Joel Cano responde a las reclamaciones por impago de su sueldo a actrices cubanas
- por © NOTICINE.com-Foto: © Min. Affaires étrangères
18-VII-05
En relación con la información publicada por NOTICINE.com el pasado 15 de Junio bajo el título de "Profesionales denuncian el impago de sus sueldos en Cuba y España", en el que se informaba sobre la reclamación de tres actrices cubanas por sueldos impagados de su trabajo en la película dirigida y producida por Joel Cano clandestinamente en Cuba "Siete días, siete noches", éste cineasta ha remitido a nuestra redacción una carta de rectificación que reproducimos íntegramente, en aras del lógico derecho de réplica y por nuestro personal compromiso hacia la libertad de expresión.
Hola, mi nombre es Joel Cano, soy el director de la película cubana "Siete días y siete noches".
Con cierto retraso, y un real asombro, acabo de leer en vuestro sitio un artículo difamatorio hacia mi persona y que a llegado al parecer a ustedes desde Cuba, en la voz de Ingrid González, una actriz de reparto que interpreta el personaje de Marisol. Siento no haber estado al corriente antes, pues esta noticia aparece en sus páginas desde el mes de junio. Hubiera preferido aclarar este entuerto justo enseguida para cortar este malentendido por lo sano.
Aquí se habla de un supuesto impago de los salarios de tres de las actrices de mi película, que como por casualidad, son las únicas (cosa que no es cierta) que aún viven en Cuba, cosa que parecería un castigo al cual yo las he obligado, abandonándolas a su suerte en esa isla del diablo, sin un dólar para sobrevivir. Quiero sólo aclarar que...
Primero: Si me expreso públicamente aquí es porque ya existe vuestro articulo que es obligatoriamente parcial pues nadie se molestó en contactarme para que expusiera mi punto de vista. Si desde Cuba alguien me hubiese reclamado algo personalmente, le hubiera respondido como hago habitualmente, como ahora lo estoy haciendo. No me han dejado otra opción, y a través de ustedes explico, dejando siempre claro que al final es entre estas tres actrices y yo que se debe resolver la situación. Espero hablar con ellas antes de emitir cualquier criterio mal intencionado, pues confío en sus talentos respectivos, en su integridad y en su respeto y generosidad para con mi persona. Nada que venga de Cuba se puede creer a la primera vista, y hay que confirmar muy bien los rumores antes de herir a quienes son sido amigos, al menos así lo siento.
Segundo: que estas actrices tienen el pleno derecho de reclamar sus salarios, nada más normal, pero para eso tienen que informarse mejor de sus derechos y de los contratos que han firmado con la casa productora Mélange, que no conmigo, pues yo mismo he cedido legalmente mis derechos a esta productora y a Les films du Requin y Sintra films, para que se ocupen de hacer la postproducción de la película. Con esto no quiero decir que evado mis responsabilidades, pero aclaro que soy quien produjo la filmación y que luego tres coproductores se encargaron del resto, o sea, que la cosa es menos simple de lo que parece y la cadena de intereses bien larga.
Tercero: El dinero que proporciona Fond Sud Cinéma es solamente para cubrir los gastos de fabricación de las películas una vez que éstas ya han sido filmadas, lo cual comprende la transferencia al formato de 35 mm en el caso de la nuestra. Así que jamás ese dinero ha sido entregado a los productores para pagar a las actrices. Incluso, en la carta que confirma la atribucion de la suma que entrega Fond Sud, hay una cláusula que obliga a los beneficiarios a dar cuentas de cómo las sumas han sido empleadas. El dinero es liberado en tres tiempos, para lo cual las cuentas de la producción (pagos a laboratorios etc) son comunidadas a Fond Sud, que de estar de acuerdo entrega la segunda, y luego la tercera parte del dinero. Por tanto, Fond Sud no tiene nada que ver en este problema de impagos, ni hay nada que reclamarle ni moral, ni legalmente.
