Mariana Rondón, ganadora de la Concha de Oro en San Sebastián: "Es una historia sobre la intolerancia"
- por © Jon Apaolaza-NOTICINE.com
No le había hecho falta ganar aún la Concha de Oro en el Festival de San Sebastián para que la cineasta venezolana Mariana Rondón repartiera sonrisas y se divirtiera como una niña atendiendo a los medios en el certamen donostiarra. Su nueva dupla con la peruana afincada en Venezuela Marité Ugás "Pelo malo", tercera realización de Rondón, ha logrado sin ser favorita el premio más destacado en la carrera de ambas. Hablamos con ella sobre el mensaje de la película y su acogida. Encontrarán la versión en video bajo el texto.
- Resúmanos por favor qué cuenta en "Pelo malo".
La historia trata sobre dos niños a los que les piden la foto de inicio del colegio, pero ellos deciden dejar a un lado la foto de carné típica y hacerse una foto producida. Ella quiere ir de miss y el de cantante, con el pelo liso, como todos los cantantes de moda. Eso desata un torbellino familiar. Es una historia que va mostrando poco a poco y con pequeños gestos cómo puede llegar a ser la violencia de dura y sobre todo, cómo puede al inicio de la vida, marcar a un ser humano. Y para mí, termina convirtiéndose en una historia fundamentalmente sobre la intolerancia.
- Esa intolerancia se dirige en general a todo lo diferente, sea de comportamiento, orientación sexual, ideas... o raza.
A mí me gusta mucho más saber qué le pasa por la cabeza a los otros. Eso es muy extraño porque aunque el origen de “Pelo malo” es racista, en Venezuela estamos tan mezclados que no insultas a nadie diciéndole “pelo malo”. Es una realidad nacional. Todos tenemos un “pelo malo” de alguna manera. Todos: o tu mamá, o tu papá, o tu primo… Todos, porque la mezcla es así. Lo que me ha parecido muy interesante es que por ejemplo, en Norteamérica, la hayan visto como una historia fundamentalmente sobre el racismo. Me gustan las posibilidades de lectura y los muchos niveles que tiene la historia y que permiten que distintos públicos, con distinta formación cultural, con diferente cultura, procediendo de orígenes distintos… Puede tener también una visión propia que enriquece a la película.
- Antes de pasar por San Sebastián, su película se estrenó mundialmente en Toronto. ¿Fue allá diferente la reacción del público?
Yo fui a Toronto teniendo claro que eran muchísimas películas. “Pelo malo” era muy pequeña dentro del festival de Toronto y lo que ha pasado es muy lindo, ya que después de la primera emisión, empezó a correr un boca a boca sobre “Pelo malo” y en cada una de las funciones siguientes, se fue llenando cada vez más. En la última, que no estaba previsto que yo hablara, me pidieron que por favor lo hiciese. La sala estaba tan llena, había tanta gente intentando entrar... Que tuve que dejar mi puesto libre para que alguien se sentara. Ha sido muy emocionante que al final la gente se haya quedado a las preguntas y respuestas y descubrir que la historia está resonando en la gente.
- ¿Les sirvió para conseguir compradores?
Sí. En Toronto, la gente de venta estaba haciendo buenos negocios y sé que en estos días, se anunciarán los mercados que se han cerrado y las ventas de la película que se han podido hacer. Yo creo que en un par de días se hará público.
- Una constante en la filmografía que comparte con Marité Ugás, ya sea ella productora y usted directora o viceversa, es el protagonismo de los niños y las madres. ¿Seguirá siendo así?
Sí. Voy a dejar de trabajar con niños. Voy a empezar a captar a actores grandes, pero les voy a partir las rodillas (risas). En serio... Siempre digo “no, en la próxima película yo creo que no va a haber niños”, pero siempre hay algo que me termina seduciendo, gustando. Es un juego maravilloso, el poder entrar a mundos tan juguetones me atrae mucho. Yo me siento cómoda, desde un lugar donde puedo comunicarme: el mundo infantil, sin que sea soso, ni tonto ni cursi. Yo creo que es un mundo muy interesante, muy intenso y que puede ser muy fuerte.
- Hasta ahora Marité y usted se han alternado en la realización. ¿Pactaron desde el principio turnarse?
