Falleció Juan Mariné, centenario creador y preservador del cine español
- por © Celia Santos-NOTICINE.com
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Juan Mariné, reconocido director de fotografía, restaurador e investigador de cine, se despidió de la vida en Madrid el 17 de febrero de este 2025 a los 104 años, según anunció la Academia de Cine. Mariné, que tuvo una doble extensa trayectoria en la industria cinematográfica -como director de fotografía y posteriormente como restaurador y recuperador de copias deterioradas- y trabajó con los grandes maestros del cine español, había recibido el Goya de Honor en 2024.
Juan Mariné es una de las figuras más destacadas del cine nacional por su participación en cerca de 150 producciones como director de fotografía, sus incansables proyectos de restauración de películas y su empeño en innovar en los procesos de revelado: "Yo estaba obsesionado con modificar los sistemas de revelado", explicó en una entrevista con El Salto.
El primer contacto de Mariné con el cine tuvo lugar a los 4 años, cuando vio una proyección de los primeros cortos de Charles Chaplin. Casi una década después, llegó al rodaje de "El octavo mandamiento" para entregar unas cámaras nuevas procedentes de Francia que solo él supo hacer funcionar. Además, durante su juventud comenzó a tener contacto con los proyectores, a menudo estropeados, del cineclub de Arenys del Mar, que él mismo se encargaba de reparar.
Durante el periodo previo a la Guerra Civil y los primeros meses de la contienda, Mariné estuvo afiliado al sindicato anarquista CNT-FAI y trabajó en la película "Molinos de viento", dirigida por Rosario Pi, aunque finalmente abandonó el proyecto ya que le propusieron trabajar como ayudante de cámara en la cinta "Aurora de esperanza". Durante este periodo filmó el entierro de Buenaventura Durruti (sindicalista y revolucionario anarquista) en Barcelona: "Rodé en el cementerio, en el Tívoli y en el Novedades", reveló en la citada entrevista. En 1938 fue fotógrafo de guerra del político y militar Enrique Líster y trabajó como ayudante y operador de cámara para Laya Films.
No obstante, la Guerra Civil fue un periodo complicado, ya que acabó internado en campos de concentración de Francia. Tras el conflicto, "cuando nadie me daba de comer porque decían que yo era de los que habían perdido la guerra y que me fuera a hacer puñetas, tuve que ir a la sede de Falange a que me dieran el carnet para poder trabajar", reconoció. Además, en la misma entrevista contó que cuando fue a recoger el documento, le atendió el mismo individuo que le había dado el carnet de CNT-FAI, pero que en esta ocasión vestía la camisa de la Falange. "Bajé la escalera llorando, no podía aguantar que aquel señor estuviera allí con otra camisa. Fue un momento en el que recapacité sobre toda la guerra, bajando aquella escalera de dos pisos", señaló Mariné.
"Tras sobrevivir a la Guerra Civil juré que mi vida la dedicaría al cine", afirmó, y en 1947 comenzó su carrera centrada en la innovación aplicada a la fotografía en el cine, guiado por la premisa de "buscar siempre la máxima belleza", tal y como reconoció en una entrevista a Yolanda Ramos.
Mariné debutó como director de fotografía en un episodio de la película "Cuatro Mujeres", de Antonio del Amo, con el que colaboró en 13 largometrajes. Hasta 1990, año en el que se retiró como director de fotografía, Juan Mariné rodó 150 cintas de directores como Pedro Lazaga, con el que trabajó en 26 ocasiones, José María Forqué y Pedro Masó. Estos dos últimos también fueron galardonados con el Goya de Honor en 1994 y 2006, respectivamente. Además de los ya mencionados, colaboró con otros directores como José Luis Sáenz de Heredia en "Historias de la televisión", con Fernando Fernán-Gómez en "El crimen perfecto" y con Fernando Palacios, en la cinta "La gran familia".