Cuarto: las actrices firmaron un contrato de participación, con lo cual tendrán su salario una vez que la película sea beneficiaria en la taquilla, cosa que hasta ahora no ha sido aún posible.
Quinto: la película fue filmada clandestinamente, y justo por esa razón, nada en su producción fue clásico, de lo cual se deduce que por principio todo el mundo, desde los músicos, hasta yo mismo, trabajamos por la necesidad de expresarnos libre y artísticamente sobre lo que ocurre en nuestro país, sabiendo que el dinero con el cual se contaba alcanzaba sólo para la filmación. En ese momento ni yo sabía si podría encontrar a un productor digno de ese nombre para lograr llegar a exhibir "Siete días y siete noches" en algun cine.
De todo esto concluyo que el problema me parece más político e ideológico que moral, o artístico, u otra cosa, y justamente viene a asomar una vez que la "Siete días y siete noches" ha comenzado a tener cierta resonancia internacional a través de los premios que ha obtenido, de las buenas críticas publicadas en la prensa, y del debate que ha creado alrededor de lo que pasa hoy día en mi país, Cuba. Porque aunque viva en Francia (y este es otro motivo de justificacion estúpida) soy cubano.
Si pude filmar clandestinamente, (clandestinaje bien relativo pues todo el mundo sabía que estaba filmando, hasta fui interrogado en varias ocasiones por agentes de la seguriad del Estado de Villa Clara y tengo testigos de esto entre los actores que también fueron interrogados) fue justamente porque sabían que actuaba sólo, sin equipo técnico, y sin dinero. El dinero que tenía, me servía para transportar a las actrices, darles de comer, vestirlas y para grabar la música. Nadie tuvo quejas de la organización. Nada les faltó para que pudieran hacer su trabajo en las mejores condiciones.
Por lo tanto, nadie, ni los segurosos, ni los responsables culturales de La Habana o de la provincia me tomó en serio, no pensaron que estábamos haciendo una película profesional, salvo las actrices que participaron en la filmación.
Ahora todos esos personajes que trabajan para el estado, tratan de salvar sus puestos pues se dan cuenta de que la película se les escapó de las manos, y quieren difamar en contra de mí para evitar otro mal mayor para ellos : que la imagen de Cuba se degrade en los medios, que la opinión pública les sea desfavorable, y que el turismo decaiga. Quizás también tratan de evitar que estrene mi segunda película Adios que también fue filmada en estas condiciones.
Un detalle curioso ha sido que el Instituto de cine cubano negó el hecho de que mi película fuera cubana cuando el Festival de cine de Toulouse los contactó para incluir "Siete días y siete noches" en su programación de este año. Alguien les respondió por mail desde el ICAIC que esa película no era cubana. Esos mails existen en los archivos del festival.
Ahora como por encanto defienden a las actrices de manera oficial, como las víctimas de un vendepatrias.
¡Qué buena gente !Ya varias personas a nivel de Estado saben que yo filmé en Cuba "Adiós", que es la segunda parte de la trilogía. Esa es otra de las razones por que hacen que este problema de impagos salga a relucir. Es un simple asunto de descrédito de mi persona para dispersar a la gente (y también a la prensa) del problema (éste si bien real) que provoca la dictadura de Fidel Castro en Cuba. Ahora todos los tracatanes deben de estar corriendo a ver por donde atajan a esa bestia mediática que es para ellos una película, a ver si pueden encajarle las banderillas de la ideología marxista.
