Haneke y el francés Giannoli cuajan una gran jornada en Cannes
- por © E.E. (Cannes)-NOTICINE.com
Dos films de producción o coproducción francesa, "Das weisse band" (El lazo blanco), de Michael Haneke, y "A l'origine" (En el origen), de Xavier Giannoli, han devuelto el cine de autor más puro a la pantalla del Palais des Festivals de Cannes para consagrarse, entre aplausos, como integrantes del pelotón de favoritos a estar en el palmarés, junto a los previos films de Audiard, Almodóvar, Campion o Resnais. El primero un drama profundo y reflexivo sobre el cruel peso de la estricta educación tradicional, y el segundo una comedia costumbrista, ambos de largo metraje (junto a la violencia una de las constantes en la selección de este año), captaron sin embargo la admiración y el interés de la audiencia.
El austríaco Michael Haneke regresa con "Das weisse band", basada en un guión que ha trabajado durante cerca de una década, a su cultura de origen, la germánica, tras una fructífera estancia laboral en Francia. En el opresivo ambiente de una pequeña comunidad rural protestante, de estricta moral e hipocresía lacerante, una serie de intrigas afectan al grupo de niños y adolescentes de una coral, dirigida por el profesor de la escuela.
La acción se desarrolla en vísperas de la primera Guerra Mundial, cuando extraños sucesos sacuden al pueblo, como el accidente provocado del médico, derribado de su caballo por un cable, y la desaparición del hijo del barón que controla de manera semifeudal la localidad, quien luego aparece atado y malherido.
En un espléndido blanco y negro y casi dos horas y media de duración, Haneke dibuja sin aburrir una sociedad represiva, especialmente hacia mujeres y niños, que en cierta manera prepara la llegada del futuro fascismo. El veterano cineasta europeo, quien estudió en profundidad la llamada "pedagogía negra", basada en el autoritarismo, la humillación, la disciplina férrea y el castigo físico, que era la que dominó las teorías educativas desde el siglo XIX hasta bien entrado el XX, afirma que ésta es la base "de cualquier tipo de terrorismo, político o religioso".
Para los amantes de las quinielas, anoten que el jurado de este año está presidido por Isabelle Huppert, protagonista y premio de interpretación femenina por "La pianista" hace ocho años en este mismo certamen, una película dirigida por... Michael Haneke. En cualquier caso, si el austríaco vuelve a ser premiado en esta su quinta comparecencia a concurso no será para nada por favoritismo, sino en justicia, dada la envergadura artística y la profundidad dramática de "El lazo blanco".
En un registro más ligero, pero igualmente intenso y atractivo, el francés Giannoli se basó en un hecho real, una estafa convertida en autopista, para encerrar -de nuevo en dos horas y media- miserias y grandezas del ser humano en tono de humor. Una pequeña reseña de pocas lineas en un diario despertó la curiosidad del realizador-guionista, quien se enamoró de la historia de un delincuente de poco monta, que decide primero estafar a un pueblo deprimido con la idea de construir una obra pública que dará trabajo e ingresos a la comunidad, y acaba haciéndola.
"Ahora se habla mucho de los empresarios que se convierten en estafadores, mientras que mi película es sobre un estafador que termina siendo empresario", ha dicho Giannoli, quien se entrevistó con el juez del caso, el propio real protagonista y consultó numerosa documentación antes de escribir el libreto, luego interpretado por tres grandes actores muy famosos en Francia, François Cluzet, Emmanuelle Devos y Gérard Depardieu. El resultado es notable y pese a su aparente tono menor, comparando con aparentemente más ambiciosas cintas en competencia, digno de recompensa.