Paco León escribe sobre el estreno de "Rainbow"
- por © NOTICINE.com
Por Paco León *
Después de "Arde Madrid" y de la mano de Sandra Hermida (amiga y productora cómplice de toda mi carrera como director), nació la necesidad de cambio, de explorar territorios desconocidos. Planteamos ir a Los Ángeles a escribir "Rainbow" con Javier Gullón y, de repente, llegó la pandemia. La escribimos a distancia, confinados y con muchas ganas de viajar, de aventuras, de fiesta y de fantasía. Fantasía que se hacía necesaria como antídoto de esa realidad pandémica que estábamos viviendo. Un tiempo raro donde, inevitablemente, se nos colaban reflexiones existenciales, del sentido de la vida, de la muerte... Pero también nos conectó con las raíces de lo que somos, con lo importante que es conocernos y aceptarnos.
Sobre la estructura de la novela El maravilloso mago de Oz, de L. Frank Baum, "Rainbow" plantea el viaje como metáfora de la vida, donde no hay otra meta que nosotros mismos ni otro sentido que el propio camino y con quién lo compartes. La historia cuenta el viaje iniciático de una adolescente que se convierte en adulta y descubre quién es y quién quiere ser.
Con "Rainbow" también quería tener una excusa para crear una pista de baile donde poder invitar a muchas personas que admiro. Músicos, bailarines, fotógrafos, artistas plásticos, escultores, cantantes, performers... El cine como aglutinador de todas las artes. Y, de paso, hacer una polaroid de este momento cultural y del talento emergente.
Me siento, de alguna manera, bisagra generacional, fascinado tanto por la grandeza de Carmen Maura como por el carisma de Dora o Ayax. Adaptarme como director a cada intérprete ha sido un reto muy refrescante, del que he disfrutado mucho. Por un lado, no actores o actores con muy poca experiencia (Dora, Ayax, Weka, Soraya...), y por otro, maestros de la interpretación como Carmen Machi, Carmen Maura, Luis Bermejo u Hovik Keuchkerian.
Toda la película habla también de esa relación entre lo viejo y lo nuevo. De cómo se relaciona el estatus, la marca doble W, el lujo, el sistema... en contraposición con lo joven, lo subversivo, lo adolescente o lo discriminado que exige un cambio.
Un musical no musical:
Aunque hay mucha música en la película y es muy importante, el planteamiento siempre fue el contrario del musical americano donde se canta y se baila sin explicación. Aquí siempre hay una justificación más o menos realista. Hemos trabajado una banda sonora muy heterogénea que va de Vivaldi a Arca y de Tangana a Blondie.
Dora y Weka han compuesto e interpretado temas producidos por Pional y Diego Postigo. La música incidental es una maravilla de Tomás Virgós bebiendo de Stockhausen y otros maestros de la música contemporánea.
Figuración y cameos:
Otro de los valores diferenciales de "Rainbow" es la figuración y las pequeñas partes. Importantísimas para crear ese universo mágico, diverso, original y rebosante de talento. Decíamos en rodaje que cada figurante era el/la protagonista de otras películas aún no hechas. La lista es interminable pero tener artistas colaborando en apariciones fugaces ha sido un lujo. Miss Beige, Debi Mazar, Ouissem Belgacem, Ester Expósito, Youssef Nabil, Alejandro Palomo, Leo Rizzi, Naiara Música, Laura Ponte, Rossy de Palma o mi hermana María León.
A esto se les suma todos esos anónimos reclutados por Thomas Kenny y Silvia Rey que representan el espíritu de "Rainbow", que no solo celebra la diversidad (término manoseado), sino la personalidad. Gente de diferentes razas, tamaños, identidades de género y capacidades..., pero no molan por eso. Molan porque tienen personalidad y saben cómo expresarla.
La moda tiene un papel muy importante en esto. Carolina Galiana y Rubén Mármol han cogido lo mejor de ayer y hoy y, huyendo de la traicionera tendencia, han conseguido unos looks muy icónicos esenciales para la construcción de todos los personajes.
Cientos de colaboraciones, cientos de hilos de colores con el que hemos hecho este tapiz volador con el que viajar durante casi dos horas.
(*): Llega a los cines españoles la cuarta realización del también actor Paco León, recientemente presentada ante un muy amplio público en el Velódromo dentro del Festival de San Sebastián. La cinta, coproducción entre Telecinco y Netflix, se lanza esta semana en salas antes de acabar en la plataforma de Streaming.
