Entrevista con Demián Bichir: "Me hice actor para ir de un lado a otro"
- por © J.A. (Huelva)-NOTICINE.com
La simpatía arrolladora del mexicano Demián Bichir y su atractivo trascienden dentro y fuera de la pantalla. Cada vez más presente en el cine internacional, con películas y series de TV en los Estados Unidos pero también en Europa, ahora llega a abrir el Festival de Cine Iberoamericano de Huelva con una cinta muy mexicana, "Hidalgo, la historia jamás contada", de Antonio Serrano, en la que incorpora a un prócer de la patria, el "Cura Hidalgo", una de las cabezas de la lucha por la Independencia. Hablamos en exclusiva con él al poco de presentarla.
- ¿Cómo es este héroe que retratan ustedes en "Hidalgo"?
Hidalgo es el representante más importante en la lucha de independencia en México, está considerado el Padre de la Patria, y esta película se subtitula "La historia jamás contada", porque cuenta la parte de la vida de Hidalgo que no se cuenta en los libros y en las escuelas. Nos muestra a este hombre de carne y hueso, real, que no tiene que ver con el héroe que todo el mundo conoce en las estampitas de las escuelas, y la solemnidad, cuasi de santo que significa el personaje para mucha gente. Y de eso se trata, de la etapa que pocos conocen de Miguel Hidalgo.
- El tratamiento que Antonio Serrano y usted le dieron al personaje de Hidalgo puede calificarse de irreverente...
Totalmente, y ese ha sido por supuesto uno de los principales objetivos de esta película desde la creación del guión, donde se habla de este hombre enamorado de la vida, de las fiestas, de las mujeres y el vino; por supuesto de la teología y además de las artes y del teatro particularmente, de la música, violinista él mismo... en donde se acerca mucho más a un ser humano tangible con el que fácilmente te puedes identificar. Y si es irreverente porque muestra a un hombre con sus vicios y virtudes, con todos sus miedos, sus demonios y con un enorme placer por disfrutar la vida... Y sólamente alguien así puede dejar la vida en la mesa por el bien común.
- ¿Le resultó complicado pasar de ser alcalde de Tijuana en la muy contemporanea "Weeds" a ponerse en la piel de un personaje de hace 200 años?
Creo que esos contrastes son los que uno anda buscando como actor, cuando tienes la posibilidad de ir de un lado a otro no solo en cuanto a tiempos se refiere, sino idiomas distintos, y características muy atípicas entre los distintos personajes que me ha tocado interpretar ultimamente. Es un enorme atractivo cuando te encuentras con esa variedad de personajes y ese abanico de posibilidades. Entonces, saltar por ejemplo de Fidel Castro, de la Revolución cubana, al personaje que te refieres en "Weeds", que es contemporáneo, y luego rebotar 200 años para atrás y hacer Hidalgo es por lo que uno se hace actor... por esa enorme posibilidad lúdica y ese enorme riesgo de poder ir de un lado a otro con todo lo que implica.
- El de Huelva ha sido el estreno internacional de "Hidalgo". ¿Cree que se puede disfrutar igual su película fuera de México?
Yo estaba muy interesado en ver la exhibición de la película aquí en España. Había una enorme emoción y una gran responsabilidad por el honor de abrir un festival, pero también tenía una gran inquietud por ver cómo iba a reaccionar la gente ante un personaje que en México se conoce muy bien, pero no así en el resto del mundo. Yo creo que una película debe ser capaz de darse a entender y poder conmover o emocionar ante cualquier público, no necesariamente en tu propio entorno. Pero solamente puedes ser universal cuando eres tremendamente local. Si puedes cubrir todos los aspectos no solo técnicos sino también artísticos de una película se tiene que poder entender y disfrutar en cualquier parte del mundo. Si no, haces un documental sobre un evento histórico de tu país y punto... Me sorprendió gratamente cómo aquí en Huelva la gente reaccionó igual ante diversos momentos de la película que en México, y el aplauso del final resultó también muy emocionante, fue una experiencia redonda porque nunca la habiamos presentado fuera de México.
- Usted vino por primera vez a Huelva para formar parte del jurado, en 1998, y ahora vuelve a ser juzgado por otros con su película. ¿De qué manera se vive un festival en estas dos opuestas posiciones?
