“Tiro en la cabeza”, un intento de entender lo incomprensible
- por © Redacción-NOTICINE.com
Tras el éxito de "La soledad" en la última edición de los premios Goya, el nuevo trabajo del guionista y director Jaime Rosales, "Tiro en la cabeza", que este martes compite en el Festival de San Sebastián es sin duda uno de los títulos más esperados. En él toca un tema tan sensible como es el terrorismo. La historia partió de los sucesos ocurridos en la localidad de Capbreton, ubicada en la región francesa de Las Landas, donde tres etarras mataron a dos agentes con los que se habían topado azarosamente en una cafetería.
"Yo estaba escribiendo -afirma Rosales- otro proyecto cuando esta noticia me cogió por sorpresa. En un primer momento fue algo muy desconcertante. Desconcertante por lo evitable y lo terrible a la vez. Esa estupefacción inicial se transformó, de repente, en una película muy clara, muy rotunda. Una semana después tenía escrito el guión; un mes después estaba rodando; y tres meses después tenía la película acabada".
Convencido de que no podía empezar una película sin tener clara su forma, el realizador decidió que para esta cinta utilizaría un estilo particular: "Todo está rodado con teleobjetivos, de lejos y no se escuchan los diálogos. Esto responde a su intención de subrayar la incomunicación imperante en el mundo: La gente habla mucho y, sin embargo, no escucha. La película tiene muchas lecturas y la política, para mí, es que todos los partidos intentan convencer al otro, pero nadie escucha. Hoy en día no tiene tanto sentido hablar de defender a un bando u otro. Hay problemas que hay que resolver entre todos. No se trata de echar culpas a los otros. Si se quiere derrotar al terrorismo, no llegaremos a una solución; si el terrorismo quiere vencer a la democracia, tampoco podrá. Si todos vivimos en compartimentos estancos, nada se resolverá. Esto se soluciona escuchando".
La historia de la cinta sigue a un hombre Ion, que vive de forma aparentemente normal y rutinaria. En una fiesta liga con una chica... Pasan la noche juntos en el apartamento de ella. Su vida transcurre sin sobresaltos. Una llamada en una cabina de teléfonos; un encuentro con un amigo; pequeñas situaciones cotidianas sin importancia. Un día se sube en un coche con otras dos personas. Cruzan la frontera a Francia. Pasan la noche en casa de un matrimonio. A la mañana siguiente, tras un encuentro fortuito en una cafetería de carretera matan a dos guardias civiles vestidos de paisano.
"Por supuesto –afirma Rosales-, esta vida es pura ficción, tampoco he sido escrupulosamente fiel a los hechos. Únicamente quería mantener una estructura dramática que fuera apabullante".
Con "La soledad", donde utilizó la polivisión, Rosales ganó tres premios Goya, que le permitieron devolver la película a las salas comerciales, por las cuales en 2007 había pasado sin pena ni gloria. Ahora trae su nueva película, que nuevamente es producida por Wanda Films.
"Yo estaba escribiendo -afirma Rosales- otro proyecto cuando esta noticia me cogió por sorpresa. En un primer momento fue algo muy desconcertante. Desconcertante por lo evitable y lo terrible a la vez. Esa estupefacción inicial se transformó, de repente, en una película muy clara, muy rotunda. Una semana después tenía escrito el guión; un mes después estaba rodando; y tres meses después tenía la película acabada".
Convencido de que no podía empezar una película sin tener clara su forma, el realizador decidió que para esta cinta utilizaría un estilo particular: "Todo está rodado con teleobjetivos, de lejos y no se escuchan los diálogos. Esto responde a su intención de subrayar la incomunicación imperante en el mundo: La gente habla mucho y, sin embargo, no escucha. La película tiene muchas lecturas y la política, para mí, es que todos los partidos intentan convencer al otro, pero nadie escucha. Hoy en día no tiene tanto sentido hablar de defender a un bando u otro. Hay problemas que hay que resolver entre todos. No se trata de echar culpas a los otros. Si se quiere derrotar al terrorismo, no llegaremos a una solución; si el terrorismo quiere vencer a la democracia, tampoco podrá. Si todos vivimos en compartimentos estancos, nada se resolverá. Esto se soluciona escuchando".
La historia de la cinta sigue a un hombre Ion, que vive de forma aparentemente normal y rutinaria. En una fiesta liga con una chica... Pasan la noche juntos en el apartamento de ella. Su vida transcurre sin sobresaltos. Una llamada en una cabina de teléfonos; un encuentro con un amigo; pequeñas situaciones cotidianas sin importancia. Un día se sube en un coche con otras dos personas. Cruzan la frontera a Francia. Pasan la noche en casa de un matrimonio. A la mañana siguiente, tras un encuentro fortuito en una cafetería de carretera matan a dos guardias civiles vestidos de paisano.
"Por supuesto –afirma Rosales-, esta vida es pura ficción, tampoco he sido escrupulosamente fiel a los hechos. Únicamente quería mantener una estructura dramática que fuera apabullante".
Con "La soledad", donde utilizó la polivisión, Rosales ganó tres premios Goya, que le permitieron devolver la película a las salas comerciales, por las cuales en 2007 había pasado sin pena ni gloria. Ahora trae su nueva película, que nuevamente es producida por Wanda Films.