Cannes: Entre la tontería francesa y la pesadez rusa

por © E.E. (Cannes)-NOTICINE.com
Izgnanie
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Les chansons d´amourIzgnanie18-V-07

Cannes tiene fama de ser el primer festival del mundo. El más prestigioso y el más prestigiante (palabro que no está en el diccionario de la Academia pero que seguro entienden ustedes). Sin embargo, hay veces que el mero hecho de que una película llegue avalada por un productor conocido -claro, si es francés- parece suficiente para acogerla en la competencia. Eso le ha pasado a "Les chansons d´amour" (Las canciones de amor), de Christophe Honoré, una tontería cantada que a los españoles recordará demasiado a "El otro lado de la cama", en menos divertido. En el lado opuesto del espectro temático, la ruso-belga "Izgnanie" (Destierro), de Andrei Zvyagintsev, es un plumbeo drama sobre desencuentros de pareja, que al menos queda bien tener en un festival por ser de los que motivan a cierta crítica amante de ver crecer la hierba en pantalla. En resumen, un viernes para olvidar en el festival presuntamente más importante del mundo.

Honoré vuelve a estar producido por el portugués afincado en Francia Paulo Branco, quien a pesar de algunos problemas financieros parece sobrevivir en esta complicada industria, en la que los independientes aun prestigiosos lo tienen cada vez más difícil. Su anterior colaboración, "Dans Paris", funcionó sorprendentemente bien en Francia, a pesar de su pedantería y vacuidad. Y no hablamos de crítica, sino de público. Quizás por la popularidad de los actores... nunca se sabe.

El caso es que con el principal, Garrel, repite en "Les chansons d´amour" (Las canciones de amor). En rueda de prensa se le ha preguntado si conocía la película española de Martínez Lázaro "Al otro lado de la cama" (2002), un éxito comercial más que notable que propició incluso una secuela, "Los dos lados de la cama". Honoré dijo que no tenía ni idea de qué le hablaban (aunque se estrenó en Francia, dicho sea de paso). Inspiración o pura casualidad, lo cierto es que ambas cintas coinciden en pretender ser modernas comedias musicales con protagonistas de ambos sexos, antes o después de la treintena, que aún investigan por los terrenos del ligue y la promiscuidad.

La diferencia, en demerito comercial para Christophe Honoré, es que la suya no se basa en canciones de los 80 que fueron superventas en su día, cantadas por los actores, como pasaba en "El otro lado de la cama", sino en una banda sonora propia de Alex Beaupain. Philippe Garrel, con Ludivine Sagnier, Clotilde Hesme y Chiara Mastroianni protagonizan esta historia de tutti-frutti sexual musicado. "Todos los personajes -ha dicho aquí- son muy románticos, pero a la vez incapaces de expresar sus sentimientos, y como en la vida, a veces es difícil enamorarse" (pero no irse a la cama... añadiríamos).

El caso es que Honoré reconoce que siempre quiso hacer un musical y que desde la adolescencia admiraba a Jacques Demy, cuya "Los paraguas de Cherburgo" le ha inspirado (Catherine Deneuve, madre de Chiara Mastroianni, era la protagonista). El cineasta francés asume también influencias de la "Nouvelle vague", que se intuían en la previa "Dans Paris", aunque ya quisiera tener el espíritu y sobre todo la calidad de algunos de esos trabajos.

Pese a jugar en casa, "Les chansons d´amour" tuvo aplausos limitados y diplomáticos.

Algo más sinceros fueron los también escasos aplausos para "Izgnanie", segundo film del ruso Andrei Zviaguintsev, cuyo "El regreso" ganó el León de Oro en venecia hace 4 años. Sin embargo, como comentaba un periodista tras verla, esos aplausos despertaron a no pocos colegas dormidos por la escasez de acción de la cinta.

Esta adaptación de una novela del armenio residente en EEUU William Saroyan cuenta la historia de una pareja con dos niños que se muda a una casa aislada en la Rusia más profunda. El drama surge cuando ella (Maria Bonnevie) le confiesa a él (Konstantin Lavronenko) que su embarazo no es cosa de ambos, sino fruto de su relación con otro. La fotografía de Mijail Krichman es lo mejor de la aburrida cinta, coproducida por Rusia y Bélgica.