Pese al frío habanero, baños turcos
- por © Frank Padrón (Cuba)-NOTICINE.com
16-II-06
Mientras el frente frío impide a los capitalinos y otros cubanos guardar los recién sacados abrigos del clóset, el ICAIC y la Embajada de la República de Turquía en nuestro país han organizado una muestra del cine de esa nación en el cine La Rampa (sede temporal de la Cinemateca de Cuba durante la restauración del Chaplin).
La premiére, que a la vez clausurará la muestra el próximo domingo 19, fue mediante una cinta bastante conocida fuera incluso de Turquía, no sólo por tratarse de una coproducción (España e Italia) sino por haberse hecho de significativos premios en su país de origen: al actor revelación (Mehmet Gensur) en el festival de Ankara, además de mejor film, director y banda sonora en el Antalia Golden Orange: “Hamam (El baño turco)” (1997), de Ferzan Oztepek.
Un joven italiano a quien no le va muy bien con la esposa, un viaje a Estambul a recibir una herencia, una venta que se vuelve restauración, un sauna que regentara durante años una comprensiva tía, y sobre todo, el descubrimiento de la verdadera esencia erótica, más el asesinato perpetrado por la compradora frustrada, dan médula a esta cinta donde descuella una eficaz narración a la que no falta dosificado suspense, y un bien delineado trazado de personajes (en especial, la esposa del protagonista y su matizada evolución).
Para elogiar, también, el focalizado choque entre culturas, donde las costumbres del exótico país árabe, los caracteres, las costumbres, son cuidadosamente incorporadas a la diégesis por el director, sin que lo maree un costumbrismo a ultranza. Y claro que las actuaciones, aunque no precisamente es el laureado Gunzur el más sobresaliente, sino los itálicos Alessandro Gassman, Francesca d´Aloja y los actores secundarios que interpretan a la familia y vecinos turcos.
No puede decirse lo mismo de la segunda oferta, “La hora de la luna” (1993) de una de las pocas cineastas de allá: Mahinur Aygün, porque si bien encontramos cierto esbozo de las relaciones maritales y familiares en Turquía que detenta indudable interés, el trayecto entre un hombre maduro, escritor aficionado y su insoportable amante, acompañada por la pequeña hija de ésta, con quien el protagonista y su ex mujer sí logran una afectuosa relación, se diluye en la torpeza narrativa de la directora, más interesada en las neurosis de la amante que en trazar eficazmente las coordenadas del relato y sus personajes.
“La cara secreta” (1991) ha sido calificada como el mejor film de un conocido director turco, Omer Kavur , quien se auxilió para el guión del escritor Orham Pamuk, partiendo de uno de los cuentos de su célebre volumen “El libro Negro” y manteniendo la estructura capitular del referente. Con más de 20 premios fuera y dentro de su país, se trata de un suspense donde otro joven que viaja, aunque esta vez del interior a la capital, se establece como fotógrafo en un centro nocturno y un día es reclamado por una mujer para que investigue sobre un hombre que aparece en una de las fotos... En lo que pudiéramos considerar una suerte de “thriller místico”, el director enfatiza en los sueños del ser humano y metaforiza el alma con la presencia del reloj, algo que se torna, en realidad, demasiado explícito y acaso reiterado, pero de todos modos aplicando una alta densidad filosófica a un largometraje, por demás perfectamente ambientado, fotografiado y actuado..
Tras una pausa el jueves por la anunciada visita del iraní Abbas Kiarostami (que finalmente no vino) y la exhibición de su más reciente trabajo, la Muestra de cine turco continúa hoy y completa sus ofertas con “Fango”, de Dervis Zaim , premio de la UNESCO en el Festival de Venecia 2003 y cierra sus estrenos en Cuba con broche de oro mediante “Lejano” (2002), de Nuri Bilge Ceilán, Gran premio del Jurado y de interpretación masculina en Cannes y FIPRESCI en Estambul el año siguiente, entre otros muchos lauros fuera y dentro de Turquía, entre ellos los Siyad que ofrece la crítica local.
