"Una historia de amor y guerra", satirizar al México que no cambia

por © Redacción (México)-NOTICINE.com
"Una historia de amor y guerra"
"Una historia de amor y guerra"
El camino de "Una historia de amor y guerra" hacia las salas de cine mexicanas comenzó hace más de un año, con su debut en el Festival Internacional de Cine de Rotterdam. Esta semana el público podrá enfrentarse a la sátira grotesca que el cineasta Santiago Mohar Volkow ha construido inspirándose en una de las parejas más icónicas de la historia nacional, aunque aquí despojada de cualquier solemnidad.

La película no es una recreación histórica, sino un remolino narrativo que utiliza la figura de Maximiliano de Habsburgo y Carlota como punto de partida para un relato contemporáneo. El protagonista, Pepe Sánchez-Campo, es un magnate inmobiliario cuyo megacentro comercial, bautizado como El Mictlán, lo enfrenta con guerrillas locales. El personaje, descrito como más grotesco que la telenovela que se desarrolla a su alrededor, se encuentra en una situación donde "un soborno y una llamada a papá podrían no ser suficientes" para salvarlo.

El caos se desata cuando Teo, primo y amante de Constanza —la prometida de Pepe—, logra registrar que Pepe la engaña. Este incidente precipita lo que el director describe como "un baño de sangre burlesco que involucra traición, animales que hablan, historia colonial y trueque en el más allá".

Para Mohar, el proyecto representa un giro significativo después de trabajos previos como "Los muertos" o el documental "Sísifos". "Pasaron más de diez años desde que hice ‘Los muertos’, y si bien es correcto que había una mayor preocupación, también había más ingenuidad. Y el tono de ‘Una historia...’ quizá sea una ingenuidad tornada en cinismo, o en resignación", explicó el director a la web del IMCINE. La película, que tardó años en realizarse, sufrió una transformación profunda. "Encontré una situación donde ya no la quería hacer como la había planteado originalmente, porque en esos años pasaron muchas cosas en mi vida, pero también fuera de mi vida".



La película también marcó un cambio en su forma de trabajar. "Era la primera vez que filmaba profesionalmente, porque antes había sido cine independiente, en el término literal de la palabra: no te apoya ninguna institución pública o privada, filmas los fines de semana o con crews reducidos; en ‘Sísifos’, yo mismo, como director, hacía el sonido directo". Ante esta nueva oportunidad, decidió que "ahora que la tengo, pongo toda la carne al asador y todas las cosas que admiro de diferentes películas".

El retrato de la élite mexicana es central en la cinta. Mohar lo describe como "la genealogía del mirrey, que ahora es un meme, pero que es un personaje tan antiguo como México. De hecho, México como idea es una creación criolla, y vista con cierta ironía, el criollo también es el primer mirrey, aunque haya sufrido una lumpenización muy grande, hasta llegar a la caricatura que tenemos ahora".

La estética de la película fue un proceso cuidadosamente orquestado. Mohar detalló la colaboración entre la diseñadora de producción Ana Ibarra y el fotógrafo Adrián Cores: "Intentábamos referencias que mezclaran alta cultura, de la tradición occidental o criolla, con referencias al arte novohispano, de Juárez y Villalpando, en determinados tipos de luz. Eso se mezcla con el tono melodramático de la telenovela y se insertan en referencias de cultura popular, casi del Internet".

El elenco, que incluye a Andrew L. Rogers, Lucía Gomez Robledo, Mónica del Carmen, Dario Yazbek Bernal, Manuel García Rulfo y Aldo Escalante, enfrentó el desafío de un tono actoral poco convencional. "Lo más complejo a la hora de la ejecución es precisamente la interpretación, porque hablar del tono en la interpretación es meterse en un terreno muy ambiguo. Por desgracia, el cine actual está sometido por un mandato de verosimilitud y naturalismo, y es difícil lograr la actuación que por efectividad llamaremos teatral", comentó Mohar.

Sobre el trabajo con Andrew L. Rogers, quien interpreta a Pepe, el director relató: "Con Andrew fue un trabajo intensísimo. Él era mi vecino durante la pandemia, entonces fue de las únicas personas que vi en esos dos años, y nos echábamos tres o cuatro películas al día y ahí generamos un lenguaje común". El proceso fue físicamente demandante para el actor: "Sale prácticamente en todas las escenas; en algún momento se tuvo que ir al hospital porque le dio un ataque de frío".

La estructura de la película bebe de influencias como los retablos y exvotos novohispanos. "Los retablos y los exvotos fueron fundamentales durante el diseño de la película, tanto en lo visual como en lo dramático", afirmó Mohar. "Ese nivel de barroquismo es impresionante y puedes seguir la historia que está inscrita, pero de una forma aparentemente caótica".

Al hablar de sus referentes literarios y cinematográficos, el director mencionó a Jorge Ibargüengoitia: "De ahí viene ese humor o esa falta de solemnidad para hablar de la historia de México. El Estado, independientemente del gobierno en turno, siempre la trata de una forma casi religiosa, e Ibargüengoitia lo convierte en algo chusco, que acaba siendo mucho más verídico". También citó la influencia de Luis Buñuel: "Entendió esta lógica absurda de la realidad mexicana, por el entrenamiento surrealista que tenía, entonces era un embone natural".

Sobre la decisión de presentar la película en Ficunam, Mohar explicó: "Tomé una decisión deliberada de estrenarla ahí y no en otro certamen, porque me parece que es el festival que más en serio se toma al cine, y si te tomas en cine en serio, tampoco tendrías que dejarte llevar por dogmas estilísticos". Reconoció que "el público de Ficunam es duro", pero expresó su entusiasmo por "mostrarla en casa, con el equipo que no lo ha podido ver hasta ahora".

"Sin duda es una comedia, pero un tanto extraña", concluyó Mohar sobre "Una historia de amor y guerra". "Mi interés tiene que ver con la exploración tonal que puede haber en la comedia. Por otro lado, la historia de México está llena de acontecimientos trágicos y absurdos que a menudo son transmitidos en la educación y que se prestan para una sátira. La sátira podrá causar gracia y risa pero también es seria, entonces la comedia es un acercamiento nuevo a temas muy tratados en otros tonos".

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