Entrevista con Elena Fortes, directora de Ambulante: "Gael y Diego Luna son de los pocos en la industria que nadan contracorriente"

por © Gabriela Lendo-NOTICINE.com
Elena Fortes
Elena Fortes
Laberintos conformados por hileras interminables de lonas multicolores: guaridas informales para una amplia gama de comercios: comida, ropa, juguetes, discos. El "ambulantaje" en Ciudad de México –una aglomeración de top manta más institucionalizada– se ha convertido ya en sello distintivo de la ciudad. Tanto así que, uno de los últimos festivales de México se ha apropiado de su nombre y de su carácter itinerante. En México, Ambulante Gira de Documentales -una iniciativa de Diego Luna y Gael García Bernal- recorre de febrero a abril dieciséis ciudades del país, y ahora cruza fronteras para detenerse en Madrid.

Nació Ambulante en 2005 y, de acuerdo a Elena Fortes, directora del festival, con un propósito: “abrir espacios de exhibición para el cine documental en México y llevar el género a públicos que de otra manera no tendrían acceso a él”.  Ahora, y por segundo año consecutivo, la división internacional del festival busca llevar el documental mexicano al extranjero con el objetivo de abrir espacios de exhibición en otros países. Este año visitará seis; entre ellos España por primera vez, del 8 al 11 de octubre en Casa de América dentro del marco del Festival VivAmérica.

“La gira internacional comenzó en Cuba. Después pasó por Tanzania. En septiembre estuvo en Argentina y ahora va a Madrid. Y de allí, vamos a Japón y a Estados Unidos. Actualmente estamos negociando para ver si se realiza el festival completo en Grecia”, afirma Fortes en declaraciones a NOTICINE.com.

Sin duda alguna, gran parte del interés que Ambulante ha generado entre el público y los medios se debe a que dos de sus fundadores son –junto con el trío conformado por los cineastas Cuarón, González Iñárritu y Del Toro– los principales representantes del cine mexicano en el extranjero: Gael García Bernal y Diego Luna. Los actores se asociaron con el productor mexicano Pablo Cruz, fundaron la productora Canana y crearon Ambulante.

Si la fama y el glamour con el que los actores envuelven al festival son su mayor atractivo, también son su peor lastre: a Ambulante le cuesta trabajo conseguir financiamiento público y algunos medios condicionan su cobertura a cambio de entrevistas con las dos luminarias. Pero en realidad, Ambulante se sustenta en mucho más que la celebridad de Luna y Bernal. No es exagerado decir que los “ambulantes” –como ellos mismos se denominan– son de los pocos en la industria del cine mexicano que se atreven a nadar contracorriente.

Primero, buscan descentralizar la oferta cultural  que se concentra, aún hoy, principalmente en la ciudad de México; apuestan por un público de provincias sediento de una mayor diversidad en la oferta cultural. En palabras de Fortes, “parte de la idea de Ambulante es llevar el cine documental a sus protagonistas” porque  “desafortunadamente muchas veces no llega a la gente que tiene que ver directamente con él”.  El género documental, continúa, “es un canal de expresión importante al que hay que darle más ventanas de salida. No porque denuncie algo pero porque es una expresión cultural. Es importante llevar el cine a otros públicos, a democratizar su acceso”.  

Segundo, intentan diversificar las ventanas de exhibición que utilizan tradicionalmente los festivales. “Iniciamos exhibiendo en cines, y a lo largo de los últimos años hemos abierto la ruta a más de sesenta sedes paralelas entre museos, universidades, centros culturales, plazas al aire libre, reclusorios e incluso, gasolineras”.

Por último, apuestan por un género cinematográfico difícil, que genera poco interés y tiene poca difusión; aún hoy, muchas veces se considera  que el documental es inferior al cine de ficción. Fortes lo atribuye a que “en parte, en México no existe un mercado para el cine documental; no se distribuye, no se exhibe. Está asociado a algo aburrido, didáctico; no se considera parte del cine”.

No obstante, la directora del festival confía en la importancia del género y en su capacidad para influenciar las condiciones sociales y políticas de un país: “creo que lo demuestra nuestra alianza con Witness [organización creada por el músico Peter Gabriel] que se dedica a distribuir equipo y capacitar organizaciones de derechos humanos para que usen el vídeo como una herramienta de cambio y de denuncia. Y han logrado cambios reales pues no sólo se difunden los videos en festivales sino entre gobiernos y líderes de opinión, incluso, se utilizan como evidencia en juicios”.

Si en los últimos años se ha visto un auge del documental, Fortes lo adjudica principalmente a que, “por un lado, existe la posibilidad de tener un mayor acceso a herramientas que pueden documentar o grabar imágenes que cuentan una historia. Y, por otro, al debate que se ha generado en torno a la construcción de la realidad a través de la imagen; por ejemplo, la manipulación de imágenes en medios informativos. En ese sentido el documental nos ayuda a cultivar una visión más crítica en torno a lo que vemos, a lo que consideramos real, a cómo se construye la realidad, a cómo la concebimos y percibimos”.

¿Qué relación existe entre el deseo de Ambulante de innovar el escenario cinematográfico nacional y el hecho de que apenas alguno de los integrantes del equipo supere la treintena y que ninguno haya tenido una formación cinematográfica tradicional? Aunque son precisamente estos dos aspectos los más comúnmente mencionados entre sus críticos, la responsabilidad de sacar adelante un festival que con cada edición crece más, deja a los “ambulantes” con poco tiempo para elucubrar sobre este tipo de cuestiones. Este año el equipo explora la posibilidad junto con la productora Canana, de fungir como distribuidor dentro de territorio mexicano de algunos títulos internacionales que se presentan durante el festival.

Importantes cambios se avecinan en el futuro de la industria de exhibición y distribución cinematográfica. ¿De qué  manera se verán afectados los festivales de cine? Para Elena Fortes está claro, “el aspecto más importante es que, más allá de la exhibición de trabajos, los festivales son una reunión física entre personas. Son un punto de encuentro humano. Y eso, no cambiará”.