Mientras el frente frío impide a los capitalinos y otros cubanos guardar los recién sacados abrigos del clóset, el ICAIC y la Embajada de la República de Turquía en nuestro país han organizado una muestra del cine de esa nación en el cine La Rampa (sede temporal de la Cinemateca de Cuba durante la restauración del Chaplin).
La premiére, que a la vez clausurará la muestra el próximo domingo 19, fue mediante una cinta bastante conocida fuera incluso de Turquía, no sólo por tratarse de una coproducción (España e Italia) sino por haberse hecho de significativos premios en su país de origen: al actor revelación (Mehmet Gensur) en el festival de Ankara, además de mejor film, director y banda sonora en el Antalia Golden Orange: “Hamam (El baño turco)” (1997), de Ferzan Oztepek.
Un joven italiano a quien no le va muy bien con la esposa, un viaje a Estambul a recibir una herencia, una venta que se vuelve restauración, un sauna que regentara durante años una comprensiva tía, y sobre todo, el descubrimiento de la verdadera esencia erótica, más el asesinato perpetrado por la compradora frustrada, dan médula a esta cinta donde descuella una eficaz narración a la que no falta dosificado suspense, y un bien delineado trazado de personajes (en especial, la esposa del protagonista y su matizada evolución).
Para elogiar, también, el focalizado choque entre culturas, donde las costumbres del exótico país árabe, los caracteres, las costumbres, son cuidadosamente incorporadas a la diégesis por el director, sin que lo maree un costumbrismo a ultranza. Y claro que las actuaciones, aunque no precisamente es el laureado Gunzur el más sobresaliente, sino los itálicos Alessandro Gassman, Francesca d´Aloja y los actores secundarios que interpretan a la familia y vecinos turcos.
No puede decirse lo mismo de la segunda oferta, “La hora de la luna” (1993) de una de las pocas cineastas de allá: Mahinur Aygün, porque si bien encontramos cierto esbozo de las relaciones maritales y familiares en Turquía que detenta indudable interés, el trayecto entre un hombre maduro, escritor aficionado y su insoportable amante, acompañada por la pequeña hija de ésta, con quien el protagonista y su ex mujer sí logran una afectuosa relación, se diluye en la torpeza narrativa de la directora, más interesada en las neurosis de la amante que en trazar eficazmente las coordenadas del relato y sus personajes.
“La cara secreta” (1991) ha sido calificada como el mejor film de un conocido director turco, Omer Kavur , quien se auxilió para el guión del escritor Orham Pamuk, partiendo de uno de los cuentos de su célebre volumen “El libro Negro” y manteniendo la estructura capitular del referente. Con más de 20 premios fuera y dentro de su país, se trata de un suspense donde otro joven que viaja, aunque esta vez del interior a la capital, se establece como fotógrafo en un centro nocturno y un día es reclamado por una mujer para que investigue sobre un hombre que aparece en una de las fotos... En lo que pudiéramos considerar una suerte de “thriller místico”, el director enfatiza en los sueños del ser humano y metaforiza el alma con la presencia del reloj, algo que se torna, en realidad, demasiado explícito y acaso reiterado, pero de todos modos aplicando una alta densidad filosófica a un largometraje, por demás perfectamente ambientado, fotografiado y actuado..
Tras una pausa el jueves por la anunciada visita del iraní Abbas Kiarostami (que finalmente no vino) y la exhibición de su más reciente trabajo, la Muestra de cine turco continúa hoy y completa sus ofertas con “Fango”, de Dervis Zaim , premio de la UNESCO en el Festival de Venecia 2003 y cierra sus estrenos en Cuba con broche de oro mediante “Lejano” (2002), de Nuri Bilge Ceilán, Gran premio del Jurado y de interpretación masculina en Cannes y FIPRESCI en Estambul el año siguiente, entre otros muchos lauros fuera y dentro de Turquía, entre ellos los Siyad que ofrece la crítica local.