De Pinochet a Centroamérica: Dictaduras en el cine latinoamericano de ahora
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Por Eduardo Moyano *
Las plataformas digitales se están convirtiendo en una enorme sala en que miles de personas pueden seguir acontecimientos cinematográficos de toda índole. Varios directores de festivales han tomado la decisión de recurrir a las plataformas para ofrecer la programación o buena parte de ella, para que el certamen pueda seguirse en casa, aparte de las sesiones presenciales a las que se pueda acudir. Cine dirigido por mujeres en Madrid, Fancine en Málaga, Festival Europeo de Sevilla y desde este pasado viernes la edición número 46 del festival de Cine Iberoamericano de Huelva.
Tranquilamente, desde mi butaca, a través de Filmin, pude estar cerca de Huelva como antes lo estuve físicamente en el desaparecido cine Emperador, el Gran Teatro o la Casa Colón. Los acentos y los sonidos de América se cuelan en mi sala de estar acercándome a un festival al que he acudido de manera asidua durante decenas de años. Hoy he optado por una película que me acerca a un acontecimiento histórico como fue el atentado que estuvo cerca de costarle la vida al dictador chileno, Augusto Pinochet. "Matar a Pinochet", que llegará las salas, el próximo 20 de noviembre, dirigida por Juan Ignacio Sabatini, recrea desde la ficción los preparativos de aquel atentado perpetrado en septiembre de 1986. En algún aspecto, me recuerda a "Operación ogro", la película de Gillo Pontecorvo que describió, también desde la ficción, el atentado contra Carrero Blanco y al que hacen referencia en un momento concreto los guerrilleros que buscan acabar con la dictadura de Pinochet.
Es una película que se aparta del terreno documental, como otro film latinoamericano que ha llegado este pasado fin de semana a las salas comerciales españolas, luego de convertirse en candidata al Oscar por Guatemala. Este si lo he visto en pantalla grande, "La llorona", película de Jayro Bustamante que, sustentándose en la leyenda, recuerda hechos que sucedieron en este país centroamericano y que supusieron el genocidio de parte de la población indígena.
La figura protagonista del general retirado, no está muy alejada del dictador Efraín Ríos Montt quien, tras ser juzgado, treinta años después de las masacres de la población indígena, y después de ser condenado, la sentencia fue anulada por fallos durante el procedimiento del juicio.
Una película contenida, sin apenas diálogos, y en que las miradas, los silencios o los gemidos que se escuchan desnudan a los personajes y a lo que esconden. Detrás del pasado del anciano general está el asesinato de los pueblos indígenas.
Rigoberta Menchú, premio Nobel de la Paz, que tiene un pequeño cameo en la película, es de la opinión de que "los pueblos indígenas pueden aprovechar el cine como catalizador social". Y es que "La llorona" es parte de la memoria histórica de un pueblo y de sus derechos humanos que durante décadas ha sido un tema tabú en el país centroamericano. El film que utiliza elementos fantásticos y de terror se refiere a la leyenda de que espíritu de "La llorona" se liberó para vagar por el mundo como un alma perdida, entre los vivos y reparar, en este caso, las injusticias cometidas.
(*) Periodista y escritor, exdirector de Radio Exterior de España. Este artículo fue originalmente publicado en Diario de Cádiz.
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Las plataformas digitales se están convirtiendo en una enorme sala en que miles de personas pueden seguir acontecimientos cinematográficos de toda índole. Varios directores de festivales han tomado la decisión de recurrir a las plataformas para ofrecer la programación o buena parte de ella, para que el certamen pueda seguirse en casa, aparte de las sesiones presenciales a las que se pueda acudir. Cine dirigido por mujeres en Madrid, Fancine en Málaga, Festival Europeo de Sevilla y desde este pasado viernes la edición número 46 del festival de Cine Iberoamericano de Huelva.
Tranquilamente, desde mi butaca, a través de Filmin, pude estar cerca de Huelva como antes lo estuve físicamente en el desaparecido cine Emperador, el Gran Teatro o la Casa Colón. Los acentos y los sonidos de América se cuelan en mi sala de estar acercándome a un festival al que he acudido de manera asidua durante decenas de años. Hoy he optado por una película que me acerca a un acontecimiento histórico como fue el atentado que estuvo cerca de costarle la vida al dictador chileno, Augusto Pinochet. "Matar a Pinochet", que llegará las salas, el próximo 20 de noviembre, dirigida por Juan Ignacio Sabatini, recrea desde la ficción los preparativos de aquel atentado perpetrado en septiembre de 1986. En algún aspecto, me recuerda a "Operación ogro", la película de Gillo Pontecorvo que describió, también desde la ficción, el atentado contra Carrero Blanco y al que hacen referencia en un momento concreto los guerrilleros que buscan acabar con la dictadura de Pinochet.
Es una película que se aparta del terreno documental, como otro film latinoamericano que ha llegado este pasado fin de semana a las salas comerciales españolas, luego de convertirse en candidata al Oscar por Guatemala. Este si lo he visto en pantalla grande, "La llorona", película de Jayro Bustamante que, sustentándose en la leyenda, recuerda hechos que sucedieron en este país centroamericano y que supusieron el genocidio de parte de la población indígena.
La figura protagonista del general retirado, no está muy alejada del dictador Efraín Ríos Montt quien, tras ser juzgado, treinta años después de las masacres de la población indígena, y después de ser condenado, la sentencia fue anulada por fallos durante el procedimiento del juicio.
Una película contenida, sin apenas diálogos, y en que las miradas, los silencios o los gemidos que se escuchan desnudan a los personajes y a lo que esconden. Detrás del pasado del anciano general está el asesinato de los pueblos indígenas.
Rigoberta Menchú, premio Nobel de la Paz, que tiene un pequeño cameo en la película, es de la opinión de que "los pueblos indígenas pueden aprovechar el cine como catalizador social". Y es que "La llorona" es parte de la memoria histórica de un pueblo y de sus derechos humanos que durante décadas ha sido un tema tabú en el país centroamericano. El film que utiliza elementos fantásticos y de terror se refiere a la leyenda de que espíritu de "La llorona" se liberó para vagar por el mundo como un alma perdida, entre los vivos y reparar, en este caso, las injusticias cometidas.
(*) Periodista y escritor, exdirector de Radio Exterior de España. Este artículo fue originalmente publicado en Diario de Cádiz.
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