He tenido la suerte de ser luego jurado en otros festivales, en el Latino de Los Angeles, Guadalajara o Ibiza, y siempre es muy emocionante que te inviten a ver cine, es un honor por supuesto pero es un enorme placer. Yo creo que uno no se pone un traje de juez ni nada por el estilo, simplemente sucede lo que ocurre como parte de tu vida diaria cada vez que te metes en una sala de cine. Vas a ser sorprendido, emocionado, tocado... y con un poco de suerte hasta tu vida puede llegar a ser modificada. Y eso es lo que pasa cuando te toca calificar películas en un festival. Siempre es muy complicado, pero básicamente piensas en lo que tiene que conformar una película, que son varios elementos. Y cuando vas a un festival a mostrar una película y son otros los que te juzgan es mucho más relajado, la responsabilidad es nula, porque el trabajo ya se hizo y lo que haces es mostrarlo a más gente. A partir de ahí muchas cosas pueden pasar y en gustos siempre se romperán géneros...
- En los últimos tiempos usted ha rodado aparte de "Hidalgo" películas en España e Irlanda y ha participado en la exitosa telecomedia estadounidense "Weeds". ¿Cómo lleva cambiar de países, equipos y modos de rodar?
A veces cuando uno escucha sobre la forma de trabajar de otros países crees que realmente hay una distancia muy importante respecto de cómo se hace en tu país, pero finalmente somos lo mismo y hacemos las cosas de la misma manera. Hay una metodología que es igual en cualquier parte del mundo. En realidad la gran diferencia termina siendo los presupuestos con los que se cuentan, y eso también determina el tiempo que tienes para hacer las cosas. Muchas veces el cine que hacemos por ejemplo en México siempre es con presupestos muy apretados y por eso tenemos que recortar el tiempo de rodaje y con una ansiedad de hacer el trabajo en X tiempo... Y lo que me he encontrado por ejemplo en las que he hecho en España es que en vez de 7 semanas tienes unas 10-11 semanas para hacer una película, lo cual es bastante sensato. Por ejemplo en EEUU hay muchas series de televisión de gran calidad, con grandes actores que se han refugiado en esas series que produce HBO, Showtime o incluso también la televisión abierta, porque son producciones muy bien cuidadas y escritas, con repartos espectaculares y altos niveles de producción, y eso incluye también el tiempo que tienes para rodar. Así, la serie que estoy haciendo en Los Angeles, que se llama "Weeds", cada episodio se tarda una semana en realizar, y ese es el diagrama de preproducción antes de empezar a filmar: 13 episodios y cada uno se toma una semana. Es tiempo suficiente para tomar las cosas con calma, no acelerar nada y eso eleva mucho tus posibilidades como actor, porque tienes más oportunidades de experimentar de una toma a otra y no necesariamente la obligación de poner una secuencia en una sola toma.
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- ¿Cómo es este héroe que retratan ustedes en "Hidalgo"?
Hidalgo es el representante más importante en la lucha de independencia en México, está considerado el Padre de la Patria, y esta película se subtitula "La historia jamás contada", porque cuenta la parte de la vida de Hidalgo que no se cuenta en los libros y en las escuelas. Nos muestra a este hombre de carne y hueso, real, que no tiene que ver con el héroe que todo el mundo conoce en las estampitas de las escuelas, y la solemnidad, cuasi de santo que significa el personaje para mucha gente. Y de eso se trata, de la etapa que pocos conocen de Miguel Hidalgo.
- El tratamiento que Antonio Serrano y usted le dieron al personaje de Hidalgo puede calificarse de irreverente...
Totalmente, y ese ha sido por supuesto uno de los principales objetivos de esta película desde la creación del guión, donde se habla de este hombre enamorado de la vida, de las fiestas, de las mujeres y el vino; por supuesto de la teología y además de las artes y del teatro particularmente, de la música, violinista él mismo... en donde se acerca mucho más a un ser humano tangible con el que fácilmente te puedes identificar. Y si es irreverente porque muestra a un hombre con sus vicios y virtudes, con todos sus miedos, sus demonios y con un enorme placer por disfrutar la vida... Y sólamente alguien así puede dejar la vida en la mesa por el bien común.
- ¿Le resultó complicado pasar de ser alcalde de Tijuana en la muy contemporanea "Weeds" a ponerse en la piel de un personaje de hace 200 años?
Creo que esos contrastes son los que uno anda buscando como actor, cuando tienes la posibilidad de ir de un lado a otro no solo en cuanto a tiempos se refiere, sino idiomas distintos, y características muy atípicas entre los distintos personajes que me ha tocado interpretar ultimamente. Es un enorme atractivo cuando te encuentras con esa variedad de personajes y ese abanico de posibilidades. Entonces, saltar por ejemplo de Fidel Castro, de la Revolución cubana, al personaje que te refieres en "Weeds", que es contemporáneo, y luego rebotar 200 años para atrás y hacer Hidalgo es por lo que uno se hace actor... por esa enorme posibilidad lúdica y ese enorme riesgo de poder ir de un lado a otro con todo lo que implica.
