Colaboración: Fidel Castro, a su manera... y la "Conducta"

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''Conducta''
Por Sergio Berrocal  

Es difícil creer que los huevos fritos puedan existir sin mantequilla (modo anglosajón y francés) o sin aceite (mediterráneo). Es igualmente difícil creer que después de casi sesenta años de penurias, luchas, sinsabores y tantas cosas que para el cubano quedan, el señor presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, al que le queda poco tiempo en el poder, vaya a solucionarlo todo con su reciente visita a La Habana.

La multiplicación de los panes y los peces fueron cosas de Jesús y hay que ser muy cristiano y tener todavía más voluntariosa esperanza para creer que un señor, por muy Premio Nobel de la Paz que sea, puede llegar y solucionar todos los dilemas que existen entre Estados Unidos y Cuba, empezando por el bloqueo que condeno a este país al aislamiento durante casi sesenta años.

Causa sorpresa ver que el diario francés Le Monde, considerado como lo más de lo más en periodismo, sacase el pasado día 23 de marzo un titular a toda plana de su página 18 anunciando “La dejadez burocrática llena las salas cubanas de cine”.

Obama apenas había salido de La Habana para Buenos Aires.

Y leemos en esa página que “Desde “Fresa y chocolate” (1993), ninguna película cubana había suscitado semejante entusiasmo como “Conducta”...”

Cuando vimos está película de Ernesto Daranas manifestamos nuestro entusiasmo porque nos parecía muy importante que el tema de la educación hacia el futuro fuera dicha alto y claro y que una sencilla maestra llamada Carmela (Alina Rodríguez) diese lecciones de revolución práctica a los mandamases.

Ahora, cuenta Le Monde, cuando Carmela habla de “aquellos que les gobiernan desde hace demasiado tiempo, el público pierde los papeles, aplaude, ríe sin parar, fustiga a los octogenarios que están en el poder desde 1959. Al mismo tiempo, el Ministerio de Educación ha organizado proyecciones (de la película ''Conducta'') en las escuelas para sensibilizar a los profesores y a los alumnos ante los desafíos del momento”.

Fidel Castro, que durante la visita del Presidente de los Estados Unidos, no dijo aparentemente esta boca es mía ha reaparecido el día 28 de este mismo mes en las columnas de Cuba Debate.

Bajo el título de “El Hermano Obama”, el presidente dice en la segunda y más sabrosa parte de su opinión.

“Hay una cuestión importante: Obama pronunció un discurso en el que utiliza las palabras más almibaradas para expresar: “Es hora ya de olvidarnos del pasado, dejemos el pasado, miremos el futuro, mirémoslo juntos, un futuro de esperanza. Y no va a ser fácil, va a haber retos, y a esos vamos a darle tiempo; pero mi estadía aquí me da más esperanzas de lo que podemos hacer juntos como amigos, como familia, como vecinos, juntos”.

“Se supone que cada uno de nosotros corría el riesgo de un infarto al escuchar estas palabras del Presidente de Estados Unidos. Tras un bloqueo despiadado que ha durado ya casi 60 años, ¿y los que han muerto en los ataques mercenarios a barcos y puertos cubanos, un avión de línea repleto de pasajeros hecho estallar en pleno vuelo, invasiones mercenarias, múltiples actos de violencia y de fuerza?".

“Nadie se haga la ilusión de que el pueblo de este noble y abnegado país renunciará a la gloria y los derechos, y a la riqueza espiritual que ha ganado con el desarrollo de la educación, la ciencia y la cultura".

“Advierto además que somos capaces de producir los alimentos y las riquezas materiales que necesitamos con el esfuerzo y la inteligencia de nuestro pueblo. No necesitamos que el imperio nos regale nada. Nuestros esfuerzos serán legales y pacíficos, porque es nuestro compromiso con la paz y la fraternidad de todos los seres humanos que vivimos en este planeta”.

Fidel Castro, al que aparentemente se había ignorado durante la visita de Barack Obama a La Habana, estaba al parecer atento a todo.

Y sigue pensando a su manera, como siempre lo ha hecho.

Para muestra, este botón de hace treinta y un años.

Fue el 17 de diciembre de 1985, durante su discurso de clausura del VII Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericana, en el Teatro Carlos Marx habanero, de acuerdo con la versión publicada entonces por el diario Granma

Vestido con el uniforme verde olivo, el Presidente subió al escenario y ya entonces advirtió de los “peligros” que suponían las influencias exteriores llegadas sobre todo en las películas de Estados Unidos.

“Estoy seguro que cualquier político con un mínimo sentido de responsabilidad—dijo-- tiene que preocuparse de esa enajenación incesante, de esa incesante intoxicación y envenenamiento que están sufriendo las masas de sus países; tiene que comprender que es antieducativo, que es deformante, que es degenerante ese inmenso cúmulo de cultura enlatada que viene del imperio (Estados Unidos, NDLR) a través de las transnacionales; tiene que darse cuenta, como si le estuvieran introduciendo una bacteria, como si le estuvieran haciendo una guerra biológica…

“A ustedes les prohíben los yanquis ver cine latinoamericano; a todos nos prohíben algo; a nosotros, como castigo; a ustedes, ¡vaya a saber por qué les prohíben ver cine latinoamericano!. Tal vez para que no haya necesidad de castigarlos en el futuro como a Cuba”.

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