La efímera carrera cinematográfica de Françoise Hardy y su presencia musical en películas

por © Marina Durán-NOTICINE.com
Hardy, rodando "Gran Prix"
Hardy, rodando "Gran Prix"
El pasado 11 de junio, la icónica cantante y actriz francesa Françoise Hardy falleció a los 80 años, dejando un legado significativo en el ámbito musical y cinematográfico. Su hijo, Thomas Dutronc, compartió la noticia en las redes sociales con un simple mensaje: "Maman est partie" (mamá se ha ido). Hardy había estado batallando contra el cáncer durante dos décadas y su salud había ido en declive, hasta el punto de que en meses pasados expresó su deseo de morir "lo antes posible, de la forma más rápida y menos dolorosa".

Hardy, que dió por terminada su carrera en 2020, irrumpió en la escena musical a principios de los años 60 del pasado siglo, convirtiéndose en una figura clave del movimiento "yé-yé". Este estilo musical, influenciado por las bandas británicas y la cultura juvenil francesa, encontró en Hardy una de sus voces más destacadas. Con su estilo melancólico y sus letras introspectivas, logró capturar la atención de toda una generación. Su primer gran éxito, "Tous les garçons et les filles", reflejaba su capacidad para transmitir la soledad y las tribulaciones del amor juvenil, estableciéndola como una fuerza musical singular.



A lo largo de su carrera, Hardy acumuló numerosos éxitos en el Top 10 en Francia y otros países europeos como Bélgica, Alemania y Canadá francófono. Aunque nunca logró entrar en las listas estadounidenses, su influencia fue global, siendo reconocida por la revista Rolling Stone como una de las 200 mejores cantantes de todos los tiempos en su lista de 2023.

La carrera de Hardy no se limitó a la música. En los años 60 y 70, también incursionó en el cine, actuando en películas como "Grand Prix" (1966) de John Frankenheimer, que ganó tres premios Oscar. Otros títulos notables incluyen "Masculino, femenino / Masculin féminin" (1966), "Un Château En Suède" (1964) y "¿Qué tal, Pussycat? / ¿Qué pasa, Pussycat? / What’s New Pussycat" (1965). Aunque su carrera cinematográfica fue relativamente breve, tuvo una presencia significativa en la pantalla grande.

Pero, además de sus actuaciones, Hardy participó en películas a través de las canciones que compuso e interpretó. Su música apareció en películas como "Vivir para vivir / Vivir por vivir / Vivre Pour Vivre" (1967), "Émilie jolie" (1980) y "La lucarne magique" (1971). Respecto al cine contemporáneo, la francesa también ha sido parte de diversas bandas sonoras de películas recientes, como por ejemplo "Las invasiones bárbaras / Mis últimos días. Las invasiones bárbaras / Les invasions barbares" (2003), "La vida según Attenberg / Attenberg" (2010) y "Moonrise Kingdom. Un reino bajo la luna / Moonrise Kingdom" (2012), entre otros títulos.

A medida que avanzaba su carrera, Hardy no temía reinventarse. En los años 70, se alejó del estilo "yé-yé" y exploró nuevas sonoridades, colaborando con artistas como la guitarrista brasileña Tuca en el álbum "La question". Este disco mostró un cambio notable en su estilo, con una instrumentación más parca y un tono más introspectivo, demostrando su capacidad para evolucionar y adaptarse a nuevas tendencias musicales.

Françoise Hardy también fue musa de destacados diseñadores de moda como André Courrèges, Yves Saint Laurent y Paco Rabanne. Además, tuvo una pasión por la astrología, escribiendo extensamente sobre el tema y haciendo predicciones que a menudo generaban controversia.

Hardy será recordada no solo por sus contribuciones artísticas, sino también por su autenticidad, su poética manera de narrar el amor y el desamor y su voz inconfundible que resonó con muchas generaciones.

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