Con Zambrano y "La voz dormida" llegó el aplauso y la polémica a San Sebastián
- por © Carolina G. Guerrero (San Sebastián)-NOTICINE.com
La esperada “La voz dormida”, de Benito Zambrano, vio la luz este miércoles en el ecuador del Festival de San Sebastián. Sabíamos que era una película que hablaba sobre la postguerra, desde el punto de vista de los perdedores, un tema que han tocado ya muchos directores nacionales con mayor o menor acierto, pero posiblemente sin alcanzar esta intensidad trágica.
En este caso, este ultimo trabajo del director de “Solas” o ” Habana Blues”, cintas con un denominador común, al tratar temas algo grises y melodramáticos nos transporta literalmente a esa España oscura y deprimida de los años posteriores a la contiienda civil.
La historia está basada en una premiada novela de la escritora y poetisa Dulce Chacon, del mismo nombre, que nos lleva hasta una cárcel femenina de Madrid, donde una de sus reclusas, Tensi (Inma Cuesta) esta embarazada y aguarda como muchas otras una condena a muerte, por el crimen de haber tenido algún tipo de relación con organizaciones próximas a la República, en este caso el Partido Comunista, y el agravante de estar relacionada con un miembro del maquis opuesto al régimen fascista que ganó la guerra.
Su hermana Pepita, papel interpretado por la posiblemente ganadora del Goya a actriz revelación Maria León, llega a la capital desde Córdoba para intentar ayudarla, mientras trabaja en un hogar de familia burguesa, y hacerse cargo del hijo cuando este venga al mundo.
Pepita es una chica alegre, sencilla, a la que no le gusta la política y no comparte las ideas revolucionarias de su hermana, pero tampoco las de la dictadura. Es una víctima atrapada en una situación que no acaba de entender, como tal vez miles de personas atrapadas en una circunstancia histórica que todos sabemos quién produjo (y si no Zambrano se ocupa de subrayarlo con claridad).
Involuntariamente se verá complicada por sus implicaciones familiares y por el naciente amor por uno de los miembros del maquis en las postrimerías de una guerra que duró bastante más de los tres años que dicen los libros.
La película te tiene en sus 128 minutos de duración con un nudo en la garganta, traspasándote el dolor y el horror que viven sus protagonistas, y su director no elude sino que subraya esa intensidad todo lo que puede, rozando la extenuación emotiva del espectador.
Haciendo revivir al público del siglo XXI esa época de nuestra historia, en la que se cometieron atrocidades injustificadas y sin sentido, castigando a inocentes por causas inexistentes, Zambrano pretende y logra revivir heridas que -según se vio en la rueda de prensa posterior- no están del todo cicatrizadas.
Sucesos ocultos o callados y que ahora se hacen escuchar con esa voz dormida que ahora se vuelve a despertar, por el obvio motivo de que en este país los vencedores, los fascitas que provocaron la Guerra Civil, a diferencia de en otras naciones que vivieron experiencias parecidas, nunca han sido juzgados ni mucho menos condenados. La enorme paradoja, varias veces repetida en el guión, es que a todas esas mujeres hacinadas en una cárcel madrileña se las acusa de "rebelión", cuando fueron precisamente los militares facciosos los que se rebelaron contra la legalidad democrática republicana y en lo que pudo ser simplemente un golpe de estado, por la resistencia de parte de la población, devino en sangriento conflicto fratricida.
Su director, mete una y otra vez el dedo en esa herida sangrante, haciendo que el dolor sea constante durante toda su proyección, con escenas desgarradoras y crueles que casi no te dan respiro.
El único punto de distensión en este drama real y oscuro, lo protagoniza el personaje de Pepita, con su desparpajo cordobés, que le quita algo de hierro a una trama que sin ello sería demoledor y tal vez insoportable por lo doloroso.
El resultado de "La voz dormida"es un buen producto, eso no cabe duda y se ha manifestado en un atronador aplauso de varios minutos de duración, después o durante de unas lágrimas colectivas, con interpretaciones memorables de León e Inma Cuesta.
Pero seguramente se podía haber contado la historia con algo menos de amargura y sin necesidad de tanto trazo grueso, que roza el maniqueismo por momentos, con fascistas "de libro" y comunistas que son todo lo contrario, un dechado de virtudes, solidaridad, simpatía y hasta galanura.
Y el objetivo logrado, un homenaje a todas esas mujeres y personas que murieron absurdamente en un país donde la guerra siguió durando y durando mucho tiempo despues de que oficialmente se acabara.