Cuando se retiró de la dirección fotográfica en 1990, Mariné se dedicó de lleno a la restauración cinematográfica en la Filmoteca Española y en la Escuela de Cinematografía y del Audiovisual de la Comunidad de Madrid (ECAM). En un despacho ubicado en un sótano de la ECAM, que los alumnos apodaban el "sub-mariné", desarrolló diariamente las labores de restauración. Para recuperar las cintas inventó varias técnicas, como una copiadora óptica o una máquina de lavar negativos, ambas diseñadas por él mismo. Además, investigó en técnicas de ampliación y alta definición, lo que le llevó a crear el formato de película que lleva su nombre: el Formato Meriné. En 2020, la Filmoteca Española homenajeó su trabajo con la proyección de varias películas tanto fotografiadas como restauradas por él.
Aunque su nombre ha aparecido en cientos de películas nacionales, Mariné siempre rechazó las múltiples propuestas que se le presentaron para trabajar en Hollywood: "Solo hablaba español y francés y estaba obsesionado con modificar los sistemas de revelado; me ofrecían mucho dinero para que les dijese lo que hacía, pero nunca lo hice", recalcó Mariné a El Salto. Destaca un episodio con el director, actor y director estadounidense Orson Welles, que le ofreció hospedarse en su casa cuando Mariné viajó a Los Angeles para dar unas conferencias en la Universidad de Los Angeles en California.
A lo largo de su extensa carrera, Juan Mariné recibió varios premios y reconocimientos como el Premio Nacional de Fotografía del Sindicato Nacional del Espectáculo, la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes (1990), el Premio Nacional de Cinematografía (1994), la Medalla de Oro de la Academia y el ya mencionado Goya de Honor (2024) "por su entera dedicación al cine durante más de ochenta años de trayectoria que transitan por la historia del cine español, por sus esfuerzos en el trabajo de la conservación y la restauración fílmica, y por representar vivamente, a través de su oficio, la importancia de la luz en la historia de nuestro cine", tal y como recogió la Academia de Cine.
La trayectoria de Juan Mariné no solo tuvo un impacto significativo en la industria cinematográfica española por su participación en numerosas películas junto a directores emblemáticos, sino que también permitió, gracias a su labor de restauración, que cientos de cintas fueran recuperadas, y así ofrecer a las nuevas generaciones la oportunidad de descubrir y apreciar el cine de antes.
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Juan Mariné es una de las figuras más destacadas del cine nacional por su participación en cerca de 150 producciones como director de fotografía, sus incansables proyectos de restauración de películas y su empeño en innovar en los procesos de revelado: "Yo estaba obsesionado con modificar los sistemas de revelado", explicó en una entrevista con El Salto.
El primer contacto de Mariné con el cine tuvo lugar a los 4 años, cuando vio una proyección de los primeros cortos de Charles Chaplin. Casi una década después, llegó al rodaje de "El octavo mandamiento" para entregar unas cámaras nuevas procedentes de Francia que solo él supo hacer funcionar. Además, durante su juventud comenzó a tener contacto con los proyectores, a menudo estropeados, del cineclub de Arenys del Mar, que él mismo se encargaba de reparar.
Durante el periodo previo a la Guerra Civil y los primeros meses de la contienda, Mariné estuvo afiliado al sindicato anarquista CNT-FAI y trabajó en la película "Molinos de viento", dirigida por Rosario Pi, aunque finalmente abandonó el proyecto ya que le propusieron trabajar como ayudante de cámara en la cinta "Aurora de esperanza". Durante este periodo filmó el entierro de Buenaventura Durruti (sindicalista y revolucionario anarquista) en Barcelona: "Rodé en el cementerio, en el Tívoli y en el Novedades", reveló en la citada entrevista. En 1938 fue fotógrafo de guerra del político y militar Enrique Líster y trabajó como ayudante y operador de cámara para Laya Films.
