Juanma Bajo Ulloa habla de su nuevo rodaje, "Baby"
- por © Redacción-NOTICINE.com
El director vasco Juanma Bajo Ulloa, autor de películas bendecidas por el público como "Airbag" y por la crítica como "La madre muerta" o "Alas de mariposa", siempre ha ido por libre. Sin pelos en la lengua, no ha dudado en criticar el sistema de subvenciones, a productores sin escrúpulos y por extensión a la clase política y la monarquía española. Ahora, a los 52 años, vuelve a dirigir el que será su sexto largometraje, "Baby", cuya esencia, afirma, "es la lucha por la vida, que es básicamente femenina porque son las mujeres las que crean la vida".
"Baby" narra la historia de una mujer de clase alta con problemas de drogadicción. Al quedarse embarazada se ve incapaz de cuidar a su bebé y lo venderá a un mafioso. Superada por el remordimiento, intentará recuperarlo.
"La búsqueda -explica Bajo Ulloa en declaraciones a Deia- es la de la emoción. Me veo siempre como un espectador que ha tenido el privilegio de poder narrar. Lo que me ha hecho ser cineasta ha sido lo que otros me han provocado a mí y lo que me han provocado han sido emociones que me han hecho reflexionar. Hay un cine que es de consumo, que está muy bien porque te hace desconectar y te hace pasar un buen rato, pero las películas que de verdad me han marcado, y lo podría extender a otras expresiones artísticas como la música, la arquitectura o la pintura, han sido aquellas que me han conseguido llegar al corazón. En la actualidad, estamos creando un arte muy racional. Lo hacemos con la cabeza y nos apoyamos en herramientas totalmente racionales como son las máquinas, que no tienen sentimientos. Se está creando un arte con una gran perfección formal que funciona, se entiende, está correctamente hecho, pero que no nos alcanza. Cuando acaba, lo olvidamos. Consumir es el fin. Antes era encontrar algo interesante y llevártelo para ti porque te había ayudado como persona. Vemos que la forma es buena pero no nos deja ningún poso. Lo que yo desearía es que con Baby quedara un poso, que la gente sintiera cosas e incluso le moviera a la reflexión, a pensar".
El realizador, guionista y productor alavés asume que su cine en inclasificable por su variedad, pero esta vez ha querido ir a la esencia más depurada. "He ido a la esencia de lo que quería contar. Sí que en mi obra ha habido como una radicalidad en ese sentido, con películas muy íntimas y de autor, y luego largos en el otro extremo, de gamberradas totalmente fuera de control. Películas que parecen para públicos totalmente diferentes, aunque reivindico que el espectador puede ser el mismo porque yo soy del público que ve películas intimistas que me cuentan cosas y me emocionan, y que ve films que me divierten y me hacen desconectar. Cuando voy a contar una cosa íntima, y en este caso más, intento ir a la esencia del cine, a las miradas, a la interpretación, al decorado, a la música... Todos esos elementos consiguen la narración", dice.
También ha querido huir de lo que se considera "normal": "Esta religión de la normalidad y de no salirse del tiesto es mentira. No hay nadie normal. Todos estamos fuera de la norma, en la excepcionalidad. La película, en ese sentido, va a la esencia. Por eso he eliminado las explicaciones que muchas veces damos al espectador porque tememos como narradores que no nos van a comprender. Pero el espectador entiende, es inteligente y siente la información que le estás dando. No he eliminado las risas, los susurros o los gemidos, pero sí he ido tan a la esencia que al final no ha quedado casi nada que decir, todo se narra con los elementos del cine. De hecho, la versión que vamos a ver en Euskadi es una película en la que prácticamente no hay ningún diálogo, salvo alguna excepción. Curiosamente, de hecho, Charo López sale hablando en euskera. Pero mi reto es que en la versión internacional, la que va a ir por el mundo, incluso no haya ningún diálogo".
Respecto del rodaje, buena parte del cual hasta ahora se ha desarrollado en su ciudad, Vitoria-Gasteiz, de noche, Bajo Ulloa detalla: "Las palabras divertido y rodaje son incompatibles. De hecho, en este caso el parto es real. Es más, el primer plano que rodamos fue el parto del bebé de la película. Un plano complicado, la verdad. La película trata de eso, de la creación, que no hay que confundir con la creatividad. La creación es un elemento, en ese sentido, muy femenino y por eso la historia está protagonizada por mujeres. Si fuera un largo sobre una guerra o una batalla, seguramente habría muchos hombres. La experiencia me dice que ver la película convertida en planos no deja de ser una permanente lucha para obtener el sueño que tienes en la cabeza, esa imagen que has acariciado durante mucho tiempo. Estás en un sufrimiento perpetuo porque no ocurre exactamente como lo habías deseado. Pero curiosamente, en este caso se está pareciendo mucho lo que tenía en la cabeza con lo que estamos consiguiendo, hasta el punto de que hay secuencias que son mejores de lo que había soñado. Y eso es básicamente por el equipo que me rodea, que está haciendo magia".
