Entrevista con Pablo José Meza, director de "La vieja de atrás"
- por © J.A. (Huelva)-NOTICINE.com
Tras mostrarse en Gramado y Mar del Plata, ahora llega al Festival de Huelva, en su debut europeo, la cinta de Pablo Meza "La vieja de atrás", una coproducción argentino brasileña sobre la difícil convivencia entre una anciana solitaria que cede un cuarto de su casa y un estudiante. El joven cineasta porteño, que al cabo de dos largos como guionista y director está iniciando una carrera paralela como productor de otros cineastas, departió con NOTICINE.com sobre la brecha generacional, las dificultades del cine independiente y sus proyectos.
- Resúmame "La vieja de atrás" en pocas palabras...
La película cuenta la historia de una señora que le alquila parte de su casa a un joven estudiante que se ha quedado sin dinero a cambio de conversación. Ha llegado al final de su vida con una soledad no elegida, sino impuesta por el destino y necesita compañía, y hablar pero no tiene nadie. Entonces consigue un vecino que se tiene que volver a su pueblo por cuestiones económicas y que acepta ese trato. Pero la situación se vuelve insostenible, porque los dos pertenecen a mundos muy distintos, y esto que parecía una posible solución para ambos se convierte en un problema.
- Choca que un hombre joven como usted se preocupe por el mundo de los ancianos. ¿Cómo se le ocurrió la idea?
Yo estaba en España, como ahora, pero en el festival de Lleida con mi opera prima, "Buenos Aires, 100 km", y leí un anuncio en un diario en el que una anciana ofrecía alquilar un cuarto en su casa a un estudiante a cambio de compañía. Me pareció muy interesante y lo trasladé a Buenos Aires. Cuando yo era adolescente trabajé en un supermercado y me tocaba atender a muchas personas mayores, que me inspiraron el personaje de la anciana en mi película. Cuando hice mi primer film lo dedique al paso de la infancia a la adolescencia, y en esta segunda hablo sobre la vejez. Me parece que son los dos puntos más extremos de la vida en los que los seres humanos no tienen esos filtros que nos ponemos nosotros cuando estamos en el medio de nuestra vida, porque hacen y dicen lo que quieren. Los viejos y los niños tienen una honestidad muy grande, y en ese sentido creo que las dos películas se conectan. Mi interés por esos personajes que son tan sinceros más allá de que estén bien o mal sus reacciones o pensamientos es lo que motivó en ambos casos.
- Pero, ¿llegó a entrevistarse con algún anciano o anciana para conocer especificamente sus motivaciones en esos momentos de soledad?
Bueno, mi abuela tiene más o menos la misma edad que el personaje y también llegó a la vejez con una soledad impuesta, porque su marido murió muy joven, pero su caso era distinto porque ella tuvo muchos novios después de quedar viuda... Entonces no busqué en ella tanto el lado de la soledad, pero por ejemplo en lo que tiene que ver con la decoración del apartamento, que traté como un personaje más de la historia, sí me apoyé más en la casa de mi abuela.
- ¿Tan díficil resulta que se entiendan y convivan un joven y una persona mayor? ¿Cree que la brecha generacional es insuperable?
Creo que mayoritariamente la incomunicación entre las generaciones está dada. Los jóvenes de hoy en día no hablan con los ancianos, no tienen relación... Y cuando la tienen de alguna forma chocan, como que no es posible una comunicación. Y me parece como extraño, porque pienso que si escucharamos a los ancianos cometeríamos menos errores de los que hacemos. Y si oyeramos un poco más a los jóvenes les estaríamos dando también el lugar que están buscando y les orientaríamos... Que esas dos puntas de la vida no tengan relación entre sí me parece sorprendente. Pero sí, pienso que la brecha generacional está muy marcada. Hay películas tal vez que nos hacen creer o cuentan ciertas historias en las que se puede llegar a dar un acercamiento, pero en la vida real no veo tal cosa. Salvo que adolescentes y ancianos tengan parentesco, no existe tal aproximación.
- ¿Qué le espera a partir de ahora a "La vieja de atrás"?
No se estrena en la Argentina hasta el 20 de enero del año próximo, y luego se verá en Brasil -país coproductor- antes de mediados de año. Antes estamos aprovechando para que haga su recorrido por festivales para apoyar esos lanzamientos. Ahora se acaba de proyectar en Mar del Plata, con una acogida muy buena, sesiones a tope de gente y comentarios muy positivos. Me encantó que el público tomaba partido por uno de los dos personajes, la señora o el muchacho... Hay como un enfrentamiento entre los espectadores y eso me pone muy feliz porque era lo que quería lograr. Aquí en Huelva es el estreno en Europa.
- La mayoría de los cineastas independientes iberoamericanos chocan con la realidad de un mercado muy restringido que dificulta el poder lanzar sus películas. ¿Cómo le está yendo a usted?
Es muy difícil para los directores independientes en los países latinoamericanos conseguir la financiación de las películas, pero después de arduo trabajo se logra. Las coproducciones son esenciales. Las mías, la primera fue con Francia y esta con Brasil, que vienen bien para conseguir mayor solvencia, y en cuanto a la distribución es complicado también. En mi caso ha habido gente interesada en comprarla. Es un Trabajo de hormiguita que hay que hacer pero finalmente se logra, pienso...
- ¿Que viene después?
