Fidel no pudo esperar
- por © Corresponsal-NOTICINE.com
10-IV-01
Aunque no era hasta este martes cuando estaba previsto el primer pase oficial de "Trece días" en Cuba, con la presencia de su principal protagonista y productor, Kevin Costner, el comandante no pudo esperar. El astro de Hollywood fue al poco de llegar a La Habana en la tarde del lunes avisado de que el presidente Fidel Castro requería su presencia en el Palacio de la Revolución para una proyección privada de su película. Nada menos que siete horas duró el encuentro, que discurrió en los más cordiales términos y que -lógicamente- incluyó una cena. Costner regresó a su hotel, el Nacional, delante del Malecón, alrededor de las 2 de la madrugada.
En la velada de cine y alta diplomacia internacional, que habrá hecho a Costner perder cierta parte de su público en Miami, no faltaron importantes personajes del régimen socialista cubano, como el presidente del Parlamento, Ricardo Alarcón, y el ministro de Exteriores Felipe Pérez Roque. Por parte norteamericana, estuvieron los otros dos productores, Armyan Bernstein y Peter Almond.
No ha trascendido por el momento la opinión de Fidel sobre la película, que narra la crisis de los misiles soviéticos que apuntaban a EEUU, suceso que consolidó el embargo norteamericano contra Cuba, vigente desde hace 30 años, ni los comentarios de Costner -quien interpreta al asesor presidencial de Kennedy Kenneth O'Donnell- sobre su estancia en la sede del poder castrista. Sólo se sabe que cuando el actor-productor deje la isla lo hará camino de Moscú, donde preseguirá su particular "gira de paz".
En los últimos años, varios actores y actrices norteamericanos han disfrutado de la proverbial hospitalidad cubana: Jack Lemmon, Robert de Niro, Jack Nicholson, Cameron Díaz, Matt Dillon, Robert Redford, Jane Fonda, Leornardo Di Caprio o Arnold Schwarzenneger (éste último convencido republicano) han visitado la isla, pero también significatos productores y hombres de negocios de Hollywood. El propio Fidel Castro acaba de ser objeto de una "biopic" para televisión producida en México por una cadena norteamericana.
Aunque no era hasta este martes cuando estaba previsto el primer pase oficial de "Trece días" en Cuba, con la presencia de su principal protagonista y productor, Kevin Costner, el comandante no pudo esperar. El astro de Hollywood fue al poco de llegar a La Habana en la tarde del lunes avisado de que el presidente Fidel Castro requería su presencia en el Palacio de la Revolución para una proyección privada de su película. Nada menos que siete horas duró el encuentro, que discurrió en los más cordiales términos y que -lógicamente- incluyó una cena. Costner regresó a su hotel, el Nacional, delante del Malecón, alrededor de las 2 de la madrugada.
En la velada de cine y alta diplomacia internacional, que habrá hecho a Costner perder cierta parte de su público en Miami, no faltaron importantes personajes del régimen socialista cubano, como el presidente del Parlamento, Ricardo Alarcón, y el ministro de Exteriores Felipe Pérez Roque. Por parte norteamericana, estuvieron los otros dos productores, Armyan Bernstein y Peter Almond.
No ha trascendido por el momento la opinión de Fidel sobre la película, que narra la crisis de los misiles soviéticos que apuntaban a EEUU, suceso que consolidó el embargo norteamericano contra Cuba, vigente desde hace 30 años, ni los comentarios de Costner -quien interpreta al asesor presidencial de Kennedy Kenneth O'Donnell- sobre su estancia en la sede del poder castrista. Sólo se sabe que cuando el actor-productor deje la isla lo hará camino de Moscú, donde preseguirá su particular "gira de paz".
En los últimos años, varios actores y actrices norteamericanos han disfrutado de la proverbial hospitalidad cubana: Jack Lemmon, Robert de Niro, Jack Nicholson, Cameron Díaz, Matt Dillon, Robert Redford, Jane Fonda, Leornardo Di Caprio o Arnold Schwarzenneger (éste último convencido republicano) han visitado la isla, pero también significatos productores y hombres de negocios de Hollywood. El propio Fidel Castro acaba de ser objeto de una "biopic" para televisión producida en México por una cadena norteamericana.