"Dante y Soledad": Alexandra de la Mora e Irene Azuela se mojan

por © Jorge Orte-NOTICINE.com
"Dante y Soledad"
"Dante y Soledad"
Este 23 de mayo se estrena en México "Dante y Soledad", dirigida por Alexandra de la Mora y protagonizada por Irene Arzuela. Este drama trata de Inés, que se enfrenta a la depresión posparto: Una combinación de ansiedad, melancolía y sensaciones abrumadoras de inutilidad. Esta nueva madre, exitosa en su carrera, se encuentra atrapada en una burbuja emocional, incapaz de comunicar adecuadamente lo que está viviendo, incluso con su pareja. La inexplicable tristeza de Inés va más allá de lo físico y se extiende a lo existencial. Su único consuelo parece ser una pareja de peces de agua salada que la acompañan. "Esto me hizo reflexionar sobre las personas que no tienen el mismo apoyo, y me hizo consciente de la realidad de muchas mujeres", cuenta De la Mora.

La cineasta mexicana explica que Irene Azuela y ella habían trabajado juntas durante mucho tiempo como actrices, y cuando comenzó a sentir la inquietud de dirigir, colaboraron en un fashion film para Nike, donde Irene actuaba y ella la dirigía. Desde ese proyecto, ambas quisieron volver a trabajar juntas en algo que les tocara el corazón. Ella deseaba iniciar su carrera como directora desde un lugar honesto, logrando que quienes vieran la película sintieran lo mismo. Justo cuando Irene la llamó para preguntarle si la dirigiría, ella acababa de tener a su primera hija. Estaba viviendo la etapa emocionante de la maternidad y le parecía fascinante ver cómo podía ser un motor de crecimiento. Sin embargo, también se dio cuenta de que, a pesar del apoyo emocional de su pareja, se sentía en una especie de burbuja.

Esto la hizo reflexionar sobre la realidad de muchas mujeres al tener a su hija en casa, sintiendo una experiencia con un dolor profundo que nada parecía aliviar. Sentía como si algo dentro de ella hubiera muerto para dar paso a la nueva vida. A medida que pasaban los días, enfrentaba complejidades crecientes y sintió la necesidad de contar esta experiencia. Entonces leyó el cuento de Guadalupe Nettel, "El matrimonio de los peces rojos", que utiliza la metáfora de los peces para hablar de una pareja y cómo el nacimiento del hijo los separa. Algo similar ocurría en su vida, ya que había una ruptura en la dinámica existente al incorporar a un tercero, colocándoles en un universo de transformaciones y profunda desorientación.



El guión fue creado en colaboración con Natalia Moret, una guionista argentina a la que sorprendentemente nunca conocieron en persona, pero estuvieron trabajando juntas a través de reuniones por Zoom dos veces por semana, donde durante dos horas, discutían sobre la maternidad y temas relacionados: "Empecé a trabajar en un guión más formal, pero yo sentía que esta historia no debía contarse de forma tradicional. Debía narrarse a través de sensaciones y atmósferas. A muchas amigas les preguntaba cómo se sentían después del embarazo y había algo recurrente en sus respuestas: 'Déjame regresar a esa burbuja'. Hay algo mágico en ese estado; es que cuando estás embarazada te vuelves un alto porcentaje de agua. Era necesario contar la historia de esa manera", explica Alexandra de la Mora a la web del IMCINE.

La directora entendió entonces que debía narrar la historia a través de lo sonoro, para acercarse al cuadro que quería transmitir. La película realmente tomó forma en el proceso de edición, con la ayuda esencial de Paulina del Paso. Mientras editaban una escena en el desierto, comprendieron que esa parte específica representaba un momento en el que la protagonista se pierde. El material del desierto las guió en una dirección distinta, como una antítesis de lo que era Inés. Estos descubrimientos fueron posibles gracias a la profunda colaboración con Paulina del Paso en la edición.

Alexandra conoce a José María Yazpik e Irene Azuela desde hace mucho tiempo y es amiga de ambos. Aun así, sabía que debía ganarse su confianza y respeto en el ámbito profesional. Los procesos con cada actor fueron muy diferentes. Con Chema, quien interpretaba un personaje seductor, bromeaba mucho en el set y aportaba una energía muy positiva: "Él es un actor disciplinado, el primero en llegar al set y el último en irse". La directora admiró su disciplina y su respeto por su profesión, al igual que la profesionalidad de Irene.

Pero el papel de su actriz protagonista era incómodo, difícil de interpretar. Irene tenía su propia perspectiva sobre las cosas, que a veces no coincidía con la visión de De la Mora, quien tenía muy claro el tono de la película: "A veces parecía que Irene no debía hacer nada. Recuerdo que una vez me dijo: 'Lo único que me dices es que no haga nada'. 'Es que eso necesitas hacer, lo que ya estás haciendo', le contesté". De la Mora afirma que no fue fácil, pero ambas se fortalecieron como amigas, directoras, actrices y seres humanos. Hubo momentos desafiantes, pero también crecieron mucho juntas.

Sigue nuestras últimas noticias por X (TWITTER).