Entrevista con Elena Anaya: "La historia de "La memoria del agua" se me clavó en el alma"
- por © M.H. (Venecia)-NOTICINE.com
Elena Anaya tiene tras de sí una muy variada e internacional filmografía que va más allá de su presencia en recientes cintas de Pedro Almodóvar. Ahora, en la Mostra de Venecia, nos habla de la muy emotiva "La memoria del agua", del chileno Matías Bize, que se presentó en la sección paralela Giornate degli Autori / Venice Days, con muy buena acogida. En ella interpreta a una joven madre a la que el destino arrebató lo que más quería, un personaje que tocó ya desde el guión a la propia actriz española, según contó a NOTICINE.com en entrevista exclusiva.
- ¿Cómo es su Amanda en "La memoria del agua"?
Interpreto a una mujer que ha atravesado el dolor más grande que cualquier adulto puede pasar, la muerte de un hijo, y que al empezar la película el agotamiento por intentar ser feliz es tan grande que el personaje necesita afrontar el siguiente duelo más gigantesco, que es separarse de su pareja, que es a quien más quiere. De eso va la película y mi personaje, una mujer intentando recomponerse a cada instante, una mujer rota que lucha cada segundo de sus días contra la cotidianeidad, contra el doloroso hecho de quedarse aquí, cuando los seres queridos nos dejan... y bueno, alguien que intenta encontrarle las ganas y el gustillo de estar vivo cuando aparentemente lo peor ya te ha pasado y no esperas nada más. Entra una sensación de soledad absoluta y de no creer en nada más... La vida no tiene sentido.
- La película no es una coproducción chileno-española, de manera que Matías Bize la eligió no por necesidades de la producción, sino por decisión propia. ¿Cómo la convenció?
Matías me llamó y me dijo: 'Estoy en Berlín acabando este guión, llevo dos años con él y siempre has estado en mi cabeza. Quiero pasar por Madrid, conocerte y que me cuentes que te ha parecido el guión y que charlemos'. Lo leí, me emocionó muchísimo, me impactó, se me clavó en el alma, me conmovió a un nivel muy profundo. Vino a Madrid, charlamos sobre la vida, los amores, la dificultad de poner lugar a ese amor que se va, que ya no está, y que quieres seguir situando en el otro, cuando ya no hay más. Me pareció una invitación apetecible, dolorosa, pero apetecible... Y un reto como actriz por supuesto, interpretar un personaje que atraviesa un lugar tan doloroso como el de Amanda.
- ¿Era ese reto mayor desde el punto de vista que usted misma no ha tenido la experiencia de la maternidad?
Yo creo que el dolor es algo universal. Para mostrar una mujer rota que ha atravesado lo más duro que un ser humano puede atravesar, ese dolor puede ser el de perder a un hijo o cualquier otro, la cámara ve y escucha lo que sientes pero no le pone nombre, y puedes conseguir convencer al espectador de que tu eras la madre de ese niño. Ahí está el desafío de los actores, convencer al púbico de que somos esas personas que alguien escribió para nosotros, y por supuesto hacer una búsqueda muy profunda, en lo más doloroso de mi ser, para tener esa cara destruida durante toda la película y transmitir lo que creo hemos logrado transmitir.
- Esta es la tercera película que usted ha hecho en América Latina en pocos años, tras "Todos están muertos" y "Pensé que iba a haber fiesta". ¿Qué le aportan el cine y los profesionales latinoamericanos?
Me seduce mucho. Creo que en Latinoamérica se está haciendo un cine ejemplar, que está dando la vuelta al mundo, que está ganando los mejores festivales del planeta. Hay una mirada muy fresca, hay unos cineastas con mucha fuerza, y muchas ganas, que han llegado para quedarse. Hay mucho talento... y luego es una gente muy bonita, una gente con mucha historia y muchas ganas de transmitir y hacer soñar despierto al público. Me parece que la mezcla es explosivamente bella para conseguir un gran futuro en el cine.
-Son bastantes los actores españoles que como consecuencia de la crisis y la decadencia de la industria por falta de fondos y el aumento del Impuesto sobre el Valor Añadido se ven obligados a trabajar fuera... ¿Usted también ha notado el descenso de propuestas?
