La actriz Angela Molina recibirá el Premio Nacional de Cinematografía

por © Imanol Salaberría-NOTICINE.com
Angela Molina
Angela Molina, reconocida actriz e hija del cantante andaluz Antonio Molina, ha sido galardonada con el Premio Nacional de Cinematografía español este jueves. Musa de Buñuel, Gutiérrez Aragón y Pedro Almodóvar, a los 60 años puede presumir de una carrera que incluye cinco nominaciones al Goya y numerosos títulos internacionales, sobre todo en Italia, donde ganó el David di Donatello por "Un complicato intrigo di donne, vicoli e delitti" (1985). El galardón, como suele ser tradicional, se entregará fisicamente durante el próximo Festival de San Sebastián.

El premio Premio Nacional de Cinematografía está destinado a recompensar la aportación más sobresaliente en el ámbito cinematográfico español durante el año anterior a su concesión, o labor profesional desarrollada durante ese mismo año, sin embargo, con carácter de excepción el jurado ha premiado a la actriz "por su trayectoria profesional que viene desde sus primeras películas con apenas 20 años, dejando palpable la estirpe de artistas de donde proviene, trabajando fuera y dentro de nuestras fronteras, marcando con sus interpretaciones la talla de actriz que la han hecho merecedora de numerosos reconocimientos y premios, destacando su amor y generosidad con cada uno de los actores y directores que ha trabajado. Una actriz espontánea, auténtica, arriesgada y original".

El premio, dotado con 30 000 euros, lo concede el Ministerio de Educación Cultura y Deporte, que lo convoca a través del Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales (ICAA).

En una entrevista con Magazine Digital el año pasado, Molina decía que contemplaba su carrera, "al unísono con la vida. Viviéndola y observándola. Sin retrasarte y sin adelantarte. Como en la realidad, cuando el momento llega, llega. Y nace una nueva criatura. Cada personaje trae lo suyo; eso es lo que hay que buscar: lo que tiene el otro, porque lo de ti mismo ya lo sabes. Hay que descubrir qué le mueve, por qué vive. Con mucha sinceridad y constancia, a veces.

"Creo -añadía- que con mi oficio he aprendido a explorar la vida para ser cualquier persona; para entender lo inesperados que podemos llegar a ser. Estoy segura de que sé la mitad de lo que creo que sé, pero estoy bastante segura de que el camino que habría elegido pasaría por identificarme con el otro, con las demás personas. Necesito la empatía para vivir y para trabajar".


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