Claroscuros del cine polaco en La Habana

por © NOTICINE.com
'Todo lo que amo'
Por Frank Padrón

Inserto en la habitual Jornada de la Cultura polaca en Cuba, el ciclo “Nominados recientes al Oscar” acaba de concluir con rotundo éxito; como es costumbre, ante cualquier muestra de esa cinematografía que lideró la producción de Europa del Este durante las décadas 60-70 del siglo pasado, los espectadores de esta parte del mundo dicen presente. Tampoco la calidad de la retrospectiva, pese a lo desiguales calibres de lo exhibido, decepcionó.

Particularizando un poco, la première, "Edi" (Piotr Trzaskalski; 2002) sigue a un par de colectores de basura en las calles de una gran urbe: el que da nombre al film y su colega Jureczek, de menos luces, mal viven en una fábrica a punto de ser derruida; los desencuentros entre ellos y dos gángsters que dominan todo el barrio, la hermana de estos y un niño fruto de otra unión, pero que asume el protagonista, dan médula a un filme cálido, bien armado y sensible, al que solo habría que emplazar dos aspectos: lo excesivamente pusilánime del personaje central, y la incidencia de una música no solo redundante sino excesivamente efectista, que amenaza llenar de una atmósfera melo una obra que afortunadamente, no lo es.

Receptora de 5 galardones y de otros tantos premios en los Polish Films Awards, "Pornografía" (2003), de Jan Jakub Kolski, resultó, como diríamos en buen cubano, más rollo que película. Aclaremos que el término que entitula, aunque asociado generalmente a lo sexual, es etimológicamente mucho más amplio: todo lo que implica prostitución, dejación de principios ante fines utilitarios (políticos, sociales, económicos…) merece tal calificativo, y es así que esta cinta que adapta una obra filosófica del célebre dramaturgo y novelista Witold Gombrowicz trasciende lo puramente erótico, aunque por supuesto lo incluye: en el año 1943, en territorios polacos ocupados por el III Reich, un director de cine y un escritor llegan a la mansión de un amigo, e ignorando la cercana contienda, manipulan a los lugareños mediante un morboso juego.

Sugerente la reflexión en torno al doble filo del cine y el arte todo, sobre lo lúdico que ante la guerra adquiere connotaciones peligrosas, y en torno a las siempre apasionantes relaciones de Eros y Tanatos, pero el director extravía el pulso ante disquisiciones fatigosas, mediante circunloquios narrativos que restan fuerza al relato y debido a la presencia de subtramas poco o mal desarrolladas. ¿Qué resta?: una conseguida ambientación, varias escenas formidables y ciertas actuaciones (no solo protagónicas) de no poca estatura.

Sin dudas, uno de las mejores momentos de esta muestra polaca resultó "Reverso" (2009, Boris Lankosz), farsa ambientada en 1952 que elige el blanco y negro como gama expresiva de inconmensurable fuerza, y donde apenas unos fotogramas centrados en la actualidad exhiben (otros) colores; sobre el poco éxito amatorio de una oscura editora de poesía, chantajeada por un funcionario que finge interesarse en ella a cambio de información comprometedora, versa este corrosivo film donde el humor negro -que abarca el ingenioso diseño de personajes-, el suspense y la sátira política juegan sus mejores cartas, y claro que ganan, incluyendo el desempeño sobresaliente de Agata Buzek, el cual sin embargo no eclipsa al resto de sus no menos destacados colegas.

Un clásico del Nobel literario Henryk Sienkiewicz (Quo Vadis), tras su conocida versión norteamericana, llegó bajo el lente del veterano Jerzy Kawalerowickz (Faraón, Madre Juana de los Angeles…) en un soberbio rodaje de 2001, y el adjetivo no es gratuito: se trata de una monumental superproducción donde la dirección de arte y la reconstrucción epocal –como se sabe, inicios del cristianismo en la Roma del siglo I- detentan el cuidado y la exquisitez propias de ese gran artista; pese a sus 160 minutos, la historia desarrollada bajo el sangriento reinado de Nerón no decae en momento alguno.   

Por último, "Todo lo que amo" (2009, Jacek Borcuch) avanza hacia los años 1980, y rastrea a un grupo de jóvenes amantes del rock- punk en la costa polaca, concretamente a la pareja que forman Janeck y Basia, cuyos padres sostienen posturas ideológicas radicalmente opuestas lo cual, obviamente, los distancia.

Bajo la aparente ligereza de los conciertos, las travesuras juveniles y el romance, el guionista y director emprende una disección de la compleja realidad histórica que vivió el país (estallido de la guerra, afianzamiento del Sindicato Liberación, amenaza de intervención soviética…) que vincula admirablemente las peripecias de los personajes con el difícil contexto, así como las disonancias intergeneracionales y políticas, desde elaborados rubros como la dirección de arte, la edición y las actuaciones.

Análisis desprejuiciado y objetivo de la historia como una inteligente manera de entender el presente, sangre nueva que preserva la huella profunda de los maestros del pasado y continuidad en las búsquedas estéticas y conceptuales caracterizan el cine polaco contemporáneo, ese que, al margen de premios y festivales (aunque muchas veces triunfando en ellos) obtiene siempre  el que le otorgan nuestros entusiastas espectadores.

SI QUIERES COMENTAR ESTA INFORMACIÓN, VEN A NUESTRO FACEBOOK... O SIGUENOS A TRAVÉS DE TWITTER: @NOTICINEcom