En el mundo del cine, sobre todo en el de los productores españoles, se está al corriente de que El Instituto Cubano de Cine recibe el dinero (de preferencia en dólares) de los productores extranjeros que coproducen con Cuba, y paga una miseria, en pesos, a los actores, salvo a las estrellas locales reconocidas que han probado ya su lealtad al régimen. El gobierno es un chulo más, un chulo estatal que utiliza al pueblo para traer divisas. Y todos los productores que colaboran con Cuba estan al corriente de esas prácticas y las aprueban. Yo lo siento, pero el dinero que produzca mi película será para quienes trabajaron en ella, y no para pagar los salarios de los burócratas de Fidel Castro. Este es ya un problema de principios, no otra cosa, porque todos los asuntos en Cuba hoy dia se tratan de manera moral y no legal, como es el caso aquí. Si nos remitimos a las leyes, todo está en regla.
"Siete días y siete noches" es parte de una trilogía sobre la condición cubana contemporánea, y es una iniciativa personal de principio a fin, por lo tanto soy yo sólo el responsable de todo. Yo financié "Siete días y siete noches" con la indemnizacion por paro de un amigo que me ofreció ese dinero sin garantías de recuperarlo. Y eso todo el mundo que participó en la película lo sabe muy bien.
Es raro además que sólo tres de las actrices hayan protestado cuando en esta aventura participaron casi cincuenta personas.
Yo he tenido al corriente a estas actrices de todo cuanto ha acontecido con "Siete días, siete noches", por vía telefónica y por mail. Hasta ahora ninguna de ellas se inquietó por la demora en los pagos. Esto ya había sido previsto, pues en el mundo del cine los reembolsos toman mucho tiempo si no se dispone del dinero antes de filmar. Y como aquí se empezó sin dinero, pues hay que esperar a que el dinero llegue. Así de simple.
Yo fui el camarografo, el músico, el vestuarista, el guionista, el director de actores, el hombre orquesta, no por ambición de control, sino porque no tenía otra alternativa de producción. Y si las actrices trabajaron en esas condiciones fue por respeto a esa entrega personal, en la que no había más que cubanos sin plata.
Lo que sospecho, y no de manera paranoica, es la mano de la seguridad del Estado en este asunto, que es bien real, y que ha hecho presión sobre Ingrid González, que es una mujer que ha pagado con el silencio de muchos años el hecho de haberse casado con Reinaldo Arenas en su juventud y su manera libre de ver la vida, y por estas razones o sinrazones perdió hasta su empleo como actriz.
Ella estuvo aquí en Europa, invitada por el festival de cine de amor de Mons, y pudo constatar la buena acogida que el público le dio a su trabajo. Pero a veces la gente confunde toda esa pompa, todo ese ajetreo festivalero, con un mundo en el que el dinero se regoge con palas, y el dinero, ni yo lo he visto aún... Ustedes mismos lo dicen, que el cine latinoamericano se hace precariamente, y aquí pasa igual. A pesar del apoyo de productores franceses e italianos, esta es una película cubana, que trata cubanamente un asunto cubano, con actrices cubanas desconocidas incluso para el gran público de la isla. Una película cubana radical como la nuestra, no pasa en los circuitos más prestigiosos, y la explotación comercial francesa de "Siete días y siete noches" se hizo en la red de cines de arte y ensayo, y gracias a dios, o al diablo, el dinero alcanzó para pagar malamente a los laboratorios y los gastos que implican la publicidad y todo el lanzamiento mediático.
Claro que, saliendo como quien dice de la nada, es asombrosa la cantidad de festivales a los que hemos sido invitados y la cantidad de premios que hemos obtenido, creo que más que muchas producciones oficiales cubanas. Pero esto no se traduce automáicamente en ganancias. Esto sólo aumenta el prestigio de la película y sus posibilidades de ser comprada y distribuida.
Si la película pudo estrenarse fue gracias a los apoyos estatales de las secciones de cine en construcción de los festivales de San Sebastian y de Toulouse, y ademas a la ayuda de Fond Sud Cinéma... y esto tomó tres años de trabajo intenso. Pero quizás las actrices, como no estan presentes en esta parte del trabajo, toman todo este largo tiempo como un olvido y piensan que ya nadie quiere pagarles.
