Marcelino Islas habla sobre el tardío estreno de "Mi novia es la revolución"
- por © Jorge Orte-NOTICINE.com
El mexicano Marcelino Islas Hernández continúa con los dramas adolescentes que había iniciado en "Clases de historia" (2018) con un homenaje a su propia hija en su nueva película "Mi novia es la revolución", que se estrena 5 años después de empezar a rodar tras la producción ser afectada por una pandemia que también les dificultó la postproducción y encontrar festivales adecuados. Finalmente llegará a las salas de cine mexicanas este 16 de mayo tras su previo paso por el festival de Roma, con un director que siente que es una oportunidad para saldar una deuda pendiente con el cine nacional mexicano.
La película trata de Sofía (la propia hija del director, Sofía Islas), una joven que está a punto de cumplir quince años y su vida parece derrumbarse porque sus padres han decidido separarse, obligándola a mudarse junto a su madre y su hermana a un nuevo vecindario donde no conoce a nadie. Ella se siente sola, desplazada y atrapada en la turbulencia de la adolescencia. Sin embargo, un giro inesperado ocurre cuando conoce a una chica que irrumpe en su hogar con intenciones de robo. Esta intrusa, llamada Eva (Ana Valeria Becerril), posee una personalidad arriesgada e irreverente que, a pesar de asustarla, también despierta su interés. A medida que comparten experiencias, incluyendo incursiones delictivas por las casas del barrio y momentos de complicidad entre canciones, Sofía se ve atraída por la peligrosa fascinación que Eva ejerce sobre ella. Juntas, forjan una amistad que desafía los límites de lo convencional, sumergiéndose en un mundo de emociones intensas y rebeldía.
Para el director la inspiración de "Mi novia es la revolución" surgió como un homenaje a su hija Sofía (quién hace el papel de la misma Sofía protagonista) la cual acababa de cumplir quince años, este señalado evento en la cultura mexicana sumado a la experiencia de ver junto a ella "Los 400 golpes" de Truffaut para una de sus clases, fueron catalizadores para la creación del film en el que la idea de un coming of age protagonizado por su hija tomó forma tras una conversación con Gaby Vidal, su maestra y asesora en guiones.
Islas también explicó que el predominio del universo femenino en "Mi novia es la revolución" refleja su propia experiencia de vida. Criado en un entorno donde predominaban las mujeres -con su hermana y madre-, y posteriormente, al formar su propia familia con dos hijas. Esto le ha hecho reflexionar constantemente sobre esta dinámica. Al principio de su carrera no cuestionaba su rol como hombre abordando temas femeninos, pero después de que "Clases de historia" fuera objeto de escrutinio de la crítica esto le hizo reconsiderar: "Fuí muy cuestionado, pero la verdad es que no tengo una agenda, tampoco abordo temas que no me corresponden, sino que es lo que me rodea".
Su aclaración de que solo se limita a plasmar sus experiencias se ve reflejada en la relación con su padre: "Con mi papá tengo una buena relación, aunque él se fue y formó otra familia; eso podría explicar mis personajes masculinos desdibujados". A su vez el diálogo entre Sofía y su madre, por ejemplo, refleja conversaciones que él mismo podría haber tenido con su madre. En definitiva, el film representa un regreso a su juventud, aspecto que cobra aún más potencia al ser filmado en el barrio donde creció.
Por último, habló de la experiencia que supone dirigir un rodaje en que su propia hija es la protagonista, lo cual tenía a Sofía un tanto desubicada desde el principio: "Sofi no sabía si decirme papá o director. Incluso me empezó a hablar de usted, pero le dije que no había necesidad, porque todos en el set sabían que era mi hija". A una Sofía que fue puesta a prueba por su padre durante el rodaje: "Busqué que el personaje de Eva le impusiera a Sofía, quería que la pusiera nerviosa. Sofía y Ana Valeria se conocieron en cámara, cuando los personajes coinciden por primera vez, en aquella escena donde Eva entra a la casa de Sofía. Así fui estratégico en distintos puntos de la historia y eso le ayudó a Sofía, porque incluso adoptó la jerga del trabajo".
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La película trata de Sofía (la propia hija del director, Sofía Islas), una joven que está a punto de cumplir quince años y su vida parece derrumbarse porque sus padres han decidido separarse, obligándola a mudarse junto a su madre y su hermana a un nuevo vecindario donde no conoce a nadie. Ella se siente sola, desplazada y atrapada en la turbulencia de la adolescencia. Sin embargo, un giro inesperado ocurre cuando conoce a una chica que irrumpe en su hogar con intenciones de robo. Esta intrusa, llamada Eva (Ana Valeria Becerril), posee una personalidad arriesgada e irreverente que, a pesar de asustarla, también despierta su interés. A medida que comparten experiencias, incluyendo incursiones delictivas por las casas del barrio y momentos de complicidad entre canciones, Sofía se ve atraída por la peligrosa fascinación que Eva ejerce sobre ella. Juntas, forjan una amistad que desafía los límites de lo convencional, sumergiéndose en un mundo de emociones intensas y rebeldía.
Para el director la inspiración de "Mi novia es la revolución" surgió como un homenaje a su hija Sofía (quién hace el papel de la misma Sofía protagonista) la cual acababa de cumplir quince años, este señalado evento en la cultura mexicana sumado a la experiencia de ver junto a ella "Los 400 golpes" de Truffaut para una de sus clases, fueron catalizadores para la creación del film en el que la idea de un coming of age protagonizado por su hija tomó forma tras una conversación con Gaby Vidal, su maestra y asesora en guiones.
Islas también explicó que el predominio del universo femenino en "Mi novia es la revolución" refleja su propia experiencia de vida. Criado en un entorno donde predominaban las mujeres -con su hermana y madre-, y posteriormente, al formar su propia familia con dos hijas. Esto le ha hecho reflexionar constantemente sobre esta dinámica. Al principio de su carrera no cuestionaba su rol como hombre abordando temas femeninos, pero después de que "Clases de historia" fuera objeto de escrutinio de la crítica esto le hizo reconsiderar: "Fuí muy cuestionado, pero la verdad es que no tengo una agenda, tampoco abordo temas que no me corresponden, sino que es lo que me rodea".
Su aclaración de que solo se limita a plasmar sus experiencias se ve reflejada en la relación con su padre: "Con mi papá tengo una buena relación, aunque él se fue y formó otra familia; eso podría explicar mis personajes masculinos desdibujados". A su vez el diálogo entre Sofía y su madre, por ejemplo, refleja conversaciones que él mismo podría haber tenido con su madre. En definitiva, el film representa un regreso a su juventud, aspecto que cobra aún más potencia al ser filmado en el barrio donde creció.
Por último, habló de la experiencia que supone dirigir un rodaje en que su propia hija es la protagonista, lo cual tenía a Sofía un tanto desubicada desde el principio: "Sofi no sabía si decirme papá o director. Incluso me empezó a hablar de usted, pero le dije que no había necesidad, porque todos en el set sabían que era mi hija". A una Sofía que fue puesta a prueba por su padre durante el rodaje: "Busqué que el personaje de Eva le impusiera a Sofía, quería que la pusiera nerviosa. Sofía y Ana Valeria se conocieron en cámara, cuando los personajes coinciden por primera vez, en aquella escena donde Eva entra a la casa de Sofía. Así fui estratégico en distintos puntos de la historia y eso le ayudó a Sofía, porque incluso adoptó la jerga del trabajo".
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