Cannes: Bardem y los Coen levantan el festival, que se divierte con Michael Moore

por © E.E. (Cannes)-NOTICINE.com / Fotos: AP
El equipo de Soom
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Michael MooreEl equipo de Soom19-V-07

"No country for old men", la cinta de los hermanos Coen con la que Javier Bardem regresa a Hollywood, ha resultado muy rentable para sus autores y para el actor español, que se han colocado rapidamente en las quinielas de premios. En una jornada de sábado donde la competición se vió completada con la última obra de Kim Ki-duk, recibida con mayor frialdad de la prevista, el siempre polémico activista Michael Moore ha estrenado su esperada "Sicko", crítica descarnada y mordaz del sistema de salud norteamericano, que pese a su buena acogida queda descartada para el palmarés (cuyas mieles ya degustó el provocador enemigo de Bush con "Farenheit 9/11") por presentarse fuera de concurso.

Una perita en dulce le han dado los Coen a Bardem, cuya última presencia por tierras estadounidenses fue el pequeño pero sustancioso papel de "Collateral". Aquí, sí que tiene un peso fundamental en la trama truculenta de esta "No country for old men", que se basa en una novela policíaca y fronteriza de Cormac MacCarthy ("No es país para viejos").

El candidato al Oscar por "Antes que anochezca" interpreta a un despiado asesino que sin duda quedará pegado a su curriculum como antes los personajes de Reinaldo Arenas, Ramón Sampedro o aquel Romeo Dolorosa de "Perdita Durango".

Modesto, a pesar de que muchos ya cuentan con él para el premio de interpretación, el actor nacido en Canarias bromeaba sobre la ayuda que ese pelo largo que luce en la cinta le había brindado, y se negaba a admitir su protagonismo en el film, donde sobre todo la primera parte es todo un modelo de intriga bien construida y ágil, trufada de ese humor negro que nos retrotrae a los Coen de "Fargo". Sobre este punto, decía a los periodistas españoles Bardem: "La verdad es que yo he visto la película una vez y no me reí ante ese humor negro. Me parece bastante terrible, pero es una cosa que viene del libro, de la descripción del personaje del autor, y también del guión".

Hasta la prensa norteamericana, que habitualmente mantiene distancias frente a esa "mosca cojonera" que es Michael Moore, se ha rendido por la inevitablemente demagógica "Sicko", en la que la ironía y el humor ayudan a tragar la dura pildora de una sanidad en EEUU que contrasta con el poderío económico y el liderazgo mundial que reivindica.

Hasta en la Cuba del "periodo especial" damnificados por el 11-S reciben más y mejor ayuda que en su propio país... Este es sólo un episodio del trabajo de Moore, que no duda previamente en viajar con ellos en barco hasta la base de Guantanamo "único punto del territorio estadounidense donde la salud es pública y universal".

Los documentales del orondo guerrillero de la cámara sí que acaban siendo sanos y beneficiosos. "Sicko", que resulta divertido a pesar del obviamente trágico retrato de millones de norteamericanos que o se ven privados de atención médica por su situación económica o son víctimas de seguros privados, que en muchos casos a la postre no se hacen cargos de todas sus pruebas, tratamientos y hospitalizaciones, no defraudará a los "fans" de Moore.

Ello no quita para que las comparaciones que hace de las seguridades sociales europeas o cubana con la de su país no rocen cierta demagogia, ya que por otros pagos tampoco es que todo sea color de rosa. Claro que resulta refrescante que dentro y fuera de EEUU se vea que allá no son las cosas como las representan en "Urgencias / ER", "Anatomía de Grey" o "House", y los enfermos sean en muchas ocasiones sometidos a la prescripción de un "show me the money".

En esta jornada donde por fin se ha disfrutado de lo lindo, la cruz se la ha llevado el coreano Kim Ki-duk, com "Soom", una película de pocas palabras, con momentos poéticos pero inferior a anteriores trabajos como "Primareva, verano, otoño, invierno... y primavera" o "La isla". Sus personajes centrales son una casada insatisfecha y un preso, que inician una relación por encima de convencionalismos, quizás demasiado increible.