió por si era más o menos comercial, esta es una comedia que juega a ser policial y nosotros intentamos cumplir con sus reglas, eso fue lo que hicimos, jugar a hacer una comedia policial, y a todos nos gustaría que se vea mucho, con buena salida y recepción. Yo agradezco cuando pasa esto, como espectador, me gusta este tipo de cine, con una narración clásica y sólida y que me lleve, y acá Lucas te lleva a un lugar divertido y entretenido. Encontramos muchas cosas en un trabajo previo al rodaje, pero mucho apareció en él, allí está la realidad", comenta Lichtmann a EscribiendoCine.
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