La crisis que hay en España es vivida no sólo por mí, sino por cada uno de los españoles. El IVA cultural ha provocado una herida que se está complicando y que está perjudicando no solamente a las personas que nos dedicamos al entretenimiento, sino a toda la sociedad española, porque el cine es parte de nuestra cultura y nos ayuda a crecer y a pensar. Eso es lo que nos hace distintos. Esto es un daño enorme que nos afecta a cada uno. A mí en concreto me ha afectado y mucho. Si me llegan proyectos de fuera, no puedo elegir, decir: 'Ahora me apetece rodar en Suramérica y luego en Nueva Zelanda...' . No, los proyectos llegan, si son en casa estupendo... Y si son fuera también. Hay que trabajar, yo vivo de esto. Pago mi casa todos los meses con el dinero que gano haciendo películas, también.
- ¿Cuáles son sus planes inmediatos de estrenos?
Lo primero es ir a San Sebastián con "Lejos del mar", de Imanol Uribe. Luego hay una película americana, "Infiltrator", con Bryan Cranston, John Leguizamo y Diane Kruger, y otra escocesa, "Swung". En octubre iré a México para lanzar otra cinta que mostramos en el Festival de Miami "Todos están muertos", una película maravillosa...
- ¿Qué me puede adelantar sobre "Lejos del mar"?
Me gustó mucho hacerla y Uribe está absolutamente fascinado con el trabajo que hemos hecho. Para mí esa es la mayor recompensa, cuando un director se acerca a tí y te dice: 'Gracias, estás fantástica en cada plano, es lo que quería y nunca pensé que lo pudiese hacer tan bien. Te llamaré para la próxima'. Creo que hicimos un gran equipo, aparte de disfrutarlo mucho. Rodar con Imanol es un placer muy grande. Es un ser muy agarrado a la vida, muy disfrutón y generoso con los amigos. Cuando consigues que esa barrera director-actriz se rompa y seas un amigo más es muy bonito, y muy placentero el trabajo.
- Usted hace de la hija de una víctima de ETA, que se encuentra con un etarra arrepentido. ¿Abrirá heridas esta cinta?
La película es bastante dura y seca, no hace ninguna concesión. Pero era la que él quera hacer y para mi fue un placer colaborar con él. Yo no se si la película reabre heridas o no. Es una película de ficción, que da que pensar, en el terrorismo, en la tragedia de muchas vidas, de un lado y de otro, que por azares, y horrores, y confusiones, y situaciones terribles hace que las personas nunca más puedan tener una vida normal.
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- ¿Cómo es su Amanda en "La memoria del agua"?
Interpreto a una mujer que ha atravesado el dolor más grande que cualquier adulto puede pasar, la muerte de un hijo, y que al empezar la película el agotamiento por intentar ser feliz es tan grande que el personaje necesita afrontar el siguiente duelo más gigantesco, que es separarse de su pareja, que es a quien más quiere. De eso va la película y mi personaje, una mujer intentando recomponerse a cada instante, una mujer rota que lucha cada segundo de sus días contra la cotidianeidad, contra el doloroso hecho de quedarse aquí, cuando los seres queridos nos dejan... y bueno, alguien que intenta encontrarle las ganas y el gustillo de estar vivo cuando aparentemente lo peor ya te ha pasado y no esperas nada más. Entra una sensación de soledad absoluta y de no creer en nada más... La vida no tiene sentido.
- La película no es una coproducción chileno-española, de manera que Matías Bize la eligió no por necesidades de la producción, sino por decisión propia. ¿Cómo la convenció?
Matías me llamó y me dijo: 'Estoy en Berlín acabando este guión, llevo dos años con él y siempre has estado en mi cabeza. Quiero pasar por Madrid, conocerte y que me cuentes que te ha parecido el guión y que charlemos'. Lo leí, me emocionó muchísimo, me impactó, se me clavó en el alma, me conmovió a un nivel muy profundo. Vino a Madrid, charlamos sobre la vida, los amores, la dificultad de poner lugar a ese amor que se va, que ya no está, y que quieres seguir situando en el otro, cuando ya no hay más. Me pareció una invitación apetecible, dolorosa, pero apetecible... Y un reto como actriz por supuesto, interpretar un personaje que atraviesa un lugar tan doloroso como el de Amanda.