"Baby", protagonizada por Rosie Day ("Blackwood"), Harriet Sansom Harris ("Quiz Show"), Natalia Tena ("Juego de tronos"), Charo López ("Secretos del corazón") y la niña Mafalda Carbonell, estará terminada para estrenarse el año próximo.
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"Baby" narra la historia de una mujer de clase alta con problemas de drogadicción. Al quedarse embarazada se ve incapaz de cuidar a su bebé y lo venderá a un mafioso. Superada por el remordimiento, intentará recuperarlo.
"La búsqueda -explica Bajo Ulloa en declaraciones a Deia- es la de la emoción. Me veo siempre como un espectador que ha tenido el privilegio de poder narrar. Lo que me ha hecho ser cineasta ha sido lo que otros me han provocado a mí y lo que me han provocado han sido emociones que me han hecho reflexionar. Hay un cine que es de consumo, que está muy bien porque te hace desconectar y te hace pasar un buen rato, pero las películas que de verdad me han marcado, y lo podría extender a otras expresiones artísticas como la música, la arquitectura o la pintura, han sido aquellas que me han conseguido llegar al corazón. En la actualidad, estamos creando un arte muy racional. Lo hacemos con la cabeza y nos apoyamos en herramientas totalmente racionales como son las máquinas, que no tienen sentimientos. Se está creando un arte con una gran perfección formal que funciona, se entiende, está correctamente hecho, pero que no nos alcanza. Cuando acaba, lo olvidamos. Consumir es el fin. Antes era encontrar algo interesante y llevártelo para ti porque te había ayudado como persona. Vemos que la forma es buena pero no nos deja ningún poso. Lo que yo desearía es que con Baby quedara un poso, que la gente sintiera cosas e incluso le moviera a la reflexión, a pensar".
El realizador, guionista y productor alavés asume que su cine en inclasificable por su variedad, pero esta vez ha querido ir a la esencia más depurada. "He ido a la esencia de lo que quería contar. Sí que en mi obra ha habido como una radicalidad en ese sentido, con películas muy íntimas y de autor, y luego largos en el otro extremo, de gamberradas totalmente fuera de control. Películas que parecen para públicos totalmente diferentes, aunque reivindico que el espectador puede ser el mismo porque yo soy del público que ve películas intimistas que me cuentan cosas y me emocionan, y que ve films que me divierten y me hacen desconectar. Cuando voy a contar una cosa íntima, y en este caso más, intento ir a la esencia del cine, a las miradas, a la interpretación, al decorado, a la música... Todos esos elementos consiguen la narración", dice.
También ha querido huir de lo que se considera "normal": "Esta religión de la normalidad y de no salirse del tiesto es mentira. No hay nadie normal. Todos estamos fuera de la norma, en la excepcionalidad. La película, en ese sentido, va a la esencia. Por eso he eliminado las explicaciones que muchas veces damos al espectador porque tememos como narradores que no nos van a comprender. Pero el espectador entiende, es inteligente y siente la información que le estás dando. No he eliminado las risas, los susurros o los gemidos, pero sí he ido tan a la esencia que al final no ha quedado casi nada que decir, todo se narra con los elementos del cine. De hecho, la versión que vamos a ver en Euskadi es una película en la que prácticamente no hay ningún diálogo, salvo alguna excepción. Curiosamente, de hecho, Charo López sale hablando en euskera. Pero mi reto es que en la versión internacional, la que va a ir por el mundo, incluso no haya ningún diálogo".
Respecto del rodaje, buena parte del cual hasta ahora se ha desarrollado en su ciudad, Vitoria-Gasteiz, de noche, Bajo Ulloa detalla: "Las palabras divertido y rodaje son incompatibles. De hecho, en este caso el parto es real. Es más, el primer plano que rodamos fue el parto del bebé de la película. Un plano complicado, la verdad. La película trata de eso, de la creación, que no hay que confundir con la creatividad. La creación es un elemento, en ese sentido, muy femenino y por eso la historia está protagonizada por mujeres. Si fuera un largo sobre una guerra o una batalla, seguramente habría muchos hombres. La experiencia me dice que ver la película convertida en planos no deja de ser una permanente lucha para obtener el sueño que tienes en la cabeza, esa imagen que has acariciado durante mucho tiempo. Estás en un sufrimiento perpetuo porque no ocurre exactamente como lo habías deseado. Pero curiosamente, en este caso se está pareciendo mucho lo que tenía en la cabeza con lo que estamos consiguiendo, hasta el punto de que hay secuencias que son mejores de lo que había soñado. Y eso es básicamente por el equipo que me rodea, que está haciendo magia".
"Baby", protagonizada por Rosie Day ("Blackwood"), Harriet Sansom Harris ("Quiz Show"), Natalia Tena ("Juego de tronos"), Charo López ("Secretos del corazón") y la niña Mafalda Carbonell, estará terminada para estrenarse el año próximo.
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