Así se rescató la película colombiana "Dos ángeles y medio", tras medio siglo de creerse perdida

por © Sara Vega-NOTICINE.com
"Dos ángeles y medio"
La película colombiana "Dos ángeles y medio", del director ecuatoriano Demetrio Aguilera Malta, fue encontrada de manera casual por Ligia Gónzalez, una coordinadora de la Videoteca de Señal Memoria de RTVC, quien mientras miraba los rollos de otras cintas que estaban restaurando encontró a un niño en una película muy parecido a su amigo Tomás Corredor.
 
Tras mirar los créditos descubrió que el nombre del muchacho era Gustavo Corredor, y aunque no parecía ser su amigo, sí el apellido podría tener relación, tras contactar con Tomás el inmediatamente reconoció a su padre y a la película que su familia había rodado -con producción propia- en 1958.

"Llevaba dos décadas buscándola. Se trata de una joya familiar en la que su abuelo fue productor, su abuela prestó la casa para filmar muchas escenas y su papá realizó su primer papel", cuenta Tatiana Duplat, directora de Señal Memoria, al diario El Tiempo.
 
"Habíamos perdido la esperanza de encontrarla, después de saber que la película fue revelada en los archivos de prensa del palacio presidencial, y en un cambio de gobierno muchos archivos habían quedado en manos de Inravisión, hoy RTVC, pero entre una gran cantidad de latas, unas amontonadas encima de otras, sin ningún tipo de catalogación, jamás llegamos a encontrarla".

La película está hoy en día dividida en 18 rollos y ha sido proyectada en Ecuador, el país de origen de su director, aunque se rodó en Bogotá. Trata de un bebe que se pierde y es rescatado por dos niños que viven en la calle.

Gracias a la descendencia genética de esta familia y el parecido entre padre e hijo fue posible recuperar la película, y revivir aquella experiencia fílmica que vivió su familia en 1958. La recuperación del film ha sido posible gracias a la colaboración de instituciones de Colombia y Ecuador. En la embajada de este último país en Bogotá hubo la pasada semana una proyección especial a la que se invitó al hoy veterano actor Gustavo Corredor, de 69 años. "Se me escaparon las lágrimas, pero no solo a mí, también a mi esposa y a mi hijo Tomás, al ver el enorme parecido físico que había entre el niño de la pantalla y mis nietos. La herencia genética es muy marcada", comentó a El Tiempo.

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