Fantasmas rusos invaden La Habana

por © Frank Padrón (Cuba)-NOTICINE.com
Manga
Manga
Manga3-XI-05

Con el pretencioso slogan “El auténtico cine ruso”, se desarrolla desde el día 2 y hasta el 5 del corriente, la muestra “Días de cine Fantom en Cuba”, que el Cine Club homónimo presenta en el Centro de Prensa Internacional y el Pabellón Cuba de la capital.

Una muestra de carteles en el lobby del primer sitio, dio paso a la premiére, que prosigue con tandas corridas a las 2:00 y 8:00 p.m, en un apretado recorrido por videoartes, cortos y largos de ficción estampados por este grupo que surgió hace un par de décadas aún con la URSS de fondo.

Conocido primeramente como “cine paralelo” (en clara oposición a la producción oficial) editó desde inicios la revista Cine Fantom que paulatinamente ocupó el nombre del cine club, creado como tal en 1995 y con sedes y proyecciones en buena parte del mundo, lo que implica participación activa en festivales y semanas de cine.

El primer pase en este ciclo, que agrupa tanto a cineastas profesionales como amateurs, generalmente jóvenes, incluyó el interesante corto documental “Película de la felicidad” (2002) de Grígori Dikkert y Lenka Habanakova, en torno a la manipulación y los mensajes subliminales que en cine y publicidad atentan directamente contra el subconsciente del espectador, y el largo “Tractoristas 2” (1992) de los famosos hermanos Igor y Gleb Aléinikov, este último presente en Cuba (el otro falleció hace unos años).

Se trata de una obra posmoderna, con la cual estos creadores abandonaron un tanto los estrechos círculos del underground soviético para presentarse a un público más amplio, ante el cual recorren irónicamente los lugares comunes de la comedia soviética, a modo de pastiche. La cinta, que en Rusia contempló las más diversas reacciones (desde quienes la aclamaron como cine de culto hasta quienes la calificaron como “la decepción del año”) aquí significó la casi total desbandada del público que colmó la sala de proyecciones del Centro de Prensa.

Quizá se trataba de falta de referencia, si bien, no olvidemos, estuvimos demasiado bien “informados” del cine soviético durante varias décadas; lo cierto es que, con la excepción de muchos jóvenes hijos de antiguos soviéticos residentes entonces en Cuba (muchos de ellos frutos de matrimonios con cubanos), el resto no pudo menos que aburrirse con una comedieta banal e intrascendente, por mucha intención paródica que animara a los realizadores.

El resto del programa es ambicioso y comprende incluso films bien recibidos en foros internacionales, tal es el caso de “Te quiero” (2004) de Olga Stolpouskaya, presentada en Berlín, Toronto, Cannes, premiada en el Festival Gay/Lesbian de New York y adquirida para su distribución en Estados Unidos, o “Manga” (2005) de Piotr Jazizov, cinta experimental, absolutamente independiente y sin embargo, primera película rusa de cuya distribución internacional se encargan las compañías norteamericanas Buena Vista Internacional y Columbia Pictures.

Ya comentaremos algunas incidencias de esta “invasión fantasmagórica” de cine ruso en la Habana, un programa que involucra a la Asociación Hermanos Saíz, la Embajada de Rusia, el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos y la Fundación Ludwing. Para conocer más de este curioso grupo, puede consultarse su página web: www.cinefantom.ru.