Hablamos con Gael García Bernal sobre "Chicuarotes" y la empatía y la familia como antídotos de la violencia

por © Daniela Creamer (Cannes)-NOTICINE.com
Doce años han tenido que pasar para que el hiperactivo actor y productor mexicano Gael García Bernal haya encontrado el tiempo y la inspiración para volver a sentarse en la silla de realizador y ahora presente en Cannes, fuera de concurso, "Chicuarotes". Sin embargo, el tapatío ha mejorado su técnica de realización gracias a capítulos de series como "Mozart in the Jungle" y "Aquí en la Tierra", además de varios cortos y películas colectivas. Si la temática de su opera prima, "Déficit" tenía que ver con la juventud "fresa", ahora, manteniendo en buena medida la edad de sus personajes, desciende en la escala social hasta el lumpen callejero, con "Chicuarotes".

- ¿Qué tal Cannes para venir en calidad de director con su segundo film?
Bien. Muy contento, muy prendido y alborotado. Puedo presumir de sentirme muy feliz de estar aquí y presentar la película, e incluso me atrevo a decidir que estoy muy contento de no haberme sentido nervioso. Normalmente como actor me pongo muy inquieto si no he visto la película entera y no la entiendo completamente antes del festival; no la he digerido. Me da nervios pensar en la reacción de la gente y de ver el resultado de escenas que no entendí bien a la hora de hacerlas. Sin embargo, cuando eres director, entiendes el proceso, entiendes lo que fue, y ya está. Ya está todo hecho. Solo vas a pasarla bien y a sentirte contento y orgulloso de que se logro todo esto junto a mis colaboradores. Estaba feliz de saber que también ellos iban a ver la película por primera vez.

- A propósito, ¿como explicaría el término "chicuarotes" a los hispanohablantes no mexicanos?
Tiene que ver con el gentilicio que le dan al pueblo de San Gregorio Atlapulco, que está al sur de la ciudad de México. Es una palabra fantástica para no ser conocida; la verdad es que es muy musical y resuena muy bien. Pero específicamente se refiere a la gente de esta zona. Viene de un chile que crece en la zona, llamado "chile Chicuarote" y que es muy fuerte, muy resiliente, muy testarudo de alguna manera, y pues creo que es el carácter de la la gente de allí: Hermética y picosa.

- En el tráiler se cuestiona al publico: "¿Hasta dónde llegarías tú para cambiar tu vida?". Pero ¿con qué intenciones desafía los límites a nivel de valores de una persona en cara a una situación extrema como las de la pelicula? Y, ¿hasta dónde llegaría usted mismo para cambiar su vida?
La verdad, como yo veo la película en esos términos, bajo el principio de cambiar la vida, como el "Cagalera" (el protagonista) hace, se vincula a una búsqueda que hicimos para la película: el origen de la violencia. Esta proviene, en gran parte y más allá de lo que tiene que ver con las instituciones, lo que el gobierno haga o lo que la estructura social haga, si no existe dentro de las familias un entorno amoroso (y por familia me refiero a ella en todos los sentidos: monoparentales, etcétera), en ese crecimiento, es muy probable que salga gente de ese núcleo de una visión de futura muy corta, con una narrativa del futuro muy agotada. Eso genera como consecuencia la violencia, el hecho de que el personaje pueda pensar: "¡Claro!, Si secuestramos al niño entonces nos vamos a poder ir de aquí". Pues en este caso, la narrativa de futuro es "sal de donde estás"; Y ¿cuál es el boleto para salir? El dinero; y ¿qué es lo que te provee ese dinero más rápido? El crimen. Esto es, pues, un problema global; es una situación humana universal, y nosotros claramente queremos cambiar esa narrativa. No hay nada más desesperanzador que ver a un joven con un futuro reducido. En cambio, aquel que tiene un futuro de responsabilidad y de apertura, mucho más desarrollado y profundo, como es el caso de "Sughelli" (la protagonista femenina). Ella es una chica que guarda un misterio y una explicación: es la esperanza de la película. La segunda parte de Chicuarote debería desarrollarse en torno a su vida, y aunque sería complicado hacer la película, sí me gustaría (sonríe).