Como lo dije antes, las actrices firmaron un contrato, en el cual el pago vendrá después de que todos los gastos de fabricación sean reembolsados, y yo tengo los originales de esos contratos por ellas firmados como prueba de lo que aquí escribo, y además tengo también todas las cuentas de los coproductores que participaron en la postprocucción de la película para dar fe de la transparencia financiera de todo este proceso.
La precariedad de la que hablan en su artículo golpea tanto a los cubanos que viven la isla como a los que viven fuera, pero es habitual que comparen a los exiliados con traidores vendepatrias sedientos de dólares. Ese es el argumento con el cual atacan a todos los que no piensan como los miembros del partido comunista cubano.
Otra razón del gobierno cubano para desprestigiarme públicamente es advertir a todos aquellos que quisieran hacer como yo de que nadie es impune, y de que las leyes comunistas castigarán tarde o temprano a quienes se les opongan. Es un método tan gastado que termina siendo aburrido. Y siempre hasta los periodistas como ustedes contribuyen de buena fe a este sistema de cacería de brujas. Hacen falta noticias, eso es verdad.
A mí sólo me interesa la libertad de expresion en mi país, libertad que ha sido confiscada por un grupo de bandoleros, y también me interesa que cese la injusticia de ese gobierno hacia su pueblo, pero esas son causas para las cuales es difícil hoy día encontrar un espacio, eso levanta muchas ronchas en ciertos medios intelectuales que insisten aún en ser amigos de Castro.
Y ahora parece que descubrieron al fin el petróleo en Cuba, así que veremos el desfile de las grandes putas de occidente arrodillándose ante el comandante. Mi película es ante todo social; la política viene dada por todo el revolico que se arma cuando se habla en Cuba de realidad, y la realidad es bien oscura. Y eso no le gusta a nadie, ni a las agencias de viajes, ni a los artistas cubanos que se ocultan detrás de obras metafóricas para esconder sus miedos, ni a los exiliados que en Miami sueñan con el regreso a una Cuba ideal, que no han cesado de mejorar en el recuerdo, y donde ya no hay negros ni malas palabras, ni miseria. Tampoco una película así interesa a los idealistas de izquierdas que utilizan a Cuba como escudo para atacar a los norteamericanos sin ver que es un país dirigido por una junta militar : ni más ni menos. Hay que seguir vendiendo camisetas con la foto del Ché Guevara, pues en Europa escasean los ideales.
Pero yo no hablo de eso, yo hablo del drama de vivir de las mujeres dentro de ese contexto de violencia, y esa violencia que engendra violencia nos da con este intento de desprestigiarme otro ejemplo de la monstruosidad de mi país. Al recibir una información desde de Cuba, deberían tomar más precauciones cuando hablan de un problema interno de una película. No creo que los sitios que se ocupan de cine tengan por vocacion el escándalo. Para eso estan las revistas de chismes, y todos los programas sensasionalistas de la televisión española.
Yo aún estoy lejos de esa notoriedad, y no la necesito para sentirme parte del mundo, pero gracias por darme un escalón para alcanzarla. Deseo que para el estreno próximo de "Siete días y siete noches" en España el asunto que tratemos sea cinemátografico y no estos secretos de alcoba sin más interés que el morbo sensacionalista.
Afectuosamente, Joel Cano.
Nota de la Redacción: Hemos respetado escrupulosamente el texto del Sr.Cano, y sus opiniones le representan exclusivamente a él. En cualquier caso, sin entrar en el "morbo sensacionalista" que nos atribuye, lo cierto es que él reconoce que efectivamente los salarios -tal y como denunciaron aquí las actrices- no han sido abonados. Los tribunales competentes deberán dilucidar si a día de hoy es cierto o no que la película ha dado beneficios, lo que parece ser el elemento fundamental de esta polémica. Desde aquí solo podemos abogar porque el Sr. Cano pueda seguir haciendo cine y los profesionales cobren sus salarios en cualquier parte del mundo.
