Carmen Maura: "Ser actriz me ha salvado de la depresión o la locura"
- por © J.A. (Valladolid)-NOTICINE.com
En la clausura este sábado de la 53 Semana Internacional de Cine de Valladolid, la Actriz española Carmen Maura ha recibido la Espiga de Honor por toda su trayectoria, que le hizo ser "chica Almodóvar" y años después convertirse en estrella internacional. Esta profesión que -según ha dicho en la capital castellana- le ha salvado "de volverme loca y de la depresión".
Maura, en una muy relajada y amable charla con la prensa, ha hablado de sus películas, directores y preferencias. La protagonista de famosas cintas de Almodóvar como "Mujeres al borde de un ataque de nervios", "¿Qué he hecho yo para merecer esto?" o "Volver" asegura que no tiene la menor desconfianza por rodar con directores noveles, como el veinteañero venezolano Ignacio Castillo, con quien trabajó en la recién estrenada "La virgen negra".
"Nunca siento -dice- como un riesgo trabajar con un desconocido. Si lo que haces queda mal puedes estar tranquila porque nadie lo verá, mientras que si ese mismo trabajo no tan bueno lo firma un realizador reconocido seguro que todo el mundo lo acaba viendo y te lo recuerdan de por vida".
A los 63 años y ya abuela, Carmen Maura cree que el cine sólo le ha dado cosas buenas, y que lo único malo que se le ocurre es tener que viajar demasiadas horas. "Nunca pensé en convertirme en actriz de cine. Todo llegó de forma espontánea y me encantó. Cuando empecé yo tenía una vida personal tan problemática que el trabajo era una liberación, y todo lo que implica un rodaje me fascinaba. Para mi, el cine ha sido un amante que nunca me ha decepcionado, y ha evitado que me volviera loca o cayera en la depresión".
"Soy consciente -añade- que no todo lo que he hecho ha sido bueno, pero la vida es así. Yo no tengo ningún miedo a meter la pata. Unas veces estás muy bien y otras no tanto, como todo el mundo".
A la hora de dar consejos, la palabra recurrente para la actriz madrileña es "relax", y eso es lo que recomienda a cualquiera que empiece: "No hay que tomarse en serio ni dejarse llevar por un momento de fama, que puede ser efímero. Es la nuestra una profesión llena de altibajos. Los actores vivimos en un trajín continuo y es importante no dejarte llevar, intentar ser una persona equilibrada que se conoce y se quiere a sí misma".
"En España hay mucha gente nueva con mucho talento. Creo que estamos especialmente dotados por nuestra forma de ser. Lo que si considero diferente en este momento respecto de cuando yo empezaba es que parece que ahora lo de ser famoso es una obsesión, y eso es un poco peligroso, porque esta profesión es muy cambiante", agrega.
Maura tiene palabras de elogio para su experiencia venezolana, en la que coincidió con la mexicana Angélica Aragón, a la que dijo admirar mucho, y sólo lamenta que Venezuela o México "estén tan lejos".
La reciente experiencia con Coppola en "Tetro" no representó un nerviosismo especial. "A mi casi nadie me impone. Es cierto que al principio cuando me dijeron que me iba a llamar a mi casa Coppola me puse un poco nerviosa, pero en el rodaje estaba muy relajada. Es un señor muy amable, aunque el rodaje en sí fue un tanto caótico, y en Argentina hubo problemas con los actores de allí. No soy nada mitómana. Hay veces que he trabajado con directores un tanto desequilibrados o difíciles de llevar como Amos Gitai o Alejandro Agresti. En el caso del primero ("Free Zone") fue todo un despropósito y también Natalie Portman lo pasó muy mal porque la veía llorando a diario, pero con Agresti aunque él trataba mal a todo el mundo menos a mí, cuando ví la película ("Valentín") me descubrí por el gran trabajo que había hecho".