- Los actores describieron la película como "una ventana sobre las decisiones que podrías tomar en la vida" ¿Qué piensa al respecto?
Definitivamente creo que hay algo de eso. Las decisiones impulsivas del "Cagalera", con su visión tan "cortoplacista" de vida, son las peores decisiones que pueda tomar. En este caso es muy fuerte porque él es nuestro héroe y nos está traicionando. Eso me provoco explorar también: quería hacer una película juvenil, una aventura que tratara el tema de la pérdida de la inocencia de manera innovadora. Quería hacer algo muy distinto, aventurándome en esos terrenos que siempre son peligrosos, ya que siempre puede salir mal ¿no? Pero puede no funcionar.

- ¿No fue complicado trabajar en un territorio tan hostil como lo vemos retratado en la película?
No, de hecho, parte de lo que tuvimos que lograr fue "hacernos al sitio", volcarnos en San Gregorio y hacernos de su gente, nos tuvimos que incorporar al terreno. Pero no es para nada hostil, el pueblo es hermoso. Esta es una fábula. La gente es divina y siempre nos ayudó mucho. Cientos de personas trabajaron en la película y, de hecho, muchos jóvenes se dedican ahora al cine. Resultó una experiencia muy productiva para todos.

- Como dice, este proyecto fue una exploración del origen de la violencia y sobre las decisiones que tomamos en la vida, ya sean malas encarnadas en nuestros personajes principales, o la esperanza de estos, encarnadas en "Sughelli". A raíz de esto, ¿qué recogió de la película?
Un montón de cosas, la verdad. En parte, para esa pregunta tan abierta no hay una respuesta clara y precisa. De todas maneras, en la película navegamos con ese detonante que puede responder a la pregunta de alguna manera: la falta de amor genera una falta de narrativa o perspectiva de futuro. Hay mucha gente que escapa a esto; incluso te puedo afirmar que la gran mayoría puede sobrevivir a eso, pero hay muchos que no. El futuro sicario nace de ese entorno, de un lugar donde no puede generar una empatía. Esta empatía sale a partir de la misma narrativa, nace del cuento, nace de la música del hogar. En realidad, se ejerce, pues ya todos la tenemos. Parte del aprendizaje que tuve de esta búsqueda interesante es que me ha intrigado mucho la falta de armonía que sentimos los seres humanos para vivir entre el agua y la tierra. Quería investigar esa parte ambigua al decir: "Esto podría ser el paraíso y no lo es. O sea, ¿cuándo lograremos encontrar una solución transversal? Porque creo que la falta de amor proviene también de una falta de conexión con el entorno, con el medio ambiente, con el lugar dónde uno vive. Creo que una de las salidas es el medio ambiente mismo. Si uno se adentra en esta temática, creo que muchos de los problemas sociales se arreglaran naturalmente. Es un tema transversal.

- ¿Y qué opina sobre el hecho de que en estos pueblos míseros la gente tome la justicia en sus propias manos y lleve a cabo hechos atroces colectivos, como los linchamientos y ejecuciones en público?
Defiendo mucho a este específico pueblo porque San Gregorio es hermoso y no es así. Esto es una fábula ¿no? Pero es verdad que los linchamientos son algo que sucede como consecuencia de una falta de ley, de una gran impunidad, y ¿qué pasa cuando vemos la justicia por mano propia? En ese momento, vemos la derrota más grande de la sociedad. Es terrible cuando eso se da. En ese momento se acaba la organización, la institución, el respeto; se acabaron un montón de cosas que nos brindan bienestar. Se acabó el derecho a defenderse legalmente. Es una situación aterradora, realmente. Y sí, esto es una parte fundamental de la película e incluso lo asemeja a un "western". Es uno de los achaques que tenemos del siglo XX en Estados Unidos, donde existe la tendencia de hacer justicia por mano propia de alguna manera. De verdad es escalofriante. Me parece terrible cuando tomo conciencia de eso, cuando comenzamos a llevar a cabo esas acciones, de esa forma. Es doloroso porque es el fin de todo, de toda argumentación y de todo respeto ante cualquier cosa. Era precisamente un tema que nos interesaba bastante. El hecho de que el vigilante sea la persona más temida significa que está todo mal. Ahí, le hago mención a los policías en Estados Unidos, que tanto miedo dan (Risas).


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