En relación con la información publicada por NOTICINE.com el pasado 15 de Junio bajo el título de "Profesionales denuncian el impago de sus sueldos en Cuba y España", en el que se informaba sobre la reclamación de tres actrices cubanas por sueldos impagados de su trabajo en la película dirigida y producida por Joel Cano clandestinamente en Cuba "Siete días, siete noches", éste cineasta ha remitido a nuestra redacción una carta de rectificación que reproducimos íntegramente, en aras del lógico derecho de réplica y por nuestro personal compromiso hacia la libertad de expresión.
Hola, mi nombre es Joel Cano, soy el director de la película cubana "Siete días y siete noches".
Con cierto retraso, y un real asombro, acabo de leer en vuestro sitio un artículo difamatorio hacia mi persona y que a llegado al parecer a ustedes desde Cuba, en la voz de Ingrid González, una actriz de reparto que interpreta el personaje de Marisol. Siento no haber estado al corriente antes, pues esta noticia aparece en sus páginas desde el mes de junio. Hubiera preferido aclarar este entuerto justo enseguida para cortar este malentendido por lo sano.
Aquí se habla de un supuesto impago de los salarios de tres de las actrices de mi película, que como por casualidad, son las únicas (cosa que no es cierta) que aún viven en Cuba, cosa que parecería un castigo al cual yo las he obligado, abandonándolas a su suerte en esa isla del diablo, sin un dólar para sobrevivir. Quiero sólo aclarar que...
Primero: Si me expreso públicamente aquí es porque ya existe vuestro articulo que es obligatoriamente parcial pues nadie se molestó en contactarme para que expusiera mi punto de vista. Si desde Cuba alguien me hubiese reclamado algo personalmente, le hubiera respondido como hago habitualmente, como ahora lo estoy haciendo. No me han dejado otra opción, y a través de ustedes explico, dejando siempre claro que al final es entre estas tres actrices y yo que se debe resolver la situación. Espero hablar con ellas antes de emitir cualquier criterio mal intencionado, pues confío en sus talentos respectivos, en su integridad y en su respeto y generosidad para con mi persona. Nada que venga de Cuba se puede creer a la primera vista, y hay que confirmar muy bien los rumores antes de herir a quienes son sido amigos, al menos así lo siento.
Segundo: que estas actrices tienen el pleno derecho de reclamar sus salarios, nada más normal, pero para eso tienen que informarse mejor de sus derechos y de los contratos que han firmado con la casa productora Mélange, que no conmigo, pues yo mismo he cedido legalmente mis derechos a esta productora y a Les films du Requin y Sintra films, para que se ocupen de hacer la postproducción de la película. Con esto no quiero decir que evado mis responsabilidades, pero aclaro que soy quien produjo la filmación y que luego tres coproductores se encargaron del resto, o sea, que la cosa es menos simple de lo que parece y la cadena de intereses bien larga.
Tercero: El dinero que proporciona Fond Sud Cinéma es solamente para cubrir los gastos de fabricación de las películas una vez que éstas ya han sido filmadas, lo cual comprende la transferencia al formato de 35 mm en el caso de la nuestra. Así que jamás ese dinero ha sido entregado a los productores para pagar a las actrices. Incluso, en la carta que confirma la atribucion de la suma que entrega Fond Sud, hay una cláusula que obliga a los beneficiarios a dar cuentas de cómo las sumas han sido empleadas. El dinero es liberado en tres tiempos, para lo cual las cuentas de la producción (pagos a laboratorios etc) son comunidadas a Fond Sud, que de estar de acuerdo entrega la segunda, y luego la tercera parte del dinero. Por tanto, Fond Sud no tiene nada que ver en este problema de impagos, ni hay nada que reclamarle ni moral, ni legalmente.
