Hablamos con Guillermo Polo sobre el estreno de su opera prima, "Lo carga el diablo"

por © Celia Santos-NOTICINE.com
"Lo carga el diablo" y su director
"Lo carga el diablo" y su director
Desde este viernes 25 de abril en cines españoles, "Lo carga el diablo", primer proyecto de Guillermo Polo como director, con un reparto encabezado por Pablo Molinero, Antonia San Juan y Mero González, es una comedia negra de estética retro ofrece un retrato de la España profunda, con giros inesperados y un viaje por carretera que pone a prueba la idea de que la familia no se elige. En entrevista exclusiva con NOTICINE.com, el cineasta valenciano ha revelado más detalles sobre el proceso creativo detrás de la película así como los desafíos a los que ha tenido que hacer frente.

- "Lo carga el diablo" ha sido su primer largometraje como director, ¿qué ha supuesto para usted este primer proyecto?
Ha supuesto muchos años de trabajo. Creo que las óperas primas son difíciles, y sobre todo cuando es un proyecto personal. En este caso es una ópera prima complicada porque tiene muchos personajes y muchas localizaciones. Han sido prácticamente diez años desde que se ideó el proyecto, se empezó a financiar, se llevó a cabo, se rodó, y hasta que, por fin, vamos a las salas de cine.  

- ¿De dónde nace la idea de la película?
El origen viene de una anécdota, que ocurrió hace años, que tiene que ver con una persona a la que conocía cuya madre falleció, y, como herencia, le dejó a su gato. De pronto, a un hombre que no tenía trato con los animales, le queda un gato como único recuerdo de su madre. Tomé como punto de partida esa idea, que me resultaba interesante sobre cómo, al faltar una persona cercana, quedan muchos temas abiertos y por hablar. Desde ahí hasta lo que se ha convertido la película ha evolucionado mucho, pero es cierto que se mantiene que el hermano del protagonista, con el que llevaba años sin hablar, fallece, y una de las cosas que le deja es el perro. Por lo tanto, Tristán tiene que hacer el viaje para enterrar al hermano con el perro acompañándolo, todo ello en clave de comedia negra.



- En la película aparecen muchos elementos de la España profunda, como el toro de Osborne o esos bares y hostales de carretera un poco tétricos. ¿Por qué decidió retratar esta parte más castiza de España?
Aparecen en la película porque creo que son lugares que definen un poco la identidad española de los últimos años. Son elementos que han ido desapareciendo, han ido cambiando de manos, los han restaurado o los han tirado abajo. De alguna manera me parecía importante recorrer esas carreteras secundarias pasando por gasolineras, bares y demás porque creo que son parte de nuestra historia y nuestra identidad, y de alguna manera la película homenajea esos sitios. A su vez, también quería retratarlos de una manera estética y fotográfica, porque me parecen muy interesantes visualmente.  

- Se habla de que en la película está presente el estilo artístico kitsch, ¿está de acuerdo?
Yo no lo definiría con esa palabra, porque para mí el toque kitsch hace referencia al mal gusto que no es intencionado. En este caso a mí me parece que se acerca más al naturalismo costumbrista castizo. Para algunas personas puede parecer mal gusto o cutre, o no le prestan atención directamente. A mí me parece que detrás de todo eso hay una delicadeza interesante. Por ejemplo, los carteles y los neones antes se hacían y se diseñaban a mano, mientras que hoy en día se imprime una letra ya prediseñada para poner en la fachada un negocio.

- ¿Cómo ha sido el proceso de filmar en carretera?
Los propios rodajes ya son logísticamente complicados porque tienes que mover a muchas personas, y si te estás literalmente moviendo de un sitio a otro, es aún más difícil. Es verdad que el hecho de rodar en distintas localizaciones y de movernos por la carretera ha impregnado de autenticidad a la propia película porque tanto los personajes como el equipo, al ir desplazándonos, nos contagiábamos también de esos paisajes y esas características de las comunidades autónomas por las que pasábamos.

- ¿Cuáles han sido los principales desafíos?
Al ser una opera prima, los recursos eran más limitados. En esta película teníamos un coche antiguo, un perro, un fantasma, una persecución de coches… Es decir, un montón de elementos que normalmente requieren técnicamente de tiempo y recursos, por lo que hemos tenido que ser muy ingeniosos para usar la creatividad e intentar contar lo mismo pero con los recursos que teníamos. Ha habido mucho trabajo de preproducción, de localizar y de preparar los planos para que cuando llegáramos al rodaje estuviera todo listo.

- ¿Por qué se eligió el título?
Creo que las relaciones de hermanos las carga el diablo, las relaciones familiares las carga el diablo, los viajes los carga el diablo, y de alguna manera la historia que contamos la carga el diablo, porque tiene muchos ingredientes y giros inesperados. Cuando parece que las cosas van hacia un sitio, de pronto ves que hay más cosas en la ecuación. Entonces, yo creo que es un título que aporta un tono desenfadado y gamberro a la historia.

- En la película aparecen varias caras conocidas como Pablo Molinero o Antonia San Juan. ¿Cómo ha sido trabajar con ellos?
Me lo pusieron muy fácil. He tenido suerte con el reparto porque, siendo algunos muy experimentados y más conocidos, como es el caso de Antonia, se motivaron con el guion y el proyecto. A la hora de trabajar son personas que escuchan y que aportan ideas, por lo que nos hemos entendido muy bien. Para ser mi ópera prima, yo he sentido que me lo han puesto fácil.

- La película ha recorrido varios festivales, tanto nacionales como internacionales. ¿Cómo ha sido el recibimiento de la cinta en estos eventos?
Mi sensación ha sido buena y creo que al público le ha gustado. En algunos pases me he quedado a las proyecciones y he visto que los espectadores reaccionaban bien, tanto en los momentos de humor como en los de tensión o susto. El contacto con el público ha sido bueno, y he sentido bastante calidez porque la gente se acercaba a hablar conmigo, tanto en los festivales de España como en Miami o Mar del Plata.

- ¿Qué espera del estreno?
Me gustaría que la película conectase con el público. Espero que la disfruten y les haga salir de la sala con un buen sabor de boca y con una buena sensación. Ese es el mensaje de la película, no tomarse las cosas y los dramas de la vida demasiado en serio. Espero que disfruten del propio viaje y que funcione el boca a boca.

- ¿Tiene algún proyecto a la vista?
He rodado un cortometraje que se titula "Videoclub 2001", que protagonizan Catalina Sopelana y Antonia San Juan. Es la semilla de mi siguiente largometraje, que ya estoy desarrollando y en el que estoy trabajando para levantarlo.

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