Termina con bostezos y polémica la competición donostiarra

por © Patricia Sanmartín G. (S.S.)-NOTICINE.com
Isaki Lacuesta, entre los protagonistas de 'Condenados'
Isaki Lacuesta, entre los protagonistas de 'Condenados' (FICSS)
El Festival de San Sebastián ha dado por terminado este viernes su apartado competitivo con dos películas que siguen la tonalidad gris que ha dominado la meteorología dentro y fuera de las salas durante esta 57 edición, "Condenados", del español Isaki Lacuesta, y "Yeong-do Da-ri" (Vengo de Busan), del coreano Soo-il Jeon. Si ambos coinciden en un estilo narrativo lento y escasísimo en lo que acción se refiere, la primera ha generado polémica por insinuar cierta comprensión a la lucha armada de ETA, mientras que la segunda simplemente ha merecido el calificativo de "insufrible".

Había expectación por ver "Condenados" ante las previas andanzas cinematográficas de Isaki Lacuesta, creador de interesantes documentales como "La leyenda del tiempo" y "Cravan vs. Cravan". Por primera vez en el terreno de la ficción (aunque el proyecto nació también como un documental), el cineasta catalán lleva al cine la historia de un par de antiguos guerrilleros de un indeterminado país latinoamericano (posiblemente Argentina, dado el acento de los actores) que buscan en la selva el cadáver de un antiguo compañero asesinado por militares.

Todos condenados... A desaparecer, a sufrir, a morir, a no poder olvidar, a recordar, a vivir, y nosotros a ver la película... Estamos ante un film lento y que nos deja en la niebla mas espesa, con unos personajes que no inspiran ni simpatía ni interés, sin dejar huella.

Terminada la busqueda del compañero muerto, cada uno debera aprender a vivir el resto de sus vidas con lo descubierto, excepto Martín, antiguo camarada de Ezequiel, que regresará con sus compañeros (al que tanto han culpado de haber sobrevivido) desapareciendo en la niebla, la niebla del olvido o de la paz, y convertirse él tambien 30 años despues en un desaparecido...

Silvia, hija de Ezequiel, el cadáver, lleva con ella el diario de Martín, con el fin tal vez de no olvidar y que se sepa la verdad...

Para el joven director Isaki Lacuesta, el planteamiento es el siguiente: cómo la mente humana legitima la lucha armada, cuando queda demostrado a lo largo de la historia que las ideas e ideologías cambian y se contradicen, pero que los muertos nunca vuelven a la vida...

Tres generaciones, del pasado, presente y futuro se entrelazan, y dos opciones para el futuro. Silvia, harta de oir hablar de guerras y con deseos de una vida "normal" y el joven fascinado por la violencia que sueña con retomar el combate de sus padres, para experimentar ese vértigo de la lucha armada, matar o morir por una causa.

Todos los conflictos son parecidos, en cualquier epoca y lugar del mundo y todos tienen el mismo desprecio por vida humana.

La intención de Isaki Lacuesta quizás sea buena, pero el mensaje no llega, y una historia debe ser contada para que ser entendida sin necesidad de explicaciones posteriores, como las que dio en la rueda de prensa. El cine español se despide así de su triple presencia en San Sebastián, con un único título que ha generado simpatías, "Yo, también", para el que muchos piden premio.

Sería escandaloso que en ese palmarés figurara "Yeong-do Da-ri", película coreana que no estuvo en Toronto -lo que dice bastante del gusto de sus seleccionadores- y que aquí ha provocado incluso iras, dado el cansancio por el atracón de cine y la abundancia de films vacíos que intentan paliar con tontos ejercicios de estilo la vacuidad de sus propuestas dramáticas.

La cinta coreana fue coronada con silbidos al acabar la proyeccion, y una gran sensación de alivio de los valientes que permanecieron en  la sala hasta el final. El reflejo de la sociedad coreana (alcoholismo, prostitucion infantil, miseria en general), que desconoce la solidaridad, y donde reinan violencias de todo tipo se personifica en una madre soltera que deja a su hijo en adopción.

Todos aguantan totalmente sumisos con un asombroso conformismo los malos tratos de los que son  superiores (ya sea por fuerza, por numero, por sexo, por grado, etc....) y se vengan con cualquiera que le sea inferior, formando asi una interminable cadena de violencia. Todos son victimas y verdugos a la vez.

La rueda de prensa no aportó mucho más a la película, que según su autor pretende denunciar el número importantisimo de huérfanos abandonados por madres como la protagonista, jovencísimas y sin recursos,  unas 2.000 adopciones al año, generalmente por extranjeros. Tal vez sea la mejor suerte qe pueden correr esos bebés, pero en cualquier caso Soo-il Jeon es incapaz de generar emoción por su torpeza narrativa.

La suerte está echada, y el jurado que preside el francés Laurent Cantet, que vista la nutrida y poco afortunada presencia fílmica de su país debería obviar la tendencia a barrer para casa, tiene pocos títulos donde elegir las Conchas. Han sobresalido dos títulos, el argentino-español "El secreto de sus ojos", que sería una triunfadora muy aplaudida, y el chino "Nanjing, Nanjing", otra historia poderosa, justo lo que más se ha echado en falta este año en San Sebastián: cosas interesantes que contar. Por parte española, como decíamos, se ha destacado la producción de Julio Medem "Yo, también", cuanto menos digna. Este sábado saldremos de dudas y veremos si esta olvidable edición termina con buen sabor de boca o en escándalo.