Benito Zambrano, que nos emocionó con "Solas", vuelve a convertirse en portavoz de víctimas que -por mucho que duela a algunos- han estado demasiado tiempo mudas o silenciadas, a pesar de las cintas que se han hecho en torno al conflicto entre españoles. No ha habido para ellas suficiente reivindicación, y cuando se recuperó la Democracia, hay quien quiere condenarlas de nuevo al silencio por mor de una "reconciliación" que pretenden borrón y cuenta nueva. Pero el viejo axioma de que los pueblos que ignoran su historia están condenados a repetirla se hace más que vigente en este caso.
Siguiendo con los temas políticos de transfondo, la película china “11 flowers”, del chino Wang Xiaoshuai, está ambientada en la china de Mao. Nos cuenta la historia de un niño de once años, llamado Wang, que vive bajo el régimen comunista con sus padres y su hermana, rodeado de toda la parafernalia maoísta del sistema que esta cercano a acabar, al menos en su faceta puramente ideológica (el autoritarismo político no ha cambiado por mucho liberalismo económico que se disfrute).
El pequeño tiene unas buenas facultades en el colegio y le pedirán que se compre una nueva camisa para ser el ejecutor principal en los bailes que hacen en la escuela.
Paradójicamente, esta camisa nueva le traerá mas problemas que alegrías al pobre protagonista que se verá envuelto de pronto en una complicada situación.
Un día cuando se encuentra jugando con sus amigos en un río cercano a su casa, pierde su camisa. Esta acaba en el agua y justo en el momento en el que la recupera, se produce una emboscada a un hombre que huye herido cerca de donde él se encuentra,
Este coge rápidamente la camisa, y la usa para detener la hemorragia de las heridas causadas por los disparos de sus perseguidores,
El hombre hace prometer al desdichado niño que no desvelara a nadie su existencia…
La película está narrada con un ritmo en exceso pausado que aburrió a más de uno.
Un poco después de acabar esta proyección llego Catherine Deneuve a este festival para presidir una rueda de prensa en el ciclo dedicado a Jacques Demy, y en la que ella protagoniza muchos de los títulos de este director fetiche del cine francés, con especial acento en el musical.
Como una exhalación hizo su entrada esta actriz musa de la sensualidad y el misterio del cine Galo. Con un leve saludo y actitud algo seria parece que en principio no ha desplegado su simpatía desde la escalinata del emblemático Maria Cristina donde la esperaban los fotógrafos.
Mañana la podremos ver en las distancias algo mas cortas de esa convocatoria, quizas encienda otro cigarrillo esta vez...
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En este caso, este ultimo trabajo del director de “Solas” o ” Habana Blues”, cintas con un denominador común, al tratar temas algo grises y melodramáticos nos transporta literalmente a esa España oscura y deprimida de los años posteriores a la contiienda civil.
La historia está basada en una premiada novela de la escritora y poetisa Dulce Chacon, del mismo nombre, que nos lleva hasta una cárcel femenina de Madrid, donde una de sus reclusas, Tensi (Inma Cuesta) esta embarazada y aguarda como muchas otras una condena a muerte, por el crimen de haber tenido algún tipo de relación con organizaciones próximas a la República, en este caso el Partido Comunista, y el agravante de estar relacionada con un miembro del maquis opuesto al régimen fascista que ganó la guerra.
Su hermana Pepita, papel interpretado por la posiblemente ganadora del Goya a actriz revelación Maria León, llega a la capital desde Córdoba para intentar ayudarla, mientras trabaja en un hogar de familia burguesa, y hacerse cargo del hijo cuando este venga al mundo.
Pepita es una chica alegre, sencilla, a la que no le gusta la política y no comparte las ideas revolucionarias de su hermana, pero tampoco las de la dictadura. Es una víctima atrapada en una situación que no acaba de entender, como tal vez miles de personas atrapadas en una circunstancia histórica que todos sabemos quién produjo (y si no Zambrano se ocupa de subrayarlo con claridad).
Involuntariamente se verá complicada por sus implicaciones familiares y por el naciente amor por uno de los miembros del maquis en las postrimerías de una guerra que duró bastante más de los tres años que dicen los libros.
La película te tiene en sus 128 minutos de duración con un nudo en la garganta, traspasándote el dolor y el horror que viven sus protagonistas, y su director no elude sino que subraya esa intensidad todo lo que puede, rozando la extenuación emotiva del espectador.
Haciendo revivir al público del siglo XXI esa época de nuestra historia, en la que se cometieron atrocidades injustificadas y sin sentido, castigando a inocentes por causas inexistentes, Zambrano pretende y logra revivir heridas que -según se vio en la rueda de prensa posterior- no están del todo cicatrizadas.
