Crítica: "Que baje Dios y lo vea", risa fácil con poca sorpresa

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"Que baje Dios y lo vea"
Por Manuel L. Fuentes    

"Que baje Dios y lo vea" (2018) es la ópera prima del director español Curro Velázquez. En él el cineasta español ha intentado seguir la misma línea cómica existente en las series televisivas para las que ha escrito guiones como "Los hombres de Paco" o "Los Serrano", sin embargo, utilizar recursos específicos de la televisión en muchas ocasiones no son suficientes para tener éxito en la gran pantalla.

La trama trata sobre un variopinto grupo de monjes que deberá competir y ganar el torneo de fútbol "Champion Clerum" para evitar que conviertan su monasterio en un hotel de lujo. El argumento es bueno y, a pesar de tratar temas candentes en España como son el fútbol y la religión, no se introduce en demasía en ninguno de ellos ni realiza ninguna gran crítica sobre los mismos. Sin embargo, el constante requerimiento a la risa fácil a cada segundo es excesivo y más propio de la pequeña pantalla, lo que propiciará que a muchos espectadores fanáticos de la comedia les encante la película y a otros que busquen reírse y sorprenderse queden desilusionados.

En cuanto al elenco, la interpretación de la revelación de "Blancanieves" (2012) y una de las intérpretes de la exitosa y reciente "La llamada" (2017), Macarena García, es brillante a pesar de empezar como un personaje secundario, ya que a medida que va transcurriendo la trama crea una historia paralela a la principal gracias al gran papel que realiza y a la química que recrea con el joven actor Joel Bosqued. Por otro lado, la relación entre los personajes de Karra Elejalde y Alain Hernández, que se encuentran en las antípodas el uno del otro, provoca más de una carcajada, pero, debido a una falta de química entre ambos, las ideas y sentimientos de los protagonistas no llegan al espectador.

Sobre las características más técnicas del film, los planos son demasiado cortos, algo característico de las series televisivas, aunque esa falta en la edición la compensan con las diferentes piezas rodadas en la ciudad italiana de Roma.

En definitiva, "Que baje Dios y lo vea" es una película que te arrancará más de una carcajada, pero no te sorprenderá, lo que propiciará que a unos les geste mucho y a otros les desilusione, lo que situará a los espectadores como a los protagonistas de la cinta: en las antípodas unos de los otros.

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