Talentos iberoamericanos coincidieron en "El silencio tiene rostro de mujer", del ecuatoriano Jarsom Wayans
- por © Alba Amestoy-NOTICINE.com
El cineasta ecuatoriano Jarsom Wayans congrega a un equipo internacional en su opera prima, "El silencio tiene rostro de mujer". El cineasta retrata la violencia de género en un film, rodado en Brasil y con elenco originario de dicho país, pero un equipo técnico de 350 personas de Brasil, Portugal, España y Uruguay. Se espera su participación en festivales a finales de este año.
La película de Wayans narra la historia de Claudia Nascimento, una mujer afrodescendiente y de clase media que huye de su pareja después de ser víctima de violencia e intento de femicidio. Esas vivencias serán el contenido de un libro que escribe desde el anonimato y que la conectarán con Lázaro Samaniego, otro sobreviviente de abusos similares.
"El silencio tiene rostro de mujer" cuenta con un elenco conformado por Luzia Rosa, quien encarna a Claudia Nascimento, Sergio Mur, dando vida a Lázaro Samaniego, Sacha Bali, Elisa Lucinda, Paula Moura, Natalia Oreiro, Lizette Nedreiros y Pedro Caetano.
Wayans, de 33 años, explicó que "El silencio tiene rostro de mujer" nace de una carta que su madre le dejó. "Mi mamá me vino a visitar en una época antes de la pandemia, y yo estaba montando un musical de teatro y no había tenido el tiempo y el coraje de leer la carta, que era para escribir un libro sobre la vida de mi mamá. Ella ahí habla sobre la violencia. Me dediqué a leer la carta en medio de la pandemia y, entre llorar y todo lo que sucedía, me dediqué a escribir junto con un amigo para hacer un cortometraje. Durante ese proceso, tomamos caminos diferentes, y yo continué con el proyecto, que se convirtió en un largometraje", declaró a El Universo.
Su relación con la temática se intensificó al colaborar con la organización Amago, que provee botones de pánico a mujeres que sufren intento de feminicidio o violencia. Después de involucrarse con esta entidad, el ecuatoriano descubrió la necesidad de no solo contar la historia de su mamá y hermana, sino de todas las mujeres que había conocido en dicha fundación.
"En el proceso, gané un fondo brasilero para comenzar el desenvolvimiento de la película, lo cual me permitió comenzar el rodaje del teaser de la película y poder llegar a más ventanas y acceso a más dinero para poder producir la película. Logré ir a varios festivales internacionales, entre esos, uno en Argentina, el año pasado, que me permitió cerrar coproducciones internacionales: cuenta con coproducción uruguaya y portuguesa", agregó el ecuatoriano, quien filmó en tres países, Brasil, Montevideo y España.
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La película de Wayans narra la historia de Claudia Nascimento, una mujer afrodescendiente y de clase media que huye de su pareja después de ser víctima de violencia e intento de femicidio. Esas vivencias serán el contenido de un libro que escribe desde el anonimato y que la conectarán con Lázaro Samaniego, otro sobreviviente de abusos similares.
"El silencio tiene rostro de mujer" cuenta con un elenco conformado por Luzia Rosa, quien encarna a Claudia Nascimento, Sergio Mur, dando vida a Lázaro Samaniego, Sacha Bali, Elisa Lucinda, Paula Moura, Natalia Oreiro, Lizette Nedreiros y Pedro Caetano.
Wayans, de 33 años, explicó que "El silencio tiene rostro de mujer" nace de una carta que su madre le dejó. "Mi mamá me vino a visitar en una época antes de la pandemia, y yo estaba montando un musical de teatro y no había tenido el tiempo y el coraje de leer la carta, que era para escribir un libro sobre la vida de mi mamá. Ella ahí habla sobre la violencia. Me dediqué a leer la carta en medio de la pandemia y, entre llorar y todo lo que sucedía, me dediqué a escribir junto con un amigo para hacer un cortometraje. Durante ese proceso, tomamos caminos diferentes, y yo continué con el proyecto, que se convirtió en un largometraje", declaró a El Universo.
Su relación con la temática se intensificó al colaborar con la organización Amago, que provee botones de pánico a mujeres que sufren intento de feminicidio o violencia. Después de involucrarse con esta entidad, el ecuatoriano descubrió la necesidad de no solo contar la historia de su mamá y hermana, sino de todas las mujeres que había conocido en dicha fundación.
"En el proceso, gané un fondo brasilero para comenzar el desenvolvimiento de la película, lo cual me permitió comenzar el rodaje del teaser de la película y poder llegar a más ventanas y acceso a más dinero para poder producir la película. Logré ir a varios festivales internacionales, entre esos, uno en Argentina, el año pasado, que me permitió cerrar coproducciones internacionales: cuenta con coproducción uruguaya y portuguesa", agregó el ecuatoriano, quien filmó en tres países, Brasil, Montevideo y España.
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