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Después de "Arde Madrid" y de la mano de Sandra Hermida (amiga y productora cómplice de toda mi carrera como director), nació la necesidad de cambio, de explorar territorios desconocidos. Planteamos ir a Los Ángeles a escribir "Rainbow" con Javier Gullón y, de repente, llegó la pandemia. La escribimos a distancia, confinados y con muchas ganas de viajar, de aventuras, de fiesta y de fantasía. Fantasía que se hacía necesaria como antídoto de esa realidad pandémica que estábamos viviendo. Un tiempo raro donde, inevitablemente, se nos colaban reflexiones existenciales, del sentido de la vida, de la muerte... Pero también nos conectó con las raíces de lo que somos, con lo importante que es conocernos y aceptarnos.
Sobre la estructura de la novela El maravilloso mago de Oz, de L. Frank Baum, "Rainbow" plantea el viaje como metáfora de la vida, donde no hay otra meta que nosotros mismos ni otro sentido que el propio camino y con quién lo compartes. La historia cuenta el viaje iniciático de una adolescente que se convierte en adulta y descubre quién es y quién quiere ser.
Con "Rainbow" también quería tener una excusa para crear una pista de baile donde poder invitar a muchas personas que admiro. Músicos, bailarines, fotógrafos, artistas plásticos, escultores, cantantes, performers... El cine como aglutinador de todas las artes. Y, de paso, hacer una polaroid de este momento cultural y del talento emergente.
Me siento, de alguna manera, bisagra generacional, fascinado tanto por la grandeza de Carmen Maura como por el carisma de Dora o Ayax. Adaptarme como director a cada intérprete ha sido un reto muy refrescante, del que he disfrutado mucho. Por un lado, no actores o actores con muy poca experiencia (Dora, Ayax, Weka, Soraya...), y por otro, maestros de la interpretación como Carmen Machi, Carmen Maura, Luis Bermejo u Hovik Keuchkerian.
Toda la película habla también de esa relación entre lo viejo y lo nuevo. De cómo se relaciona el estatus, la marca doble W, el lujo, el sistema... en contraposición con lo joven, lo subversivo, lo adolescente o lo discriminado que exige un cambio.
Un musical no musical:
Aunque hay mucha música en la película y es muy importante, el planteamiento siempre fue el contrario del musical americano donde se canta y se baila sin explicación. Aquí siempre hay una justificación más o menos realista. Hemos trabajado una banda sonora muy heterogénea que va de Vivaldi a Arca y de Tangana a Blondie.
Dora y Weka han compuesto e interpretado temas producidos por Pional y Diego Postigo. La música incidental es una maravilla de Tomás Virgós bebiendo de Stockhausen y otros maestros de la música contemporánea.
Figuración y cameos:
Otro de los valores diferenciales de "Rainbow" es la figuración y las pequeñas partes. Importantísimas para crear ese universo mágico, diverso, original y rebosante de talento. Decíamos en rodaje que cada figurante era el/la protagonista de otras películas aún no hechas. La lista es interminable pero tener artistas colaborando en apariciones fugaces ha sido un lujo. Miss Beige, Debi Mazar, Ouissem Belgacem, Ester Expósito, Youssef Nabil, Alejandro Palomo, Leo Rizzi, Naiara Música, Laura Ponte, Rossy de Palma o mi hermana María León.
A esto se les suma todos esos anónimos reclutados por Thomas Kenny y Silvia Rey que representan el espíritu de "Rainbow", que no solo celebra la diversidad (término manoseado), sino la personalidad. Gente de diferentes razas, tamaños, identidades de género y capacidades..., pero no molan por eso. Molan porque tienen personalidad y saben cómo expresarla.
La moda tiene un papel muy importante en esto. Carolina Galiana y Rubén Mármol han cogido lo mejor de ayer y hoy y, huyendo de la traicionera tendencia, han conseguido unos looks muy icónicos esenciales para la construcción de todos los personajes.
Cientos de colaboraciones, cientos de hilos de colores con el que hemos hecho este tapiz volador con el que viajar durante casi dos horas.
(*): Llega a los cines españoles la cuarta realización del también actor Paco León, recientemente presentada ante un muy amplio público en el Velódromo dentro del Festival de San Sebastián. La cinta, coproducción entre Telecinco y Netflix, se lanza esta semana en salas antes de acabar en la plataforma de Streaming.
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