La colombiana Constanza Hernández habla de su regreso desde México para "El Paseo 8"
- por © Corresponsal (Colombia)-NOTICINE.com
Para Constanza Hernández, formar parte de "El Paseo 8", estrenada la pasada Navidad, supuso un regreso a su país y a las salas colombianas con un matiz diferente. La actriz, que actualmente reside en México, interpreta en la nueva entrega de la franquicia navideña a una figura materna que, según ella, se aleja de los arquetipos tradicionales. "Es una mamá contemporánea", explicó Hernández. Su personaje no se limita al rol de madre, sino que es también una mujer que mantiene viva su relación de pareja, su deseo y su espacio individual. "No está solo maternando. También está viviendo su relación, su deseo, su espacio", señaló.
Esta octava película, titulada "El Paseo: La luna de hiel", presenta un giro en la fórmula de la saga. Según la actriz, la excusa del viaje, que antes era central, pasa a un plano más simbólico. "Aquí el paseo es casi simbólico. Lo importante son las relaciones, los vínculos, los choques culturales y emocionales", comentó a El Espectador. La trama cruza a una familia colombiana con una mexicana y se construye sobre tres historias de amor entrelazadas.
Hernández llegó al proyecto sin un proceso de casting convencional; la producción pensó el personaje directamente para ella y buscó construir desde el inicio la dinámica madre-hija con la actriz Victoria Ortiz. Al leer el guion, a Hernández le llamó la atención el peso que tenía en la historia la relación de pareja adulta. "No es la típica pareja resignada al paso del tiempo. Hay fuego, hay complicidad, hay ganas", afirmó.
A nivel de producción, la actriz destacó que esta entrega marca una diferencia. El rodaje se realizó en locaciones del Caribe colombiano como Buritaca, Palomino y varias zonas de La Guajira, e integró recursos técnicos como tomas con drones e imágenes subacuáticas. "Tiene una factura muy alta. No es una película más; se nota una ambición visual distinta", aseguró.
Este trabajo representa un reencuentro con la industria colombiana para Hernández, quien lleva varios años viviendo en México. Su traslado a ese país, en 2016, tuvo inicialmente un motivo médico: tras siete años en lista de espera para un trasplante de córneas en Colombia, viajó para una consulta que derivó en una cirugía inmediata. "Yo pensaba que me operaban y me devolvía, pero no fue así. Era un proceso muy delicado", recordó. Un primer año de recuperación se convirtió en otro trasplante y un año y medio más, durante los cuales no trabajó y vivió de sus ahorros.
Cuando ya se preparaba para regresar a Colombia, en migración le sugirieron solicitar la residencia en México. Su entonces pareja la animó a quedarse un año más y probar suerte profesionalmente. Ese año se transformó en varios. Hernández comenzó a presentarse a castings, se abrió camino en la publicidad y se enfrentó a un mercado más amplio y competitivo. Estudió inglés, exploró el drama y fue consolidando una carrera internacional. "Cuando me di cuenta, ya llevaba cuatro o cinco años acá. Pasé la pandemia en México y hoy esta es mi base", contó.
Desde su experiencia fuera de Colombia, valora de otra manera el alcance de producciones como "El Paseo". "Son películas que nos mantienen conectados con nuestra cultura, con el humor, con la idiosincrasia. Uno las extraña cuando está lejos", afirmó. También observa cómo en países como México el cine comercial y el independiente se retroalimentan, un modelo que considera clave. "Muchas películas independientes se hacen gracias al respaldo que generan las producciones comerciales. Es un modelo que funciona", explicó. Por eso enfatiza la importancia de apoyar estos proyectos: "Esa boleta que se compra no solo sostiene una película, sostiene toda una industria".
Hoy, Hernández se define como una artista en movimiento, con Colombia como su casa emocional pero con una carrera que la lleva a trabajar en España, Estados Unidos y México. Incluso lejos, mantiene tradiciones colombianas, como celebrar el Día de las Velitas con amigos mexicanos, mezclando músicas y compartiendo comidas. Con "El Paseo 8", regresa a la cartelera encarnando a una madre que, en sus propias palabras, dialoga con su tiempo.
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Esta octava película, titulada "El Paseo: La luna de hiel", presenta un giro en la fórmula de la saga. Según la actriz, la excusa del viaje, que antes era central, pasa a un plano más simbólico. "Aquí el paseo es casi simbólico. Lo importante son las relaciones, los vínculos, los choques culturales y emocionales", comentó a El Espectador. La trama cruza a una familia colombiana con una mexicana y se construye sobre tres historias de amor entrelazadas.
Hernández llegó al proyecto sin un proceso de casting convencional; la producción pensó el personaje directamente para ella y buscó construir desde el inicio la dinámica madre-hija con la actriz Victoria Ortiz. Al leer el guion, a Hernández le llamó la atención el peso que tenía en la historia la relación de pareja adulta. "No es la típica pareja resignada al paso del tiempo. Hay fuego, hay complicidad, hay ganas", afirmó.
A nivel de producción, la actriz destacó que esta entrega marca una diferencia. El rodaje se realizó en locaciones del Caribe colombiano como Buritaca, Palomino y varias zonas de La Guajira, e integró recursos técnicos como tomas con drones e imágenes subacuáticas. "Tiene una factura muy alta. No es una película más; se nota una ambición visual distinta", aseguró.
Este trabajo representa un reencuentro con la industria colombiana para Hernández, quien lleva varios años viviendo en México. Su traslado a ese país, en 2016, tuvo inicialmente un motivo médico: tras siete años en lista de espera para un trasplante de córneas en Colombia, viajó para una consulta que derivó en una cirugía inmediata. "Yo pensaba que me operaban y me devolvía, pero no fue así. Era un proceso muy delicado", recordó. Un primer año de recuperación se convirtió en otro trasplante y un año y medio más, durante los cuales no trabajó y vivió de sus ahorros.
Cuando ya se preparaba para regresar a Colombia, en migración le sugirieron solicitar la residencia en México. Su entonces pareja la animó a quedarse un año más y probar suerte profesionalmente. Ese año se transformó en varios. Hernández comenzó a presentarse a castings, se abrió camino en la publicidad y se enfrentó a un mercado más amplio y competitivo. Estudió inglés, exploró el drama y fue consolidando una carrera internacional. "Cuando me di cuenta, ya llevaba cuatro o cinco años acá. Pasé la pandemia en México y hoy esta es mi base", contó.
Desde su experiencia fuera de Colombia, valora de otra manera el alcance de producciones como "El Paseo". "Son películas que nos mantienen conectados con nuestra cultura, con el humor, con la idiosincrasia. Uno las extraña cuando está lejos", afirmó. También observa cómo en países como México el cine comercial y el independiente se retroalimentan, un modelo que considera clave. "Muchas películas independientes se hacen gracias al respaldo que generan las producciones comerciales. Es un modelo que funciona", explicó. Por eso enfatiza la importancia de apoyar estos proyectos: "Esa boleta que se compra no solo sostiene una película, sostiene toda una industria".
Hoy, Hernández se define como una artista en movimiento, con Colombia como su casa emocional pero con una carrera que la lleva a trabajar en España, Estados Unidos y México. Incluso lejos, mantiene tradiciones colombianas, como celebrar el Día de las Velitas con amigos mexicanos, mezclando músicas y compartiendo comidas. Con "El Paseo 8", regresa a la cartelera encarnando a una madre que, en sus propias palabras, dialoga con su tiempo.
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