La "Luna caliente" de Vicente Aranda provoca quemaduras en la Seminci

por © F.Prada (Valladolid)-NOTICINE.com
Robert Guédiguian (F. Prada)
Robert Guédiguian (F. Prada)
La polémica ha acompañado al cineasta catalán afincado en Madrid Vicente Aranda durante años, pero su último trabajo, "Luna caliente", presentado este viernes fuera de concurso en la Semana de Cine de Valladolid, parece haber provocado más de una quemadura, aparte del segundo "pateo" del festival (el primero fue para la también española "Estigmas"). Politicamente "incorrecta" en lo sexual y político, la cinta que protagonizan Eduard Fernández y Thais Blume, se desarrolla en los años 60, mientras tiene lugar el "Proceso de Burgos" contra miembros de ETA que culminó con varias condenas a muerte.

La película narra el regreso de Juan (Fernández) a su ciudad natal, donde el encuentro con Ramona, una adolescente de dieciséis años llena de sensualidad, le lleva a vivir un apasionamiento desbordante que escapa a lo racional. El es un poeta burgalés que ha logrado salir de España para ejercer un cargo oficial en el entonces llamado Mercado Común y regresa con la excusa de unas vacaciones. Sin embargo, a pesar de su nivel intelectual, se ve envuelto en una pasión descontrolada con la "Lolita" Ramona. Dejándose llevar por la sensualidad de ella y su propia “animalidad”, pierde el control y la viola.

Ramona (Blume) es un personaje femenino propio de la novela negra, una mujer que no se somete al hombre; bien al contrario, ella es quien toma las decisiones, es una mujer arriesgada e inteligente. Ella inventa la coartada para que Juan quede en libertad; es una mujer que no vive de los prejuicios: no le importa tener relaciones sentimentales con el supuesto asesino de su padre o que Juan sea mayor que ella.

En rueda de prensa, y respecto de la sonora y negativa reacción en el primer pase de la cinta, Aranda dijo que no está muy interesado en que el público esté de acuerdo o no con sus películas, sino que más bien, le mueve "el enseñar a pensar", ya que, según él, la inteligencia se aprende: "No hay películas buenas o malas, lo que importa es que sean capaces de hacer más inteligente al que las ve".

Freud y Stevenson tienen que ver, al igual que muchos otros intelectuales citados con letras sobre fondo negro en "Luna caliente", inspirada en una novela cuya acción se desarrolla durante la dictadura militar, escrita por el argentino Mempo Giardinelli, y que Aranda ha reubicado en la España del franquismo, cuando la mayor parte de la intelectualidad contraria al régimen apoyaba a una ETA -entonces controlada por los llamados "poli-milis"- bien diferente a la actual, condenada por sus acciones terroristas.

Sobre esas citas que dan paso a diferentes secuencias del film, Aranda explicó que en algún momento, sintió que era "muy para el público", así que quiso "intelectualizarla", dejando en claro que sus lecturas de siempre son "Los hermanos Karamazov" y "Rojo y Negro", que lee y relee.

Respecto de la lectura política y esa interpretada simpatía por "ETA", el autor de "Libertarias", "Amantes" (que también se desarrollaba en Burgos) y "Juana la Loca" matizó que está en contra de que nadie mate a nadie, "y mucho menos de la pena de muerte. Sólo quiero mostrar el fervor que había en aquellos momentos hacia ETA y que ha cambiado con el paso de los años".

En esta última jornada competitiva del festival castellano se proyectó también "L'armée du crime" (El ejército del crimen), un fresco historico de más de dos horas sobre las actividades de un grupo de la Resistencia formado por extranjeros en la Francia ocupada por los nazis durante la II Guerra Mundial. Su director, el "viejo amigo" de la Seminci Robert Guédiguian, acumula personajes, referencias ideológicas y diálogos tal vez en exceso, y por el contrario dedica poca acción y suspense a las actividades "terroristas" de los resistentes antifascistas, que existieron realmente y fueron ejecutados por los nazis poco antes de la liberación de París.

El cineasta francés explicó en rueda de prensa que había hecho la película para reivindicar a unos hombres, entre ellos un español y varios combatientes de las Brigadas Internacionales en la Guerra Civil española, que hoy considera injustamente "olvidados".

"L'armée du crime", que carece por ahora de distribución comercial en España, fue aplaudida.

Blume y Aranda, en Valladolid (F. Prada)