No, para nada. Una tú, otra yo… (risas). Hay un turno y nos decimos “me la debes” (risas). No, es un placer porque en la película anterior, “El chico que miente”, yo era productora y yo creo que mucho de lo que ha pasado con “Pelo malo” tiene que ver con el proceso que supuso “El chico que miente”. Yo descubrí viendo a Marité trabajar con los actores un mundo fascinante que ella empezó a atravesar junto a ellos. Yo siento que lo que hice fue continuar; y seguramente, con sus variaciones y toques personales, Marité continuará la siguiente película. El turnarnos no deja de ser una experiencia creativa.
- Resúmanos por favor qué cuenta en "Pelo malo".
La historia trata sobre dos niños a los que les piden la foto de inicio del colegio, pero ellos deciden dejar a un lado la foto de carné típica y hacerse una foto producida. Ella quiere ir de miss y el de cantante, con el pelo liso, como todos los cantantes de moda. Eso desata un torbellino familiar. Es una historia que va mostrando poco a poco y con pequeños gestos cómo puede llegar a ser la violencia de dura y sobre todo, cómo puede al inicio de la vida, marcar a un ser humano. Y para mí, termina convirtiéndose en una historia fundamentalmente sobre la intolerancia.
- Esa intolerancia se dirige en general a todo lo diferente, sea de comportamiento, orientación sexual, ideas... o raza.
A mí me gusta mucho más saber qué le pasa por la cabeza a los otros. Eso es muy extraño porque aunque el origen de “Pelo malo” es racista, en Venezuela estamos tan mezclados que no insultas a nadie diciéndole “pelo malo”. Es una realidad nacional. Todos tenemos un “pelo malo” de alguna manera. Todos: o tu mamá, o tu papá, o tu primo… Todos, porque la mezcla es así. Lo que me ha parecido muy interesante es que por ejemplo, en Norteamérica, la hayan visto como una historia fundamentalmente sobre el racismo. Me gustan las posibilidades de lectura y los muchos niveles que tiene la historia y que permiten que distintos públicos, con distinta formación cultural, con diferente cultura, procediendo de orígenes distintos… Puede tener también una visión propia que enriquece a la película.
- Antes de pasar por San Sebastián, su película se estrenó mundialmente en Toronto. ¿Fue allá diferente la reacción del público?
Yo fui a Toronto teniendo claro que eran muchísimas películas. “Pelo malo” era muy pequeña dentro del festival de Toronto y lo que ha pasado es muy lindo, ya que después de la primera emisión, empezó a correr un boca a boca sobre “Pelo malo” y en cada una de las funciones siguientes, se fue llenando cada vez más. En la última, que no estaba previsto que yo hablara, me pidieron que por favor lo hiciese. La sala estaba tan llena, había tanta gente intentando entrar... Que tuve que dejar mi puesto libre para que alguien se sentara. Ha sido muy emocionante que al final la gente se haya quedado a las preguntas y respuestas y descubrir que la historia está resonando en la gente.
- ¿Les sirvió para conseguir compradores?
Sí. En Toronto, la gente de venta estaba haciendo buenos negocios y sé que en estos días, se anunciarán los mercados que se han cerrado y las ventas de la película que se han podido hacer. Yo creo que en un par de días se hará público.
- Una constante en la filmografía que comparte con Marité Ugás, ya sea ella productora y usted directora o viceversa, es el protagonismo de los niños y las madres. ¿Seguirá siendo así?
Sí. Voy a dejar de trabajar con niños. Voy a empezar a captar a actores grandes, pero les voy a partir las rodillas (risas). En serio... Siempre digo “no, en la próxima película yo creo que no va a haber niños”, pero siempre hay algo que me termina seduciendo, gustando. Es un juego maravilloso, el poder entrar a mundos tan juguetones me atrae mucho. Yo me siento cómoda, desde un lugar donde puedo comunicarme: el mundo infantil, sin que sea soso, ni tonto ni cursi. Yo creo que es un mundo muy interesante, muy intenso y que puede ser muy fuerte.
- Hasta ahora Marité y usted se han alternado en la realización. ¿Pactaron desde el principio turnarse?
No, para nada. Una tú, otra yo… (risas). Hay un turno y nos decimos “me la debes” (risas). No, es un placer porque en la película anterior, “El chico que miente”, yo era productora y yo creo que mucho de lo que ha pasado con “Pelo malo” tiene que ver con el proceso que supuso “El chico que miente”. Yo descubrí viendo a Marité trabajar con los actores un mundo fascinante que ella empezó a atravesar junto a ellos. Yo siento que lo que hice fue continuar; y seguramente, con sus variaciones y toques personales, Marité continuará la siguiente película. El turnarnos no deja de ser una experiencia creativa.