Sucesos ocultos o callados y que ahora se hacen escuchar con esa voz dormida que ahora se vuelve a despertar, por el obvio motivo de que en este país los vencedores, los fascitas que provocaron la Guerra Civil, a diferencia de en otras naciones que vivieron experiencias parecidas, nunca han sido juzgados ni mucho menos condenados. La enorme paradoja, varias veces repetida en el guión, es que a todas esas mujeres hacinadas en una cárcel madrileña se las acusa de "rebelión", cuando fueron precisamente los militares facciosos los que se rebelaron contra la legalidad democrática republicana y en lo que pudo ser simplemente un golpe de estado, por la resistencia de parte de la población, devino en sangriento conflicto fratricida.
Su director, mete una y otra vez el dedo en esa herida sangrante, haciendo que el dolor sea constante durante toda su proyección, con escenas desgarradoras y crueles que casi no te dan respiro.
El único punto de distensión en este drama real y oscuro, lo protagoniza el personaje de Pepita, con su desparpajo cordobés, que le quita algo de hierro a una trama que sin ello sería demoledor y tal vez insoportable por lo doloroso.
El resultado de "La voz dormida"es un buen producto, eso no cabe duda y se ha manifestado en un atronador aplauso de varios minutos de duración, después o durante de unas lágrimas colectivas, con interpretaciones memorables de León e Inma Cuesta.
Pero seguramente se podía haber contado la historia con algo menos de amargura y sin necesidad de tanto trazo grueso, que roza el maniqueismo por momentos, con fascistas "de libro" y comunistas que son todo lo contrario, un dechado de virtudes, solidaridad, simpatía y hasta galanura.
Y el objetivo logrado, un homenaje a todas esas mujeres y personas que murieron absurdamente en un país donde la guerra siguió durando y durando mucho tiempo despues de que oficialmente se acabara.
Benito Zambrano, que nos emocionó con "Solas", vuelve a convertirse en portavoz de víctimas que -por mucho que duela a algunos- han estado demasiado tiempo mudas o silenciadas, a pesar de las cintas que se han hecho en torno al conflicto entre españoles. No ha habido para ellas suficiente reivindicación, y cuando se recuperó la Democracia, hay quien quiere condenarlas de nuevo al silencio por mor de una "reconciliación" que pretenden borrón y cuenta nueva. Pero el viejo axioma de que los pueblos que ignoran su historia están condenados a repetirla se hace más que vigente en este caso.
Siguiendo con los temas políticos de transfondo, la película china “11 flowers”, del chino Wang Xiaoshuai, está ambientada en la china de Mao. Nos cuenta la historia de un niño de once años, llamado Wang, que vive bajo el régimen comunista con sus padres y su hermana, rodeado de toda la parafernalia maoísta del sistema que esta cercano a acabar, al menos en su faceta puramente ideológica (el autoritarismo político no ha cambiado por mucho liberalismo económico que se disfrute).
El pequeño tiene unas buenas facultades en el colegio y le pedirán que se compre una nueva camisa para ser el ejecutor principal en los bailes que hacen en la escuela.
Paradójicamente, esta camisa nueva le traerá mas problemas que alegrías al pobre protagonista que se verá envuelto de pronto en una complicada situación.
Un día cuando se encuentra jugando con sus amigos en un río cercano a su casa, pierde su camisa. Esta acaba en el agua y justo en el momento en el que la recupera, se produce una emboscada a un hombre que huye herido cerca de donde él se encuentra,
Este coge rápidamente la camisa, y la usa para detener la hemorragia de las heridas causadas por los disparos de sus perseguidores,
El hombre hace prometer al desdichado niño que no desvelara a nadie su existencia…
La película está narrada con un ritmo en exceso pausado que aburrió a más de uno.
Un poco después de acabar esta proyección llego Catherine Deneuve a este festival para presidir una rueda de prensa en el ciclo dedicado a Jacques Demy, y en la que ella protagoniza muchos de los títulos de este director fetiche del cine francés, con especial acento en el musical.
Como una exhalación hizo su entrada esta actriz musa de la sensualidad y el misterio del cine Galo. Con un leve saludo y actitud algo seria parece que en principio no ha desplegado su simpatía desde la escalinata del emblemático Maria Cristina donde la esperaban los fotógrafos.
Mañana la podremos ver en las distancias algo mas cortas de esa convocatoria, quizas encienda otro cigarrillo esta vez...
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