Cuarto: las actrices firmaron un contrato de participación, con lo cual tendrán su salario una vez que la película sea beneficiaria en la taquilla, cosa que hasta ahora no ha sido aún posible.
Quinto: la película fue filmada clandestinamente, y justo por esa razón, nada en su producción fue clásico, de lo cual se deduce que por principio todo el mundo, desde los músicos, hasta yo mismo, trabajamos por la necesidad de expresarnos libre y artísticamente sobre lo que ocurre en nuestro país, sabiendo que el dinero con el cual se contaba alcanzaba sólo para la filmación. En ese momento ni yo sabía si podría encontrar a un productor digno de ese nombre para lograr llegar a exhibir "Siete días y siete noches" en algun cine.
De todo esto concluyo que el problema me parece más político e ideológico que moral, o artístico, u otra cosa, y justamente viene a asomar una vez que la "Siete días y siete noches" ha comenzado a tener cierta resonancia internacional a través de los premios que ha obtenido, de las buenas críticas publicadas en la prensa, y del debate que ha creado alrededor de lo que pasa hoy día en mi país, Cuba. Porque aunque viva en Francia (y este es otro motivo de justificacion estúpida) soy cubano.
Si pude filmar clandestinamente, (clandestinaje bien relativo pues todo el mundo sabía que estaba filmando, hasta fui interrogado en varias ocasiones por agentes de la seguriad del Estado de Villa Clara y tengo testigos de esto entre los actores que también fueron interrogados) fue justamente porque sabían que actuaba sólo, sin equipo técnico, y sin dinero. El dinero que tenía, me servía para transportar a las actrices, darles de comer, vestirlas y para grabar la música. Nadie tuvo quejas de la organización. Nada les faltó para que pudieran hacer su trabajo en las mejores condiciones.
Por lo tanto, nadie, ni los segurosos, ni los responsables culturales de La Habana o de la provincia me tomó en serio, no pensaron que estábamos haciendo una película profesional, salvo las actrices que participaron en la filmación.
Ahora todos esos personajes que trabajan para el estado, tratan de salvar sus puestos pues se dan cuenta de que la película se les escapó de las manos, y quieren difamar en contra de mí para evitar otro mal mayor para ellos : que la imagen de Cuba se degrade en los medios, que la opinión pública les sea desfavorable, y que el turismo decaiga. Quizás también tratan de evitar que estrene mi segunda película Adios que también fue filmada en estas condiciones.
Un detalle curioso ha sido que el Instituto de cine cubano negó el hecho de que mi película fuera cubana cuando el Festival de cine de Toulouse los contactó para incluir "Siete días y siete noches" en su programación de este año. Alguien les respondió por mail desde el ICAIC que esa película no era cubana. Esos mails existen en los archivos del festival.
Ahora como por encanto defienden a las actrices de manera oficial, como las víctimas de un vendepatrias.
¡Qué buena gente !Ya varias personas a nivel de Estado saben que yo filmé en Cuba "Adiós", que es la segunda parte de la trilogía. Esa es otra de las razones por que hacen que este problema de impagos salga a relucir. Es un simple asunto de descrédito de mi persona para dispersar a la gente (y también a la prensa) del problema (éste si bien real) que provoca la dictadura de Fidel Castro en Cuba. Ahora todos los tracatanes deben de estar corriendo a ver por donde atajan a esa bestia mediática que es para ellos una película, a ver si pueden encajarle las banderillas de la ideología marxista.
En el mundo del cine, sobre todo en el de los productores españoles, se está al corriente de que El Instituto Cubano de Cine recibe el dinero (de preferencia en dólares) de los productores extranjeros que coproducen con Cuba, y paga una miseria, en pesos, a los actores, salvo a las estrellas locales reconocidas que han probado ya su lealtad al régimen. El gobierno es un chulo más, un chulo estatal que utiliza al pueblo para traer divisas. Y todos los productores que colaboran con Cuba estan al corriente de esas prácticas y las aprueban. Yo lo siento, pero el dinero que produzca mi película será para quienes trabajaron en ella, y no para pagar los salarios de los burócratas de Fidel Castro. Este es ya un problema de principios, no otra cosa, porque todos los asuntos en Cuba hoy dia se tratan de manera moral y no legal, como es el caso aquí. Si nos remitimos a las leyes, todo está en regla.
