Gerardo Dorantes habla sobre el estreno de "Correr para vivir"
- por © Marina Durán-NOTICINE.com
La película mexicana "Correr para vivir", dirigida por Gerardo Dorantes y producida por Pablo Zimbrón Alva, se encuentra lista para su estreno esta semana en salas de México. La cinta, que aborda el dilema entre seguir el sueño del atletismo o sumergirse en el crimen organizado, se adentra en las complejidades de la sierra tarahumara, donde confluyen la resistencia de los corredores rarámuris y la sombra del narcotráfico. "Después sale el tema adicional del crimen organizado, algo complejísimo en nuestro país; los criminales se dieron cuenta que podían usar corredores rarámuris para sus negocios", ha dicho el director.
"Es una paradoja que muestra lo corrompido de nuestro sistema. Ellos tienen este don de correr, pero tampoco se salvan de los abusos del narcotráfico, que los orillan a sembrar amapola, marihuana y transportarla. Es un contexto social desfavorable", añadía Dorantes en declaraciones a la web del IMCINE.
En "Correr para vivir", los protagonistas, dos hermanos llamados Capo y Homero, enfrentan una encrucijada entre la pasión por correr y las tentaciones del mundo del crimen. Cuando el hermano mayor se ve en la desafortunada situación de perder un valioso cargamento de drogas, se encuentra atrapado en una deuda perpetua con los cárteles, lo que pone en peligro no solo su vida, sino también la de su familia.
El elenco de la película está conformado por Vladimir Rivera Mata, Manuel Cruz Vivas, Eligio Meléndez, Mayra Sérbulo, Emma Malacara y Osvaldo Sánchez.
Esta situación desencadena una búsqueda desesperada en la que el hermano menor se ve enfrentado a un dilema angustiante: ¿continuar persiguiendo sus propios sueños o sucumbir a la presión de involucrarse en el tráfico de drogas para garantizar la seguridad de su familia?
Ambos hermanos se ven obligados a arriesgarlo todo en un intento desesperado por escapar del mundo criminal que los aprisiona, mientras buscan ansiosamente la libertad y la realización de sus aspiraciones más profundas. Este dilema ético constituye el núcleo de un thriller que plantea cuestiones profundas sobre la realidad que enfrentan diversas comunidades en el país.
Dorantes explicaba que su meta es retratar cómo la presencia delictiva ha permeado en el tejido social de la región tarahumara y en su comunidad. Esta obra busca adentrarse en las duras realidades económicas que enfrentan, así como en la transformación de sus valores y sueños debido a la influencia de la delincuencia organizada.
Los rarámuris, también conocidos como tarahumaras, conforman una comunidad indígena arraigada en el norte de México, específicamente en regiones como Chihuahua, el suroeste de Sonora y el noroeste de Durango. El término rarámuri, que deriva del idioma propio de este grupo, se traduce como "corredores ligeros", fusionando las palabras "rara" que significa "pie" y "muri" que se interpreta como "ligero".
Según el director, la obra se centra en esta comunidad porque "siempre se busca entender a los corredores mediante documentales y trabajos periodísticos, solo por su cultura e historias personales. A mí me voló la cabeza leer un reportaje sobre Arnulfo Quimare, representante internacional de los corredores rarámuris, quien ganó un maratón en el que tuvo que correr 30 horas seguidas. Yo quería indagar sobre los factores que les permiten llevar su naturaleza a ese punto", y agregaba: "Hablar de los rarámuris es hablar de mexicanos y son muy variados, al igual que las personas de la sierra alta, sierra baja, los mayas o los de la zona centro. Lo importante era entenderlos como personas reales".
Respecto al desarrollo de la historia, Dorantes señalaba: "Queríamos una historia con tres actos marcados y que fuera emocionante, vertiginosa, impredecible, y que comunicara más allá del entretenimiento. La historia tenía que ser responsable, con tintes culturales, y esa fue nuestra apuesta al escribir el guion".
Para el director también fue muy importante la preparación y el entrenamiento de los actores Vladimir y Manuel para sus roles protagónicos en la película. Tuvo la tarea de inculcar en los actores la comprensión profunda de la cultura y la mentalidad rarámuri, así como la representación auténtica de la resistencia y la resiliencia que caracterizan a esta comunidad indígena: "Con Vladimir y Manuel trabajamos la parte de sembrar la conciencia rarámuri: interpretar resistencia y resiliencia no es sencillo. Trabajamos la parte física y fueron ejercicios exhaustivos". Esto requirió no solo un trabajo físico intenso, sino también una conexión emocional y espiritual con los valores y la forma de vida de los rarámuri.