- ¿Era ese reto mayor desde el punto de vista que usted misma no ha tenido la experiencia de la maternidad?
Yo creo que el dolor es algo universal. Para mostrar una mujer rota que ha atravesado lo más duro que un ser humano puede atravesar, ese dolor puede ser el de perder a un hijo o cualquier otro, la cámara ve y escucha lo que sientes pero no le pone nombre, y puedes conseguir convencer al espectador de que tu eras la madre de ese niño. Ahí está el desafío de los actores, convencer al púbico de que somos esas personas que alguien escribió para nosotros, y por supuesto hacer una búsqueda muy profunda, en lo más doloroso de mi ser, para tener esa cara destruida durante toda la película y transmitir lo que creo hemos logrado transmitir.
- Esta es la tercera película que usted ha hecho en América Latina en pocos años, tras "Todos están muertos" y "Pensé que iba a haber fiesta". ¿Qué le aportan el cine y los profesionales latinoamericanos?
Me seduce mucho. Creo que en Latinoamérica se está haciendo un cine ejemplar, que está dando la vuelta al mundo, que está ganando los mejores festivales del planeta. Hay una mirada muy fresca, hay unos cineastas con mucha fuerza, y muchas ganas, que han llegado para quedarse. Hay mucho talento... y luego es una gente muy bonita, una gente con mucha historia y muchas ganas de transmitir y hacer soñar despierto al público. Me parece que la mezcla es explosivamente bella para conseguir un gran futuro en el cine.
-Son bastantes los actores españoles que como consecuencia de la crisis y la decadencia de la industria por falta de fondos y el aumento del Impuesto sobre el Valor Añadido se ven obligados a trabajar fuera... ¿Usted también ha notado el descenso de propuestas?
La crisis que hay en España es vivida no sólo por mí, sino por cada uno de los españoles. El IVA cultural ha provocado una herida que se está complicando y que está perjudicando no solamente a las personas que nos dedicamos al entretenimiento, sino a toda la sociedad española, porque el cine es parte de nuestra cultura y nos ayuda a crecer y a pensar. Eso es lo que nos hace distintos. Esto es un daño enorme que nos afecta a cada uno. A mí en concreto me ha afectado y mucho. Si me llegan proyectos de fuera, no puedo elegir, decir: 'Ahora me apetece rodar en Suramérica y luego en Nueva Zelanda...' . No, los proyectos llegan, si son en casa estupendo... Y si son fuera también. Hay que trabajar, yo vivo de esto. Pago mi casa todos los meses con el dinero que gano haciendo películas, también.
- ¿Cuáles son sus planes inmediatos de estrenos?
Lo primero es ir a San Sebastián con "Lejos del mar", de Imanol Uribe. Luego hay una película americana, "Infiltrator", con Bryan Cranston, John Leguizamo y Diane Kruger, y otra escocesa, "Swung". En octubre iré a México para lanzar otra cinta que mostramos en el Festival de Miami "Todos están muertos", una película maravillosa...
- ¿Qué me puede adelantar sobre "Lejos del mar"?
Me gustó mucho hacerla y Uribe está absolutamente fascinado con el trabajo que hemos hecho. Para mí esa es la mayor recompensa, cuando un director se acerca a tí y te dice: 'Gracias, estás fantástica en cada plano, es lo que quería y nunca pensé que lo pudiese hacer tan bien. Te llamaré para la próxima'. Creo que hicimos un gran equipo, aparte de disfrutarlo mucho. Rodar con Imanol es un placer muy grande. Es un ser muy agarrado a la vida, muy disfrutón y generoso con los amigos. Cuando consigues que esa barrera director-actriz se rompa y seas un amigo más es muy bonito, y muy placentero el trabajo.
- Usted hace de la hija de una víctima de ETA, que se encuentra con un etarra arrepentido. ¿Abrirá heridas esta cinta?
La película es bastante dura y seca, no hace ninguna concesión. Pero era la que él quera hacer y para mi fue un placer colaborar con él. Yo no se si la película reabre heridas o no. Es una película de ficción, que da que pensar, en el terrorismo, en la tragedia de muchas vidas, de un lado y de otro, que por azares, y horrores, y confusiones, y situaciones terribles hace que las personas nunca más puedan tener una vida normal.
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