"Siete días y siete noches" es parte de una trilogía sobre la condición cubana contemporánea, y es una iniciativa personal de principio a fin, por lo tanto soy yo sólo el responsable de todo. Yo financié "Siete días y siete noches" con la indemnizacion por paro de un amigo que me ofreció ese dinero sin garantías de recuperarlo. Y eso todo el mundo que participó en la película lo sabe muy bien.
Es raro además que sólo tres de las actrices hayan protestado cuando en esta aventura participaron casi cincuenta personas.
Yo he tenido al corriente a estas actrices de todo cuanto ha acontecido con "Siete días, siete noches", por vía telefónica y por mail. Hasta ahora ninguna de ellas se inquietó por la demora en los pagos. Esto ya había sido previsto, pues en el mundo del cine los reembolsos toman mucho tiempo si no se dispone del dinero antes de filmar. Y como aquí se empezó sin dinero, pues hay que esperar a que el dinero llegue. Así de simple.
Yo fui el camarografo, el músico, el vestuarista, el guionista, el director de actores, el hombre orquesta, no por ambición de control, sino porque no tenía otra alternativa de producción. Y si las actrices trabajaron en esas condiciones fue por respeto a esa entrega personal, en la que no había más que cubanos sin plata.
Lo que sospecho, y no de manera paranoica, es la mano de la seguridad del Estado en este asunto, que es bien real, y que ha hecho presión sobre Ingrid González, que es una mujer que ha pagado con el silencio de muchos años el hecho de haberse casado con Reinaldo Arenas en su juventud y su manera libre de ver la vida, y por estas razones o sinrazones perdió hasta su empleo como actriz.
Ella estuvo aquí en Europa, invitada por el festival de cine de amor de Mons, y pudo constatar la buena acogida que el público le dio a su trabajo. Pero a veces la gente confunde toda esa pompa, todo ese ajetreo festivalero, con un mundo en el que el dinero se regoge con palas, y el dinero, ni yo lo he visto aún... Ustedes mismos lo dicen, que el cine latinoamericano se hace precariamente, y aquí pasa igual. A pesar del apoyo de productores franceses e italianos, esta es una película cubana, que trata cubanamente un asunto cubano, con actrices cubanas desconocidas incluso para el gran público de la isla. Una película cubana radical como la nuestra, no pasa en los circuitos más prestigiosos, y la explotación comercial francesa de "Siete días y siete noches" se hizo en la red de cines de arte y ensayo, y gracias a dios, o al diablo, el dinero alcanzó para pagar malamente a los laboratorios y los gastos que implican la publicidad y todo el lanzamiento mediático.
Claro que, saliendo como quien dice de la nada, es asombrosa la cantidad de festivales a los que hemos sido invitados y la cantidad de premios que hemos obtenido, creo que más que muchas producciones oficiales cubanas. Pero esto no se traduce automáicamente en ganancias. Esto sólo aumenta el prestigio de la película y sus posibilidades de ser comprada y distribuida.
Si la película pudo estrenarse fue gracias a los apoyos estatales de las secciones de cine en construcción de los festivales de San Sebastian y de Toulouse, y ademas a la ayuda de Fond Sud Cinéma... y esto tomó tres años de trabajo intenso. Pero quizás las actrices, como no estan presentes en esta parte del trabajo, toman todo este largo tiempo como un olvido y piensan que ya nadie quiere pagarles.