La producción de "Correr para vivir" estuvo a cargo de Varios Lobos, 9 mm y SuDosis, quienes escogieron escenarios emblemáticos de México, como la Huasca de Ocampo en Hidalgo y la Sierra Tarahumara en Chihuahua. Estos impresionantes lugares no solo destacan la grandeza natural, sino que también plantean desafíos que ponen a prueba la fortaleza y la capacidad de adaptación del ser humano.
Sigue nuestras últimas noticias por X (TWITTER).
"Es una paradoja que muestra lo corrompido de nuestro sistema. Ellos tienen este don de correr, pero tampoco se salvan de los abusos del narcotráfico, que los orillan a sembrar amapola, marihuana y transportarla. Es un contexto social desfavorable", añadía Dorantes en declaraciones a la web del IMCINE.
En "Correr para vivir", los protagonistas, dos hermanos llamados Capo y Homero, enfrentan una encrucijada entre la pasión por correr y las tentaciones del mundo del crimen. Cuando el hermano mayor se ve en la desafortunada situación de perder un valioso cargamento de drogas, se encuentra atrapado en una deuda perpetua con los cárteles, lo que pone en peligro no solo su vida, sino también la de su familia.
El elenco de la película está conformado por Vladimir Rivera Mata, Manuel Cruz Vivas, Eligio Meléndez, Mayra Sérbulo, Emma Malacara y Osvaldo Sánchez.
Esta situación desencadena una búsqueda desesperada en la que el hermano menor se ve enfrentado a un dilema angustiante: ¿continuar persiguiendo sus propios sueños o sucumbir a la presión de involucrarse en el tráfico de drogas para garantizar la seguridad de su familia?
Ambos hermanos se ven obligados a arriesgarlo todo en un intento desesperado por escapar del mundo criminal que los aprisiona, mientras buscan ansiosamente la libertad y la realización de sus aspiraciones más profundas. Este dilema ético constituye el núcleo de un thriller que plantea cuestiones profundas sobre la realidad que enfrentan diversas comunidades en el país.
Dorantes explicaba que su meta es retratar cómo la presencia delictiva ha permeado en el tejido social de la región tarahumara y en su comunidad. Esta obra busca adentrarse en las duras realidades económicas que enfrentan, así como en la transformación de sus valores y sueños debido a la influencia de la delincuencia organizada.
Los rarámuris, también conocidos como tarahumaras, conforman una comunidad indígena arraigada en el norte de México, específicamente en regiones como Chihuahua, el suroeste de Sonora y el noroeste de Durango. El término rarámuri, que deriva del idioma propio de este grupo, se traduce como "corredores ligeros", fusionando las palabras "rara" que significa "pie" y "muri" que se interpreta como "ligero".
Según el director, la obra se centra en esta comunidad porque "siempre se busca entender a los corredores mediante documentales y trabajos periodísticos, solo por su cultura e historias personales. A mí me voló la cabeza leer un reportaje sobre Arnulfo Quimare, representante internacional de los corredores rarámuris, quien ganó un maratón en el que tuvo que correr 30 horas seguidas. Yo quería indagar sobre los factores que les permiten llevar su naturaleza a ese punto", y agregaba: "Hablar de los rarámuris es hablar de mexicanos y son muy variados, al igual que las personas de la sierra alta, sierra baja, los mayas o los de la zona centro. Lo importante era entenderlos como personas reales".
Respecto al desarrollo de la historia, Dorantes señalaba: "Queríamos una historia con tres actos marcados y que fuera emocionante, vertiginosa, impredecible, y que comunicara más allá del entretenimiento. La historia tenía que ser responsable, con tintes culturales, y esa fue nuestra apuesta al escribir el guion".
Para el director también fue muy importante la preparación y el entrenamiento de los actores Vladimir y Manuel para sus roles protagónicos en la película. Tuvo la tarea de inculcar en los actores la comprensión profunda de la cultura y la mentalidad rarámuri, así como la representación auténtica de la resistencia y la resiliencia que caracterizan a esta comunidad indígena: "Con Vladimir y Manuel trabajamos la parte de sembrar la conciencia rarámuri: interpretar resistencia y resiliencia no es sencillo. Trabajamos la parte física y fueron ejercicios exhaustivos". Esto requirió no solo un trabajo físico intenso, sino también una conexión emocional y espiritual con los valores y la forma de vida de los rarámuri.
La producción de "Correr para vivir" estuvo a cargo de Varios Lobos, 9 mm y SuDosis, quienes escogieron escenarios emblemáticos de México, como la Huasca de Ocampo en Hidalgo y la Sierra Tarahumara en Chihuahua. Estos impresionantes lugares no solo destacan la grandeza natural, sino que también plantean desafíos que ponen a prueba la fortaleza y la capacidad de adaptación del ser humano.
Sigue nuestras últimas noticias por X (TWITTER).