"Los miércoles no existen": Hablamos con su director y protagonistas

por © Sonia R. Castellanos-NOTICINE.com
El equipo de ''Los miércoles no existen''


Este viernes llega a los cines "Los miércoles no existen", adaptación de la obra teatral que ha cosechado un gran éxito en los escenarios, escrita y dirigida por el madrileño Peris Romano. El segundo film del director es un retrato generacional, una comedia con una parte de drama, narrada a través de las historias entrecruzadas de seis personajes interpretados por Eduardo Noriega, Inma Cuesta, Gorka Otxoa, William Miller, Alexandra Jiménez y Andrea Duro, que hablaron con Noticine sobre la película y sus personajes.

César (Gorka Otxoa) acaba de romper con su novia Patricia (colaboración especial de María León), pero no ha podido olvidar a Mara (Inma Cuesta), su novia de toda la vida, con quien tenía planes de futuro antes de que le dejara tras pedirle matrimonio. César aún no ha superado la ruptura, por lo que su amigo Hugo (William Miller) intenta animarle llevándole de fiesta una noche, en la que conocen a Paula (Andrea Duro), que es la hermana pequeña de Irene (Alexandra Jiménez), un antiguo ligue de Hugo del que no ha vuelto a saber nada y, además, la mujer de Pablo (Eduardo Noriega), un arquitecto recién despedido que conoce a Mara en un bar un miércoles cualquiera. Las historias de los seis personajes se ven complementadas con la ciudad de Madrid y la banda sonora en directo como si fueran dos personajes más.

Respecto a la decisión de incluir al grupo musical durante las escenas, así como el hecho de que las voces de los actores sean en directo y sin playback, el director madrileño explica: "Le aporta verdad y naturalidad al momento. Le aporta un diferencial a este tipo de cine que estamos acostumbrados a ver. Te cuento una historia que te suena, pero te la cuento de manera diferente a la que te la suelen contar y un poco más actualizada de lo que se suele ver en nuestro cine". Huyendo de convencionalismos, Romano comenta que utiliza los saltos temporales en vez de una historia contada de forma cronológica porque quería conseguir un espectador activo: "Desordenando creo un juego con el que, como espectador, da un plus a la película porque te involucras mucho más con ella, porque quieres entender de dónde viene todo y por qué hacen lo que hacen".

William Miller y Gorka Otxoa son los únicos del elenco que habían participado previamente en la obra de teatro, por lo que vivieron la experiencia de trasladar su personaje del formato teatral al cinematográfico. Según explica Miller, la proyección del actor es diferente: "No tienes que gesticular para el que está en la última fila, sino que tienes una cámara delante. El personaje de Hugo era una cuestión de saber hasta qué punto quieres rebajarlo porque es muy grande y si lo llevas muy abajo puedes perder esa cosa loca que tiene". Respecto a los números musicales en directo, Otxoa explica que participar en la obra les sirvió de experiencia y que introducir la música en directo durante la película resultó positivo: "A mí me parece mucho más interesante y un acierto absoluto que fuera música con sonido directo, que no fuera sonido de estudio ni el típico musical en el que de repente estamos cantando estupendamente. Son pensamientos internos de los personajes, un diálogo interno, mucho más natural".

Para Alexandra Jiménez cantar en directo le supuso un reto: "Al principio es romper con un pudor y una vergüenza, pero una vez que consigues romper con eso es gratificante. No es conseguir cantar bien, es conectar con algo muy íntimo y muy sincero". Asegura que haber visto la obra anteriormente le ayudó a trabajar su personaje para el cine, aportándole también su propia visión aparte de la que ya conocía del teatro: "Los personajes están en constante crecimiento". Andrea Duro, que interpreta a la hermana de Alexandra en la ficción, pasó por el mismo proceso: "Al principio la verdad es que pasé mucho pudor porque nunca había cantado y es un terreno en el que no me había movido nunca. Tuve ensayos con coreógrafos y músicos y durante el rodaje me dejé llevar".

La película explora, a través de un puzzle de emociones que dura cuatro años, el proceso de toma de decisiones de los personajes, sus idas y venidas, el amor, la infidelidad y la separación. Inma Cuesta, que define a su personaje como "una mujer que está en la eterna búsqueda de sí misma", cree que las historias que se cuentan en "Los miércoles no existen" enseñan que nadie es perfecto: "La película nos pone delante de un espejo y vemos cómo podemos reaccionar con una situación, nos puede hace recapacitar y reflexionar".

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