Como lo dije antes, las actrices firmaron un contrato, en el cual el pago vendrá después de que todos los gastos de fabricación sean reembolsados, y yo tengo los originales de esos contratos por ellas firmados como prueba de lo que aquí escribo, y además tengo también todas las cuentas de los coproductores que participaron en la postprocucción de la película para dar fe de la transparencia financiera de todo este proceso.
La precariedad de la que hablan en su artículo golpea tanto a los cubanos que viven la isla como a los que viven fuera, pero es habitual que comparen a los exiliados con traidores vendepatrias sedientos de dólares. Ese es el argumento con el cual atacan a todos los que no piensan como los miembros del partido comunista cubano.
Otra razón del gobierno cubano para desprestigiarme públicamente es advertir a todos aquellos que quisieran hacer como yo de que nadie es impune, y de que las leyes comunistas castigarán tarde o temprano a quienes se les opongan. Es un método tan gastado que termina siendo aburrido. Y siempre hasta los periodistas como ustedes contribuyen de buena fe a este sistema de cacería de brujas. Hacen falta noticias, eso es verdad.
A mí sólo me interesa la libertad de expresion en mi país, libertad que ha sido confiscada por un grupo de bandoleros, y también me interesa que cese la injusticia de ese gobierno hacia su pueblo, pero esas son causas para las cuales es difícil hoy día encontrar un espacio, eso levanta muchas ronchas en ciertos medios intelectuales que insisten aún en ser amigos de Castro.
Y ahora parece que descubrieron al fin el petróleo en Cuba, así que veremos el desfile de las grandes putas de occidente arrodillándose ante el comandante. Mi película es ante todo social; la política viene dada por todo el revolico que se arma cuando se habla en Cuba de realidad, y la realidad es bien oscura. Y eso no le gusta a nadie, ni a las agencias de viajes, ni a los artistas cubanos que se ocultan detrás de obras metafóricas para esconder sus miedos, ni a los exiliados que en Miami sueñan con el regreso a una Cuba ideal, que no han cesado de mejorar en el recuerdo, y donde ya no hay negros ni malas palabras, ni miseria. Tampoco una película así interesa a los idealistas de izquierdas que utilizan a Cuba como escudo para atacar a los norteamericanos sin ver que es un país dirigido por una junta militar : ni más ni menos. Hay que seguir vendiendo camisetas con la foto del Ché Guevara, pues en Europa escasean los ideales.
Pero yo no hablo de eso, yo hablo del drama de vivir de las mujeres dentro de ese contexto de violencia, y esa violencia que engendra violencia nos da con este intento de desprestigiarme otro ejemplo de la monstruosidad de mi país. Al recibir una información desde de Cuba, deberían tomar más precauciones cuando hablan de un problema interno de una película. No creo que los sitios que se ocupan de cine tengan por vocacion el escándalo. Para eso estan las revistas de chismes, y todos los programas sensasionalistas de la televisión española.
Yo aún estoy lejos de esa notoriedad, y no la necesito para sentirme parte del mundo, pero gracias por darme un escalón para alcanzarla. Deseo que para el estreno próximo de "Siete días y siete noches" en España el asunto que tratemos sea cinemátografico y no estos secretos de alcoba sin más interés que el morbo sensacionalista.
Afectuosamente, Joel Cano.
Nota de la Redacción: Hemos respetado escrupulosamente el texto del Sr.Cano, y sus opiniones le representan exclusivamente a él. En cualquier caso, sin entrar en el "morbo sensacionalista" que nos atribuye, lo cierto es que él reconoce que efectivamente los salarios -tal y como denunciaron aquí las actrices- no han sido abonados. Los tribunales competentes deberán dilucidar si a día de hoy es cierto o no que la película ha dado beneficios, lo que parece ser el elemento fundamental de esta polémica. Desde aquí solo podemos abogar porque el Sr. Cano pueda seguir haciendo cine y los profesionales cobren sus salarios en cualquier parte del mundo.