En este momento, la internacional actriz española está muy ilusionada por trabajar en Francia bajo las órdenes de Yasmina Reza, la dramaturga que por primera vez debuta como realizadora de cine, y dice que le gustaría volver al teatro, donde empezó con 25 años, "pero con algo colectivo, que me divierta y divierta a la gente, pero a cualquiera, no sólo a los intelectuales, que no sea difícil de entender".
Maura, en una muy relajada y amable charla con la prensa, ha hablado de sus películas, directores y preferencias. La protagonista de famosas cintas de Almodóvar como "Mujeres al borde de un ataque de nervios", "¿Qué he hecho yo para merecer esto?" o "Volver" asegura que no tiene la menor desconfianza por rodar con directores noveles, como el veinteañero venezolano Ignacio Castillo, con quien trabajó en la recién estrenada "La virgen negra".
"Nunca siento -dice- como un riesgo trabajar con un desconocido. Si lo que haces queda mal puedes estar tranquila porque nadie lo verá, mientras que si ese mismo trabajo no tan bueno lo firma un realizador reconocido seguro que todo el mundo lo acaba viendo y te lo recuerdan de por vida".
A los 63 años y ya abuela, Carmen Maura cree que el cine sólo le ha dado cosas buenas, y que lo único malo que se le ocurre es tener que viajar demasiadas horas. "Nunca pensé en convertirme en actriz de cine. Todo llegó de forma espontánea y me encantó. Cuando empecé yo tenía una vida personal tan problemática que el trabajo era una liberación, y todo lo que implica un rodaje me fascinaba. Para mi, el cine ha sido un amante que nunca me ha decepcionado, y ha evitado que me volviera loca o cayera en la depresión".
"Soy consciente -añade- que no todo lo que he hecho ha sido bueno, pero la vida es así. Yo no tengo ningún miedo a meter la pata. Unas veces estás muy bien y otras no tanto, como todo el mundo".
A la hora de dar consejos, la palabra recurrente para la actriz madrileña es "relax", y eso es lo que recomienda a cualquiera que empiece: "No hay que tomarse en serio ni dejarse llevar por un momento de fama, que puede ser efímero. Es la nuestra una profesión llena de altibajos. Los actores vivimos en un trajín continuo y es importante no dejarte llevar, intentar ser una persona equilibrada que se conoce y se quiere a sí misma".
"En España hay mucha gente nueva con mucho talento. Creo que estamos especialmente dotados por nuestra forma de ser. Lo que si considero diferente en este momento respecto de cuando yo empezaba es que parece que ahora lo de ser famoso es una obsesión, y eso es un poco peligroso, porque esta profesión es muy cambiante", agrega.
Maura tiene palabras de elogio para su experiencia venezolana, en la que coincidió con la mexicana Angélica Aragón, a la que dijo admirar mucho, y sólo lamenta que Venezuela o México "estén tan lejos".
La reciente experiencia con Coppola en "Tetro" no representó un nerviosismo especial. "A mi casi nadie me impone. Es cierto que al principio cuando me dijeron que me iba a llamar a mi casa Coppola me puse un poco nerviosa, pero en el rodaje estaba muy relajada. Es un señor muy amable, aunque el rodaje en sí fue un tanto caótico, y en Argentina hubo problemas con los actores de allí. No soy nada mitómana. Hay veces que he trabajado con directores un tanto desequilibrados o difíciles de llevar como Amos Gitai o Alejandro Agresti. En el caso del primero ("Free Zone") fue todo un despropósito y también Natalie Portman lo pasó muy mal porque la veía llorando a diario, pero con Agresti aunque él trataba mal a todo el mundo menos a mí, cuando ví la película ("Valentín") me descubrí por el gran trabajo que había hecho".
En este momento, la internacional actriz española está muy ilusionada por trabajar en Francia bajo las órdenes de Yasmina Reza, la dramaturga que por primera vez debuta como realizadora de cine, y dice que le gustaría volver al teatro, donde empezó con 25 años, "pero con algo colectivo, que me divierta y divierta a la gente, pero a cualquiera, no sólo a los intelectuales, que no sea difícil de entender".