- El de Huelva ha sido el estreno internacional de "Hidalgo". ¿Cree que se puede disfrutar igual su película fuera de México?
Yo estaba muy interesado en ver la exhibición de la película aquí en España. Había una enorme emoción y una gran responsabilidad por el honor de abrir un festival, pero también tenía una gran inquietud por ver cómo iba a reaccionar la gente ante un personaje que en México se conoce muy bien, pero no así en el resto del mundo. Yo creo que una película debe ser capaz de darse a entender y poder conmover o emocionar ante cualquier público, no necesariamente en tu propio entorno. Pero solamente puedes ser universal cuando eres tremendamente local. Si puedes cubrir todos los aspectos no solo técnicos sino también artísticos de una película se tiene que poder entender y disfrutar en cualquier parte del mundo. Si no, haces un documental sobre un evento histórico de tu país y punto... Me sorprendió gratamente cómo aquí en Huelva la gente reaccionó igual ante diversos momentos de la película que en México, y el aplauso del final resultó también muy emocionante, fue una experiencia redonda porque nunca la habiamos presentado fuera de México.
- Usted vino por primera vez a Huelva para formar parte del jurado, en 1998, y ahora vuelve a ser juzgado por otros con su película. ¿De qué manera se vive un festival en estas dos opuestas posiciones?
He tenido la suerte de ser luego jurado en otros festivales, en el Latino de Los Angeles, Guadalajara o Ibiza, y siempre es muy emocionante que te inviten a ver cine, es un honor por supuesto pero es un enorme placer. Yo creo que uno no se pone un traje de juez ni nada por el estilo, simplemente sucede lo que ocurre como parte de tu vida diaria cada vez que te metes en una sala de cine. Vas a ser sorprendido, emocionado, tocado... y con un poco de suerte hasta tu vida puede llegar a ser modificada. Y eso es lo que pasa cuando te toca calificar películas en un festival. Siempre es muy complicado, pero básicamente piensas en lo que tiene que conformar una película, que son varios elementos. Y cuando vas a un festival a mostrar una película y son otros los que te juzgan es mucho más relajado, la responsabilidad es nula, porque el trabajo ya se hizo y lo que haces es mostrarlo a más gente. A partir de ahí muchas cosas pueden pasar y en gustos siempre se romperán géneros...
- En los últimos tiempos usted ha rodado aparte de "Hidalgo" películas en España e Irlanda y ha participado en la exitosa telecomedia estadounidense "Weeds". ¿Cómo lleva cambiar de países, equipos y modos de rodar?
A veces cuando uno escucha sobre la forma de trabajar de otros países crees que realmente hay una distancia muy importante respecto de cómo se hace en tu país, pero finalmente somos lo mismo y hacemos las cosas de la misma manera. Hay una metodología que es igual en cualquier parte del mundo. En realidad la gran diferencia termina siendo los presupuestos con los que se cuentan, y eso también determina el tiempo que tienes para hacer las cosas. Muchas veces el cine que hacemos por ejemplo en México siempre es con presupestos muy apretados y por eso tenemos que recortar el tiempo de rodaje y con una ansiedad de hacer el trabajo en X tiempo... Y lo que me he encontrado por ejemplo en las que he hecho en España es que en vez de 7 semanas tienes unas 10-11 semanas para hacer una película, lo cual es bastante sensato. Por ejemplo en EEUU hay muchas series de televisión de gran calidad, con grandes actores que se han refugiado en esas series que produce HBO, Showtime o incluso también la televisión abierta, porque son producciones muy bien cuidadas y escritas, con repartos espectaculares y altos niveles de producción, y eso incluye también el tiempo que tienes para rodar. Así, la serie que estoy haciendo en Los Angeles, que se llama "Weeds", cada episodio se tarda una semana en realizar, y ese es el diagrama de preproducción antes de empezar a filmar: 13 episodios y cada uno se toma una semana. Es tiempo suficiente para tomar las cosas con calma, no acelerar nada y eso eleva mucho tus posibilidades como actor, porque tienes más oportunidades de experimentar de una toma a otra y no necesariamente la obligación de poner una secuencia en una sola toma.
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