Entrevista en Málaga con Carlos Cuarón: "Lo que quería con 'Amalgama' era reflejar la vida"

por © Carolina G. Guerrero (Málaga) / L.Labrador-NOTICINE.com
Carlos Cuarón (T. Ayerdi)
Carlos Cuarón (T. Ayerdi)
El director mexicano Carlos Cuarón, conocido por películas "Rudo y Cursi" (2008) y "Besos de azúcar" (2013), ha pasado por el Festival de Málaga para presentar "Amalgama". Este largometraje, protagonizado por sus compatriotas Miguel Rodarte ("Macho") y Tony Dalton ("Better Call Saul"), el colombiano Manolo Cardona ("Narcos") y la peruana Stephanie Cayo ("Club de Cuervos"), cuenta la historia de cuatro odontólogos que pasan juntos un fin de semana en un congreso, en un enclave turístico caribeño. NOTICINE.com habló en exclusiva con él.

- La historia surgió en el Festival de Cartagena...
Sí, estuve en el Festival de Cartagena hace como diez años. Ahí tuve el gusto de conocer a Manolo Cardona y él me invitó a pasar el día en las Islas del Rosario, este paraíso a 45 minutos mar adentro. Lo estaba pasando tan bien ahí y con los amigos que conocí en ese lugar paradisíaco que pensé: "Algo tengo que hacer aquí". Obviamente acabé no filmando allá porque es técnicamente difícil, por la condición en la que están las islas. Pero cuando regresamos esa tarde a Cartagena ya tenía el concepto claro. Quería hacer una historia de tres hombres y una mujer encerrados en una pequeña isla paradisíaca frotando sus egos y tratando de resolver sus conflictos. A partir de ahí fue encontrar la historia, porque una cosa es un concepto y otra es la historia. Fue escribir y reescribir mucho junto con Luis Usabiaga, el coescritor.

- ¿Le interesan mucho las relaciones sociales, las terapias..?
Las relaciones son humanas, y como parte de ellas hacemos terapia. Y más cuando estamos en grupo y aún más cuando las personas del grupo que más o menos se conocen. Es esto lo que sucede en esta película, se vuelve un poco una terapia para los cuatro personajes, donde los terapeutas son los otros tres. Me interesa eso porque me interesa el absurdo de la condición humana. Lo que me impulsa para hacer lo que hago es la construcción y el desarrollo de los personajes. Para ello tienes que hacer personajes sólidos, dimensionados, con contraste, distintos los unos a los otros.

- ¿Piensa que ha dejado el final demasiado abierto o cosas inconclusas?
Hay algunos temas que no diría que están abiertos sino que no se exploran profundamente porque no puedes. El tema principal es el dolor, que es el que más exploro y a partir de ello viene los demás, girando alrededor y como consecuencia de ello. En términos de la trama, hay un final abierto por un lado, de los cuatro personajes juntos, pero por el otro, cada uno de los personajes cierra su historia. En todo caso, el papel de Hugo, que es el de Miguel Rodarte, es un personaje trágico en el sentido de que no aprende o de que no trasciende su conflicto en la peli, aunque no sabemos si al día siguiente sí lo va a trascender. Y así lo trabajé con Miguel y con los demás. Pero sí se cierran las historias. Hay un final que puedes llamar abierto o no, depende de como lo entiendas. Para mí es una metáfora de que todos, y especialmente estos cuatro, estamos a la deriva.

- ¿El hecho de que no terminen de resolverse todos los conflictos no hace que esté descompensado?
Tres de los personajes sí resuelven. El único que no resuelve es el de Miguel y esto fue a propósito. No nos damos cuenta, o como decimos en mexicano: "No te cae el 20". Cada quién tiene su momento y su proceso. Me parecía demasiado que todos entraran en entendimiento y preferí que no fuera así. En el caso del personaje de Elena, el papel de Stephanie Cayo, se cierra una parte de su historia pero sí hay otra que queda abierta. Pero porque así es la vida. Yo lo que quería era reflejar la vida. En los dramas sí se resuelven las historias, en la vida no.

- ¿Ha sido complicado el rodaje en estas localizaciones?
Complicado sí, difícil no se. Ha sido un placer, son lugares hermosos y también complicados, entre otras cosas, por la temperatura. Trabajamos con mucho calor. Irónicamente, en México, en Sian Ka'an, como filmamos hacia el invierno, entró el frío, que es común en la zona. En República Dominicana sí hace mucho más calor. Tienes que estar hidratándote constantemente. Aunque, al final del día, con todas las complicaciones, ha sido un placer filmar esta película en estos lugares paradisíacos. Prefiero filmar ahí que en un basurero.

- ¿Qué supone estar en el Festival de Málaga?
Es un gran reconocimiento. Como el Festival de Málaga es la catapulta internacional de la película, que trascendiera junto con el premio sería muy bonito. Pero los que hacemos cine lo hacemos porque nos gusta, no porque nos premien. El premio es un accidente que te ocurre y que agradeces.

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