Tengo dos proyectos ya escritos, dos guiones, que no tienen nada que ver con mis dos primeras películas. Uno de ellos espero poder filmarlo el año que viene. Por otro lado, estoy empezando a producir películas de otros directores, lo cual me empieza a gustar bastante... Me parece como que a lo largo de la carrera uno va progresando hasta producir material de otros cineastas. Además doy talleres de guión y hago asesorías a profesionales, así que estoy muy metido en todo este mundo.
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- Resúmame "La vieja de atrás" en pocas palabras...
La película cuenta la historia de una señora que le alquila parte de su casa a un joven estudiante que se ha quedado sin dinero a cambio de conversación. Ha llegado al final de su vida con una soledad no elegida, sino impuesta por el destino y necesita compañía, y hablar pero no tiene nadie. Entonces consigue un vecino que se tiene que volver a su pueblo por cuestiones económicas y que acepta ese trato. Pero la situación se vuelve insostenible, porque los dos pertenecen a mundos muy distintos, y esto que parecía una posible solución para ambos se convierte en un problema.
- Choca que un hombre joven como usted se preocupe por el mundo de los ancianos. ¿Cómo se le ocurrió la idea?
Yo estaba en España, como ahora, pero en el festival de Lleida con mi opera prima, "Buenos Aires, 100 km", y leí un anuncio en un diario en el que una anciana ofrecía alquilar un cuarto en su casa a un estudiante a cambio de compañía. Me pareció muy interesante y lo trasladé a Buenos Aires. Cuando yo era adolescente trabajé en un supermercado y me tocaba atender a muchas personas mayores, que me inspiraron el personaje de la anciana en mi película. Cuando hice mi primer film lo dedique al paso de la infancia a la adolescencia, y en esta segunda hablo sobre la vejez. Me parece que son los dos puntos más extremos de la vida en los que los seres humanos no tienen esos filtros que nos ponemos nosotros cuando estamos en el medio de nuestra vida, porque hacen y dicen lo que quieren. Los viejos y los niños tienen una honestidad muy grande, y en ese sentido creo que las dos películas se conectan. Mi interés por esos personajes que son tan sinceros más allá de que estén bien o mal sus reacciones o pensamientos es lo que motivó en ambos casos.
- Pero, ¿llegó a entrevistarse con algún anciano o anciana para conocer especificamente sus motivaciones en esos momentos de soledad?
Bueno, mi abuela tiene más o menos la misma edad que el personaje y también llegó a la vejez con una soledad impuesta, porque su marido murió muy joven, pero su caso era distinto porque ella tuvo muchos novios después de quedar viuda... Entonces no busqué en ella tanto el lado de la soledad, pero por ejemplo en lo que tiene que ver con la decoración del apartamento, que traté como un personaje más de la historia, sí me apoyé más en la casa de mi abuela.
- ¿Tan díficil resulta que se entiendan y convivan un joven y una persona mayor? ¿Cree que la brecha generacional es insuperable?
Creo que mayoritariamente la incomunicación entre las generaciones está dada. Los jóvenes de hoy en día no hablan con los ancianos, no tienen relación... Y cuando la tienen de alguna forma chocan, como que no es posible una comunicación. Y me parece como extraño, porque pienso que si escucharamos a los ancianos cometeríamos menos errores de los que hacemos. Y si oyeramos un poco más a los jóvenes les estaríamos dando también el lugar que están buscando y les orientaríamos... Que esas dos puntas de la vida no tengan relación entre sí me parece sorprendente. Pero sí, pienso que la brecha generacional está muy marcada. Hay películas tal vez que nos hacen creer o cuentan ciertas historias en las que se puede llegar a dar un acercamiento, pero en la vida real no veo tal cosa. Salvo que adolescentes y ancianos tengan parentesco, no existe tal aproximación.
- ¿Qué le espera a partir de ahora a "La vieja de atrás"?
No se estrena en la Argentina hasta el 20 de enero del año próximo, y luego se verá en Brasil -país coproductor- antes de mediados de año. Antes estamos aprovechando para que haga su recorrido por festivales para apoyar esos lanzamientos. Ahora se acaba de proyectar en Mar del Plata, con una acogida muy buena, sesiones a tope de gente y comentarios muy positivos. Me encantó que el público tomaba partido por uno de los dos personajes, la señora o el muchacho... Hay como un enfrentamiento entre los espectadores y eso me pone muy feliz porque era lo que quería lograr. Aquí en Huelva es el estreno en Europa.
- La mayoría de los cineastas independientes iberoamericanos chocan con la realidad de un mercado muy restringido que dificulta el poder lanzar sus películas. ¿Cómo le está yendo a usted?
Es muy difícil para los directores independientes en los países latinoamericanos conseguir la financiación de las películas, pero después de arduo trabajo se logra. Las coproducciones son esenciales. Las mías, la primera fue con Francia y esta con Brasil, que vienen bien para conseguir mayor solvencia, y en cuanto a la distribución es complicado también. En mi caso ha habido gente interesada en comprarla. Es un Trabajo de hormiguita que hay que hacer pero finalmente se logra, pienso...
- ¿Que viene después?
Tengo dos proyectos ya escritos, dos guiones, que no tienen nada que ver con mis dos primeras películas. Uno de ellos espero poder filmarlo el año que viene. Por otro lado, estoy empezando a producir películas de otros directores, lo cual me empieza a gustar bastante... Me parece como que a lo largo de la carrera uno va progresando hasta producir material de otros cineastas. Además doy talleres de guión y hago asesorías a profesionales, así que estoy muy metido en todo este mundo.
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