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El argentino Pablo Pinto protagoniza la cinta de su compatriota Gustavo Fernández Triviño "De martes a martes", ganadora del último Festival de Biarritz y ahora en competencia simultánea en Mar del Plata y Huelva. Del anonimato para el gran público, el extrovertido actor saltó al protagonismo de esta historia sobre un empleado gris que encuentra en un chantaje casual la vía para hacer realidad su sueño, cuando es testigo del abuso que realiza un empresario sobre una chica. Aunque el film no ha llegado aún a las salas comerciales ya le está sacando rendimiento, porque con la visión del simple "trailer" su compatriota Diego Rafecas acaba de darle un papel en su superproducción "Ley primera", que empezará el mes próximo.

- Hábleme de su personaje en "De martes a martes".
Juan es un trabajador de una fábrica, el típico trabajador que está 12 horas fuera de su casa y tratando de juntar un peso tras otro para poder financiar sus gastos y vivir cotidianamente. Es un tipo que pese a sus 120 kilos y su tamaño agresivo está totalmente ninguneado por sus compañeros, como apuntado por el dedo como el que recibe las cargadas, los malos tratos... Tiene una adicción al gimnasio, y su sueño es abrir un gimnasio propio. Es su objetivo, el que le hace trabajar también de noche como agente de seguridad en un boliche para lograr ese fin.

- ¿Cómo llegó usted a la película?
Había hecho como se dice en Argentina "bolos" actorales y nunca me habían presentado un trabajo así. Llegué gracias a Lola Sosa, con la que había hecho una publicidad para México, para Nickelodeon, y de ahí surgió una amistad que hizo que ella me recomendara al director. Con él fue algo muy loco, porque quedamos en un bar,y Gustavo me comentó que cuando me vio entrar fue como un amor a primera vista. Me dijo: "Eres Juan" y cuando lei el guión me daba la sensación de que estaba escrito sobre mí... Así empezó todo. Pero tenía algo en contra: pesaba 90 kilos y mido 1,88, así que me pidió que aumentara de peso y tuvo que subir 30 kilos, a base de muchos días de gimnasio y de dieta.

- La película plantea un dilema moral que visto desde fuera parece claramente deshonesto, pero que in situ posiblemente se ve de otra manera...
Es lo que plantea: todos somos buenos hasta que dejamos de serlo. Creo que Juan es un tipo con el que mucha gente puede identificarse. El tema de la película es que hasta cierto punto mucha gente va a tener pena, lástima por él, y después de lo que pasa, el abuso sexual, la película hace un click y el mismo público va tomando diferentes caminos, y la gente se pregunta qué va a hacer el personaje. El explota y elige un camino que mucha gente no elegiría, pero él lo hace, pensando que es su momento para lograr lo que quiere. Juan va acumulando a lo largo de la historia presiones, y revienta en ese momento. Puede que muchos piensen que toma la decisión equivocada, yo mismo lo hago. Su situación está por el piso, no tiene otra salida y es el tunel que lo va a llevar, es la única oportunidad que tiene de salir de donde está. Es un tema de desesperación, la única jugada que le queda. Y él se tira... Da mucho para reflexionar, y está bueno por eso, porque cada uno canaliza por su lado.

- ¿Qué le resultó más complicado en su interpretación?
La mayor dificultad fue el movimiento del personaje. El no es un tipo que hable mucho. Tuve que trabajar mucho las miradas, contestar con miradas, y hacer mis movimientos muy parcos, porque soy un tipo que gesticula mucho y me muevo rápido, y eso me preocupó, pero se ve que lo logramos.

- ¿Cómo esta siendo hasta ahora la trayectoria del film en festivales?
La película cayó muy bien en los festivales. Empezamos con el mercado Ventana Sur sin estar terminada, que sirvió para ir a Guadalajara Construye, donde conseguimos siete premios que sirvieron para acabar la postproducción de la película, y la presentamos en Biarritz, donde ganó mejor película. Luego participamos en Bombay, ahora estamos en Mar del Plata y a la vez en Huelva y el mes próximo iremos a La Habana. La película está gustando y ese era el objetivo. Aún no se estrenó en la Argentina, pero tras Mar del Plata esperamos que pueda verse.

- De ser un desconocido ha pasado a un papel protagónico. ¿Cree que le puede sacar rentabilidad a este trabajo de cara al futuro?
Si, es algo que lo hablé mucho con el director, cuando hice la película. Me dijo: "Pablo, tranquilo porque esto te puede abrir muchas puertas y debes aprovecharlo". De hecho ahora estoy con un proyecto nuevo, de Diego Rafecas, "Ley Primera", que estamos a punto de empezar a filmar, creo que el 3 de diciembre. Ya se me están abriendo las puertas y hay que aprovechar.