No obstante, la Guerra Civil fue un periodo complicado, ya que acabó internado en campos de concentración de Francia. Tras el conflicto, "cuando nadie me daba de comer porque decían que yo era de los que habían perdido la guerra y que me fuera a hacer puñetas, tuve que ir a la sede de Falange a que me dieran el carnet para poder trabajar", reconoció. Además, en la misma entrevista contó que cuando fue a recoger el documento, le atendió el mismo individuo que le había dado el carnet de CNT-FAI, pero que en esta ocasión vestía la camisa de la Falange. "Bajé la escalera llorando, no podía aguantar que aquel señor estuviera allí con otra camisa. Fue un momento en el que recapacité sobre toda la guerra, bajando aquella escalera de dos pisos", señaló Mariné.
"Tras sobrevivir a la Guerra Civil juré que mi vida la dedicaría al cine", afirmó, y en 1947 comenzó su carrera centrada en la innovación aplicada a la fotografía en el cine, guiado por la premisa de "buscar siempre la máxima belleza", tal y como reconoció en una entrevista a Yolanda Ramos.
Mariné debutó como director de fotografía en un episodio de la película "Cuatro Mujeres", de Antonio del Amo, con el que colaboró en 13 largometrajes. Hasta 1990, año en el que se retiró como director de fotografía, Juan Mariné rodó 150 cintas de directores como Pedro Lazaga, con el que trabajó en 26 ocasiones, José María Forqué y Pedro Masó. Estos dos últimos también fueron galardonados con el Goya de Honor en 1994 y 2006, respectivamente. Además de los ya mencionados, colaboró con otros directores como José Luis Sáenz de Heredia en "Historias de la televisión", con Fernando Fernán-Gómez en "El crimen perfecto" y con Fernando Palacios, en la cinta "La gran familia".
Cuando se retiró de la dirección fotográfica en 1990, Mariné se dedicó de lleno a la restauración cinematográfica en la Filmoteca Española y en la Escuela de Cinematografía y del Audiovisual de la Comunidad de Madrid (ECAM). En un despacho ubicado en un sótano de la ECAM, que los alumnos apodaban el "sub-mariné", desarrolló diariamente las labores de restauración. Para recuperar las cintas inventó varias técnicas, como una copiadora óptica o una máquina de lavar negativos, ambas diseñadas por él mismo. Además, investigó en técnicas de ampliación y alta definición, lo que le llevó a crear el formato de película que lleva su nombre: el Formato Meriné. En 2020, la Filmoteca Española homenajeó su trabajo con la proyección de varias películas tanto fotografiadas como restauradas por él.
Aunque su nombre ha aparecido en cientos de películas nacionales, Mariné siempre rechazó las múltiples propuestas que se le presentaron para trabajar en Hollywood: "Solo hablaba español y francés y estaba obsesionado con modificar los sistemas de revelado; me ofrecían mucho dinero para que les dijese lo que hacía, pero nunca lo hice", recalcó Mariné a El Salto. Destaca un episodio con el director, actor y director estadounidense Orson Welles, que le ofreció hospedarse en su casa cuando Mariné viajó a Los Angeles para dar unas conferencias en la Universidad de Los Angeles en California.
A lo largo de su extensa carrera, Juan Mariné recibió varios premios y reconocimientos como el Premio Nacional de Fotografía del Sindicato Nacional del Espectáculo, la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes (1990), el Premio Nacional de Cinematografía (1994), la Medalla de Oro de la Academia y el ya mencionado Goya de Honor (2024) "por su entera dedicación al cine durante más de ochenta años de trayectoria que transitan por la historia del cine español, por sus esfuerzos en el trabajo de la conservación y la restauración fílmica, y por representar vivamente, a través de su oficio, la importancia de la luz en la historia de nuestro cine", tal y como recogió la Academia de Cine.
La trayectoria de Juan Mariné no solo tuvo un impacto significativo en la industria cinematográfica española por su participación en numerosas películas junto a directores emblemáticos, sino que también permitió, gracias a su labor de restauración, que cientos de cintas fueran recuperadas, y así ofrecer a las nuevas generaciones la oportunidad de descubrir y apreciar el cine de antes.
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